jueves, noviembre 09, 2006

¡Piropazo!


¡Vaya piropo para un vino!
Acabo de visitar a Lucio, en el Bar Haway de Pamplona. Habitualmente y puntualmente, desde mis comienzos, me solicita que le lleve alguna caja de Vallobera 2003 y de Pago Malarina 2004, vinos que han calado hondo entre su selecta clientela.
Después de tomarme un tinto Tempranillo de Ochoa y comerme una Pringá- típica sevillana pero que Milagros prepara como los angeles con las carnes que componen el cocido y el toque de una buena morcilla- me suelta lo siguiente: “No me queda de tu vino, pero de momento no te voy a pedir mas cajas por que lo vendo, y antes me quiero quitar todo esto de encima”.
Pocas veces el “no vender” me ha producido tanta satisfacción.
Se que si no es la semana próxima será la que siguiente, cuando vuelva a recuperar su dinámica con La Guarda de Navarra, pero mientras, estoy seguro de que sus clientes extrañarán la ausencia de estos magníficos vinos y acogerán con ganas el pronto regreso, saturados de vinillos maderizados y ligeros.
Si todavía no conoces el Haway, en Navarro Villoslada 14, puedes pasar un día de estos, no abre el fin de semana, y descubrir la cocina de Milagros y el buen servicio de Lucio. Ambiente tranquilo, vino bien servido y buenos alimentos.

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