miércoles, enero 31, 2007

Valpiculata 2001



Como Zamora, de donde procede este vino, de Venialbo para ser exactos, no se hizo en una hora tampoco la denominación de origen Toro se ha hecho en nueve semanas y media. Dicen que desde antes de los romanos ya se tiene conocimiento de la existencia de vino en esta comarca española, pero es en las últimas décadas cuando la evolución ha hecho que podamos encontrar vinos como el que nos ocupa.
Está elaborado con la variedad autóctona tinta de Toro por la Bodega Valpiculata, nombre por cierto que no consigo asentar en mi memoria.
En la etiqueta se indica la producción de 10.000 botellas y una crianza de 18 meses de barrica.
Se trata de un Valpiculata 2001.
Es un vino de vista atractiva, picota oscuro casi negro con borde granate evolucionando a teja. Casi cubierto, intensidad alta.
La nariz es de potencia media. Complejo y aromático, donde destacan la fruta madura y todos los matices que aporta la madera, vainillas, madera de cedro y tabaco.
En boca es muy agradable, sabroso, goloso y con cuerpo medio. La acidez es alta pero equilibrada, los taninos están pulidos y la fruta sigue apareciendo aunque es la madera la que predomina tras la evolución del vino en la copa. Tiene largura y un paso muy fácil.
La Guarda de Navarra recomienda el uso de este vino en pacientes reacios a probar el vino de Toro y a quienes quieran conocer por qué estos vinos están de moda.

viernes, enero 26, 2007

Infinitus Syrah 2004



Es un Vino de la Tierra de Castilla, elaborado por la Bodega Cosecheros y Criadores que se engloba dentro del Grupo Familia Martínez Bujanda.
Un monovarietal de Syrah que se encuentra dentro de la gama de productos vanguardistas que elaboran con variedades nacionales, tempranillo y viura, e internacionales, chardonnay, cabernet sauvignon y merlot.
Digamos que tiene una media crianza en barrica que suele durar no más de seis meses.
Fue premiado con la medalla de oro en los Premios del Salón del Vino 2005, en su categoría.
Viste con una etiqueta que no pasa desapercibida en ninguna estantería, curiosa y colorida, lo mismo que el amarillo sintético de su corcho.
Infinitus Syrah 2004.
A la vista es un color cereza casi picota con ribetes morados, capa media-alta.
Intensidad aromática en nariz, muy afrutado (frutillas rojas y negras), floral (violetas) y un puntito mineral. Demuestra frescura, algún matiz especiado y, también, algún láctico.
Boca interesante, demostrando su juventud, algo tánico, alegre de acidez, con fruta y especias colaborando en un conjunto refrescante. Cuerpo medio y largura, o persistencia, para tener en cuenta.
Un vino para recomendar por su precio, 3,25€, por ser muy fácil de beber y por ser un syrah nacido para agradar.

jueves, enero 25, 2007

Rotllan Torra reserva 1998


Hablemos hoy de un vino procedente de la denominación de origen calificada Priorato, elaborado en Torroja del Priorat, en la bodega Rotllan Torra.
Después de concederle una larga espera, nada habitual en mí, me decidí a probarlo de nuevo. Hace más de un año me bebí a su compañero de viaje y consideré necesario darle una segunda oportunidad pasado un tiempo.
Se trata del Rotllan Torra reserva 1998.
Le dejo airearse una hora tras el descorche.
A la vista nos regala un color picota de capa media-alta y un ribete que va tornando teja, aunque se resiste a perder los violetas. Lagrimas con densidad media.
En nariz confirma la decisión de abrirlo con antelación, quedan aromas de reducción pero ya se puede disfrutar de su intensidad aromática. Notas de fruta madura, licorosa, y notas florales. Recuerdos de pimiento. Fondo mineral y apuntes claros, excesivo tostado, de su permanencia en barrica. Especiado y balsámico.
La boca, me recuerda al anterior que probé, presenta una acidez típica de un reserva pero una astringencia algo elevada, secante, algo alcohólico. Es sabroso, encontrando fruta dentro de la madera. Un toque salado muy curioso, digamos mineral. Tiene recorrido y amplitud.
En resumen, un vino interesante y con una relación calidad precio excelente para conocer una denominación que, por lo general, maneja unos precios no aptos para todos los públicos.
Seguiré probando.

miércoles, enero 24, 2007

Oremus Tokaji Aszú 2000, 3 puttonyos


Vaya vino y eso que es el más sencillo, junto con el Late Harvest (vendimia tardía) creo que 2002, que también vi en otro Hipercor navarro, pero sin llegar a los de 4, 5 y 6 puttonyos o el Oremus Eszencia.
Es un vino dulce de Tokaj-Hegvalja (Hungría) producido por Tokaj-Oremus a partir de uvas botritizadas, con podredumbre noble, de las variedades Furmint, Hárslevelü y Muscat lunel (que parece decir moscatel).
Resumiríamos la cata diciendo que es de color atractivo y sugerente, de aromas concentrados y extraordinariamente complejo.
Paso a paso, puedo añadir que desde el descorche y antes, durante las fotos que le hice para perpetuar el momento, me preparé para recibir un liquido con poderes supraterrenales y curativos. Todos los problemas del día se aliviaron gracias a este bálsamo milagroso.
A la vista se muestra con un color amarillo oro con reflejos dorados y que tiende a un amarillo limón conforme disminuye el contenido de la copa. Nos engaña, ya que en la botella parece ámbar poco intenso. Es brillante y presenta unas lágrimas largas y lentas en su caída, avisándonos de su densidad.
La nariz es pura potencia aromática, en un primer momento me recuerda a los sauternes y prevalece un penetrante aroma a uva blanca madura, amoscatelada.
Hay mucha fruta y flores, un puntito de queroseno, recuerdos de madera. Pomelo, frutas exóticas, hojas secas como cuando pisas el otoño bajo castaños o plataneros, miel, tila en infusión, algo de menta, cítricos, pero sobre todo uva, pura esencia de uva dulce y una frescura extraordinariamente agradable.
En boca, perfecto equilibrio armónico entre acidez y dulzura. Es denso, con cuerpo, muy amplio, llenando cada rincón de la boca, y una largura inolvidable, de hecho, aún la recuerdo. Al final presenta un ligerísimo amargor pero que no hace más que aportar otro matiz a la complejidad tan apabullante.
Como cabía esperar, un vino muy afrutado con elevada acidez debido a su juventud y que hubiera envejecido noblemente, y saludablemente, si no se hubiese encontrado conmigo.
Tengo otra jornada para hablar con él y espero me diga la dirección para localizar a sus parientes pues me gustaría seguir teniendo relación con esta familia de los Tokaji.

Lo que puedo y lo que no puedo


¿Quién podría decir que esta fotografía anuncia artículos de joyería?
La ambigüedad y la confusión parecen haberse personalizado en la ministra de sanidad, quien dentro de su estilizado cuerpo, falto de grasa y carne, se mire por donde se mire, tiene la osadía de preocuparse de las jóvenes anoréxicas del país. “Consejos vendo pero para mi no tengo”.
Lo de este gobierno raya la locura, voy a nombrar ciertas actividades que se podrán realizar en libertad mientras que para beber vino deberemos volver a las catacumbas.
Podré fumarme un canuto mientras veo un partido de fútbol del equipo del colegio de mi hijo pero no podré tomarme un vino. Es mas “guay” tomar ejemplo de los holandeses legalizando drogas blandas mientras aquí comparamos vino con drogas duras y alcohol de mas graduación.
Podré tomar la decisión, por mis padres, si no son capaces de valerse por ellos mismos o si la enfermedad los deja postrados como vegetales moribundos, de acabar con su vida sin sufrimiento. Pero no, padre, no beberé vino delante de los niños.
Podrémos ver como alguien se masturba o le masturban en el parque, sin inmutarnos ni inmutarse, por que la sexualidad es buena y nadie debe reprimirse. Tampoco podré beber vino, mientras lo hacen pues es un espacio público.
Le explicaré a mi hijo por que fulanito tiene dos padres o dos madres, y lo entenderá. Pero no sabré explicarle por que yo no puedo beber junto a él, el vino que se elabora en mi pueblo y del que viven tantas bodegas y agricultores. ¿Si es malo por que lo producen, papa?
En la cafeteria de la piscina, después de darnos un baño, tendré que evitar la mirada desde mesas contiguas, de pares de tetas caídas, tetas gordas, minitetas, lo que fueron tetas, alguna de ellas vizca, por que nadie debe avergonzarse de nada. ¡Semos libres y europeos!. Pero no podré tomar un aperitivo, ni un vino, ni un cava, pues delante habrá menores. Solo se serviran refrescos y agua.
En la TV, entre las 6h. y las 22h, podremos ver juntos programas basura, escenas violentas, noticias no aptas, dibujos animados para adultos, publicidad de productos no infantiles, pero no se ofrecerán anuncios sobre vino, tan bonitos, por ejemplo, como el de los vinos de Navarra del año pasado.
El vino no podrá publicitarse junto a centros educativos, centros de menores ni en instalaciones deportivas. Pero si lo podrán hacer empresas y multinacionales que explotan a los niños como mano de obra barata, empresas contaminantes, empresas de dudosa reputación democrática, empresas que financian actividades ilegales, etc.etc.
Ningún cura en misa, se supone, podrá beber en presencia de menores, ¿no será parte del borrador obra del señor Moratinos más aficionado al vino francés y tolerante con otras religiones?
En el cine tampoco se podrán ver escenas de menores bebiendo, ¿y que va a hacer usted señora ministra, multar a la subvencionada industria del cine? Pues de sus presupuestos se pagarán las sanciones.
Comentan que el gobierno al que pertenece la señora mElena habla con terroristas y recibe a dictadores, pero todavía no se ha sentado con nadie del sector vitivinícola para consensuar el borrador de la ley.
Esta mujer se mueve por impulsos y hace lo que le viene en gana, eso si con mucho talante, moda y peluquería.
Se sigue demostrando que el consumo moderado de vino aumenta la longevidad del ser humano, no hay duda, viendo alguna de las momias que dirigen los designios de este país, así que seguiremos consumiéndolo para, al menos, intentar llegar vivos al final de esta historia.

martes, enero 23, 2007

Oremus Tokaji Aszú 2000


Acabo de conseguir un vino de los que dicen que hay que probar una vez en la vida.
Es un Oremus Tokaji Aszú 2000.
Lo vi hace unos días, solitario, en una estantería del supermercado del Corte Inglés. Hoy me ha podido el corazón y he decidido darle un confortable hogar y una familia que lo quiera y lo disfrute.
El precio de 17,00€ me ha parecido correcto pues nunca había comprado un vino de estas características. He ido sin mucha fe pues imaginaba que otra alma caritativa ya se hubiera apiadado de él. Pero no, allí estaba, con su color ligeramente ambarino, recostado junto a otros blancos de distintas procedencias. Camuflado, escondido, esperándome. Supongo que no le habrán afectado las condiciones del supermercado y llenare mi paladar de uno de los vinos dulces más selectos procedentes de la podredumbre noble, botrytis cinerea, al igual que los sauternes franceses y los beerenauslese y trockenbeerenauslese alemanes.
Mañana, supongo, podré publicar el resultado de mi experiencia con este sensacional vino.

lunes, enero 22, 2007

En brazos de Baco


El sábado night con motivo de una celebración familiar quise conocer a Baco.
Como un cobaya, tomé la decisión de investigar los efectos negativos del alcohol.
Sin ninguna subvención que financiara el experimento, pretendí demostrarle a nuestro gobierno que el vino, y en este caso el champagne, no pueden ser considerados dentro del mismo paquete que alcohol y drogas.
En un país donde el consumo de estupefacientes aumenta sin cesar, incluso más que en otros de nuestro entorno, me parece muy mal que se lancen balones fuera y se persiga al vino, por ser algo no saludable. Es una forma de exteriorizar dos características comunes a nuestros ministerios: la inoperancia y la ineficacia.
Pronto una nueva Ley Seca, verdad ministra, y todos los amigos del talante, perfectamente colocados, estratégicamente ascendidos, a enriquecerse con la venta ilegal de vino con denominación de origen y sin ella.
Ahora que le dan a cualquiera la medalla al trabajo, bueno a cualquiera que lleve un determinado carné, y no en la boca, recordando el fofo cuerpo de un insigne parlamentario, yo pido que me premien el resultado de las investigaciones.
Es fácil imaginar con lo que experimenté, pues he publicado varias veces ese gran vino y ese excelente champán. Hoy no los nombro y no doy pistas a mElena para incluirlos en una lista de prohibidos. Les vins interdits.
Durante la ingestión de esos productos, con luz y taquígrafos, no sufrí ningún dolor. Mi comportamiento psicológico y social no varió. No actué agresivamente. Pude comprobar que ninguna de las botellas estaba adulterada (venían cerradas y etiquetadas) y la mañana siguiente lo confirmó, pues no había rastro de resaca. Han pasado tres días y no tengo la necesidad de beber, creo que no robaré, de momento, para conseguir un par de botellas, salvo que el gobierno las retire del mercado y me obligue a buscarlas donde sea.
Quiero concluir compartiendo en el blog la felicidad con los resultados obtenidos. Podemos seguir bebiendo con toda la tranquilidad, siempre con moderación y sin luego tener que conducir. Y si nos apetece acompañar nuestro vino de unas hamburguesas con extra de grasa, lo haremos. Y si nos apetece beber vino en los toros después de una gran estocada, también lo haremos. Y si encima nos apetece fumarnos un puro, la felicidad completa.
Como un antiguo anuncio publicitario: “Que no nos amarguen la vida”.
Imagen:El Baco de Leonardo Da Vinci

viernes, enero 19, 2007

El vino es malo, malísimo.


El gobierno de la nación sigue erre que erre en su cruzada contra el vino. Después pretenderán a golpe de talante que nos creamos su preocupación por el vino español.
Ya se dejo claro con una ley aprobada al respecto en el año 2003, creo, que el vino es un alimento. Y si no que se le pregunten a nuestros mayores cuando, a falta de otras alternativas, incluían al vino en su dieta.
Si, eran otros tiempos, pero ahora en muchas actuaciones me recuerdan épocas pasadas.¡Pa-sa-das! Olvidadas, superadas, asimiladas.
Se pretende demonizar al vino, se le quiere sentar en el banquillo de los acusados por atentar contra nuestra salud. Se le quiere hacer corresponsable, esta vez si presidente, de todos los accidentes mortales que ocurren en la sociedad. Creo que así no vamos bien.
Comparar el vino con otras bebidas alcohólicas, con drogas y con sustancias toxicas no producirá, para nadie, beneficios ni a corto ni a largo plazo.
Las bodegas y todos los que viven de ellas, agricultores y empresas auxiliares saldrán claramente perjudicados.
De acuerdo con fomentar el consumo responsable, de acuerdo que el trafico será mas fluido y seguro sin tanto borracho conduciendo, pero con esa decisión se estropea mas de lo que se arregla.
A veces pienso de que manera se puede cambiar ese proyecto de ley. Que puedo hacer para que mElena Salgado, por una vez, recapacite y actúe con cordura y sensatez.
Se me ocurren varias soluciones consensuadas y democráticas:
Una puede ser que alguna de las civilizaciones con las que se quiere “alianzar” el señor Zapatero tenga como bebida sagrada el vino. Así, para no ser intolerantes con otras culturas se permitirá su consumo y hasta su veneración.
Otra opción puede ser convertir al vino en pretensión nacionalista. Ya no sería droga, sino vinculo entre dos naciones.
La tercera, aprobar un plan enológico nacional con trasvases La Rioja-Cantabria o La Mancha-Extremadura. Inaugurando desvinificadoras, mejor dicho vinificadoras, a diestro y siniestro por toda la geografía peninsular.
Y la cuarta, más personal, es que nuestra primera dama, en vez de cantante o cantadora, perdiera una N, y fuera catadora. Jamás un esposo enamorado produciría desencanto y desasosiego a la persona amada. Los viajes de placer, financiados por nuestros bolsillos, a la opera o a comprar en conocidos almacenes londinenses, se cambiarían por practicas de turismo enológico, menos costosas y mas enriquecedoras, siendo ejemplo para las jóvenes generaciones y animando a los conciudadanos a respetar, cuidar, promover y propagar la cultura del vino, en todas sus vertientes.
Así pues, compañeros, brindemos y bebamos por la salud de nuestros dirigentes.

lunes, enero 15, 2007

Vallobera Crianza 2004 y Pago Malarina 2005


Se encuentran ya en el mercado las nuevas añadas de Vallobera Crianza 2004 y Pago Malarina 2005.
Dos añadas en las, que de nuevo, Bodegas San Pedro, de Laguardia, tiene depositadas grandes esperanzas teniendo en cuenta la mejoría y el progreso lógico que ambos vinos han desarrollando desde su primera cosecha.
El Pago Malarina 2005 es un media crianza, entre cinco y seis meses de barrica. Elaborado con tempranillo, tiene toda la potencia y toda la alegría de un vino joven pero con la templanza, la serenidad y la estructura que le da su paso por la madera.
A la vista se muestra atractivo, brillante, sugerente y con un color picota con ribetes morados y azulados. Intensidad media alta. Su juventud se muestra en toda plenitud.
Nariz aromática, destacando la fruta roja y los matices florales. Recuerdos de regaliz, de minerales y apuntes tenues de su paso por la barrica.
De boca alegre, con una acidez correctísima, amplio, largura media y taninos en su punto. Predomina la fruta con diferencia.
Un vino para acompañar platos de todo tipo, desde las cocinas exóticas, que proliferan últimamente por la península, hasta las italianas, ya establecidas. Arroces y pastas ofrecen un maridaje fantástico. Aconsejable con carnes a la brasa y con quesos de pasta blanda.
El P.V.P aproximado de 4,50€. La acogida positiva del mercado y de la crítica nacional e internacional lo sitúan en el grupo de cabeza de los semicrianzas riojanos.
Sobre el Vallobera Crianza 2004 se podría escribir un libro.
Vallobera da nombre a toda la línea de vinos de la bodega, desde los jóvenes hasta los reservas, tintos y blancos, aunque se vayan añadiendo sorpresas tan agradables como el Pago Malarina o el reciente Caudalia. Pero, en mi opinión, hablar de Vallobera es hablar del crianza. Un crianza con mayúsculas.
Por su relación calidad precio, lo hace atractivo a todos los bolsillos, y es un valor seguro se mire por donde se mire. Se encuentra en el mercado a unos 7€, mas o menos.
La del 2004 va a ser una de las añadas que marque la historia de la bodega.
Elaborado, dicen, exclusivamente de tempranillo nos regala una vista excepcional. Es un cereza picota con ribetes amoratados, poco granates, sin afectarle todavía el paso del tiempo. Es muy intenso, con capa media alta.
En nariz toda la intensidad que se intuía se hace realidad. Toda la fragancia frutal, balsámica y mineral te generan una serie de sensaciones que despiertan la pituitaria, haciéndola trabajar sin descanso. Fruta roja madura, y negra, regaliz, pizarra, mina de lápiz, especias y una madera bien integrada. Elegante y sincero.
La boca refleja el prematuro descorche, pero afianza nuestro convencimiento de que estamos ante un gran vino. Tánico todavía, con una acidez excelente, amplio, carnoso, con cuerpo, potente, equilibrado y largo.
Le dan importancia a la fruta y a fe que lo consiguen. Es un vino que te llena por completo, dejándote satisfecho por las emociones producidas y esperando un nuevo trago.
Para disfrutarlo, para compartirlo y para acompañarlo, entre otras viandas, con un buen chuletón, con unas buenas perdices en salsa, pescados grasos o quesos curados.
En resumen, dos vinos como dos soles que espero este año brillen con todo su esplendor.

jueves, enero 11, 2007

Salma Hayek y Penelope Cruz




Leo en varias paginas webes que Salma Hayek y Penélope Cruz se profesan algo más que amistad. La españolita holiwodiense almodovariana lo niega, no te funde, que va a decir.
El caso es que los hombres que se las disputaban acaban de perder los pocos boletos que les quedaban para vivir algún día una aventura salvaje o una tórrida escena de amor con ellas. Salvo que todo sea una invención de la prensa rosa, prensa escatológica por excelencia.
El caso es que iba a escribir sobre vino y se me ha ido el santo al cielo. De alguna forma saldremos airosos.
Ya esta, ¡eureka!
Mirando una de las fotos que acompañan el texto, podemos ver a ambas actrices vestidas muy elegantes con unos bonitos vestidos. Sus colores expresan simbólicamente, y nos recuerdan por su belleza, al vino tinto y al vino blanco.
A Penélope, distinguida hace un año por La France con el grado de caballero, ¿caballero?, de la Orden de Artes y Letras, por difundir con su talento la cultura francesa, la vamos a comparar con un excelente blanco de Borgoña.
Un chardonnay amarillo pálido, dorado, que presenta brillos metálicos.
Su aroma es intenso, algo tímido al principio. Con el paso del tiempo se muestra tal y como es, natural, extrovertido. Fondo de tierra húmeda, afrutado con algún matiz tropical, recuerdos a cítricos españoles. Frescura. Toques especiados y recuerdos de humo.
Que decir de su boca. ¡Ole!. Sabrosa, algo acida, elegante y muy compleja. Notas minerales, afrutadas y muy persistente.
Excelente vino, para tomar ahora, si se deja, pero que ganará mucho con algún añito más. Para guardar.

De origen mexicano y picosa, como los chiles, a Salma, ya que pasa tanto tiempo trabajando en Hollywood, la vamos a honrar con un impresionante tinto, cabernet sauvignon, de Napa Valley. Si, californiano.
De color púrpura muy oscuro, casi negro azulado, de capa media-alta.
Muy expresivo en nariz, con mucha fruta, fruta negra, mineral y con recuerdos a hierba húmeda. Además, como su pelo, hay regaliz negro, puro habano, café y cacaos.
En boca es delicioso, goloso, balsámico, especiado y mineral. ¡Que dulzura!
Es un vino poderoso, elegante. Se le ve con fuerza pero tierno. Vino para disfrutar, no para compartir. De trago largo, para empezar al atardecer y terminar con el amanecer.

Ambos vinos deliciosos, podríamos decir que sutilmente femeninos. Ideales para enamorarse perdidamente.
Por último un consejo, no se os ocurra tomarlos juntos, es decir mezclados. No, no es lo mismo.

Jardín de Lúculo 2005.



De sabios es rectificar y cuanto antes mejor. Ya sabemos que catar depende de muchos factores para que un vino te convenza, te guste, te sorprenda, te deleite o te enamore.
En la cata de godellos, el último vino que probamos fue un garnacha navarro del que dije que necesitaba otra cita con él.
Ya se ha producido el encuentro, gracias a Juan y a su Cella Vinarium, y en estas líneas, no me retracto, pero si apunto otras características que pasaron desarpecibidas en nuestro primer contacto o predominaron en exceso, equivocando el resultado final.

A la vista es un cereza o guinda oscuro con ribete granate y reflejos violetas y azules. Bonito, atractivo y brillante. Intensidad media.
La nariz ya me pone en guardia. Ni comparación con el anterior. En la copa va evolucionando y es un vino que dice muchas cosas.
Es aromático, predominando los matices florales, violetas y rosas, y los frutales, fruta roja y negra. En un primer momento ni rastro de la madera, teniendo en cuenta que la temperatura de servicio se acercaba más a los 14 grados que a los 17. Hay un fondo mineral muy interesante. Aparecen especias, balsámicos y algún matiz herbáceo.
La madera, tiene 5 meses de barrica, no sobresale del conjunto. Va apareciendo poco a poco en la copa a modo de torrefactos y algo de vainilla.
La boca es correcta, vino de cuerpo medio, algo ligero después de la explosión de aromas. Acidez excelente, incluso baja, nada tánico y de largura media.
Predomina también el carácter mineral y el frutal, y la madera, hoy, la encuentro muy bien integrada.
Tiene un paso muy fácil, sedoso, afrutado y con los taninos redondos.
En resumen, lo he disfrutado el doble que la primera vez. Entonces, me pareció simpático, ahora, ya puedo decir que encontrado un nuevo amigo.

miércoles, enero 10, 2007

Godello.Part trois.







Todavía permanecen nuestros glúteos pegados a las sillas, aunque Antonio sugiere catar de pie, de cuando en vez. Desconozco si esta relacionado con las variz o con la nariz.
Pero antes de finalizar con los godellos, a nuestro querido y espléndido anfitrión, Luismix, se le antoja un juego imposible. A ciegas, descubrir la variedad que esconde una botella.
Es un vino blanco, color amarillo paja con reflejos dorados y verdosos, brillante.
Nariz espectacular y muy compleja. ¡Que frescor! Coco, vainillas, cítricos como el pomelo y el níspero, hinojo o anís estrellado y notas de cera.
En boca se nota la cremosidad de la madera tostada, muy mineral, una acidez elevada y una elegancia y complejidad que nos convence a todos.
Nos desvela el secreto, es un Pouilly- Fuissé 2004 Vieilles Vignes Monopole Domaine Robert Denogent Les Reisses
Blanco Chardonnay, appellation Pouilly Fuissé, subregión Mâconnais, región Burgundi, o Borgoña, en Francia. El único productor (monopole) es Robert Denogent.
La Guarda de Navarra no solo recomienda sino que obliga a probar este vino de excelente relación calidad precio. Para introducirse en la Borgoña sin sobresaltos.

Olvidado en la oscuridad de la fresquera, hasta este momento, un Guitian 2005 espera su turno.
El último godello de Valdeorras de la noche, fermentado en barrica de acacia.
Amarillo paja, casi dorado, con reflejos verdosos y un brillo limpio.
Nariz bonita, con recuerdos a miel, flores, pera, pimienta verde, y algún aroma tropical.
Boca con amplitud, correcta acidez y con largura.
Creo que de los probados es el más completo, sin contar con el As Sortes, sin cuajar, por su excesiva timidez.

En general me parecen vinos agradables para beber, con una nariz muy aromática y atractiva que nos hace imaginar una boca amplia, dejándonos algo descolocados al probarlos. Puede que al encontrarse en su segundo año hayan perdido algo de intensidad en boca, pero no puedo afirmarlo.
Al ser vinos muy particulares, muy personales y de una variedad desconocida para mí, valoro lo que me parecieron sin ninguna otra intención.
Necesito otro contacto con la godello, o mejor que eso, una visita a la zona.
A posteriori me entero que la revista Wine Spectator ha buscado por el mundo entero los mejores vinos con precio menor de 12€, y españoles ha encontrado diez, de los cuales el primero es un Viña Godebal 2003. ¡Casualité!


Para terminar la velada, una novedad, una botella de Jardín del Lúculo 2005.
Un tinto elaborado con garnacha de Sada (Navarra) vinificada en Mendigorría pero sin instalación fija, de momento.
A la vista es brillante, atractivo. Un cereza intenso con ribete granate y tonos azules y violetas.
La nariz es interesante, aunque le notamos falta de dulzura, de fruta, habitual de la variedad. Tiene una base floral y mineral que perdona lo anterior.
En boca, todavía tánico, presenta gran riqueza aromática y una madera inicial que predomina en exceso. Acidez buena y una largura a tener en cuenta.
Me dicen que procede de experimentadas manos por lo que le auguramos éxitos futuros.
Recomendable aunque preferiría tener otra cita con él.

Godello. Second part.









Motivado por ese exceso de azúcar que podía tener el Galgueira, Luismi nos ofrece una charla explicativa sobre los trocken, secos, o con algo de azúcar, luego auslesses, etc., etc., que acompaña con este vino, excelente, para recomendar y para beber como mucho en pareja.
¡Live la vie! O algo así, escucho entre exclamaciones.
Se trata de un Schlossgut Diel Classic 2004.
Elaborado con Riesling en la región alemana de Nahe.
No es trocken, pues tiene gramos de azúcar, exactamente 13,7 gramos, pero es seco. Prometo entender algún día semejante entuerto alemán.
De color amarillo muy pálido.
En nariz muy floral. Tiene gran intensidad. Apuntan que recuerda a la lluvia recién caída. Muy mineral, con los cítricos aromatizando el conjunto y una base de colonia fresca. Queroseno, poco o muy camuflado.
Boca característica y con mucha amplitud y longitud. Acidez excelente a pesar del prematuro descorche.
Extraordinario vino que Laguarda de Navarra recomienda sin paliativos, que diría un político.

Volviendo a la cata de godellos, que no habíamos olvidado, descorchamos el cuarto vino del orden establecido, un As Sortes 2005, también de Valdeorras, exactamente del Val do Bibei.
Todavía sigo esperando a que me salude y me empiece a contar algo.
A la vista es un amarillo paja, dorado, con reflejos verdes. Atractivo y brillante.
En nariz, cero en un primer momento. Solo reducción y más reducción. Al tiempo y después de dejarme agujetas en ambas muñecas y después de golpearlo con saña, alguien empieza a verlo aromático, algo de humus, parece muy mineral y con madera fina.
La boca, me dicen que aromática y amplia. Solo percibo la frescura, increíble, y la untuosidad elegante de su paso.
¡Que pena! Meses esperando coincidir con él y para cuando empieza a hablar ya me lo he bebido.
Recomiendo tomarlo y disfrutarlo en casa después de una hora o mas de oxigenación. Y si se fía uno del restaurante, que se lo vayan abriendo al formalizar la reserva.



(continuará)

martes, enero 09, 2007

Godello. Part One.




La reunión tiene como finalidad, en mi caso al menos, tomar contacto con la variedad Godello, cultivada principalmente en Valdeorras y el Bierzo. Alguno ya conoce alguna bodega de la zona, aún así creo que las conclusiones fueron parecidas.

Entretanto para calentar boca y activar papilas y neuronas, Eduardo, gentilmente nos motiva con un Artazuri rosado 2006, algo especial.
Elaborado en Artazu (Navarra) y procedente de uva garnacha, es un vino en rama, vino nuevo sin filtrar ni clarificar.
No valoramos la vista aunque tiene un color muy atractivo con todas esas partículas en suspensión, un rosita coralino intenso muy sugerente.
La nariz promete despertar todos nuestros sentidos. Muy floral, me apuntan pétalos de rosa, y muy frutal donde las fresillas pueden casi acariciarse.
En boca, lógicamente, predomina la fruta y una frescura riquísima. Aparece cierto cosquilleo debido a alguna punta de carbónico que el tiempo irá afinando.
Se presiente cierta largura y una amplitud que esperemos mantenga. Por su precio de mercado no se le puede pedir más.
¡Aquí te espero!


Después del calentamiento nos metemos en faena.
Empezamos con un A Coroa 2005, variedad godello de la Denominación de Origen Valdeorras.
Color amarillo pajizo con reflejos dorados.
En nariz algo de fruta sobremadurada. El más aromático de la terna inicial. Aparecen recuerdos a pegamento y aunque capto el melón, me puntualizan que es melón cantaloupe. Si lo dicen será. Compota de pera, plátano y manzana.
Boca con buena acidez e intensidad media baja. Tiene un puntito de amargor sobre la acidez, pero parece un vino correcto. No es muy largo y parece que le falta algo de pegada en boca.

Luego, otro blanco tranquilo de igual variedad y procedencia, Viña Godebal 2005.
A la vista brillante, amarillo pajizo pálido con reflejos dorados.
Nariz aromática, con notas de miel, plátano, manzana, fruta tropical, anisados en forma de hinojo y donde aparece una frescura agradable. Cítricos que recuerdan al pomelo rosa, si se ha probado, que no es mi caso, por lo tanto pomelo.
Un vino ligero, suave. No me dice nada en boca, ¿tal vez si lo hubiese conocido unos meses antes?. Por su precio es muy recomendable.
Digamos que presenta una nariz muy atractiva y una boca sencilla, sin mucha amplitud y sin largura.
En boca la acidez supera a los sabores afrutados pero tendiendo al equilibrio.

El trío inicial lo completa un Galgueira Selección 2005, godello también de Valdeorras.
Vista, amarillo pálido con algún reflejo dorado y verdoso.
En nariz después de un comienzo dubitativo y algo sulfuroso, fósforo o cerilla, en sus primeras impresiones, empieza a cantar sin amenaza ni coacción. Muy fresco y complejo, afrutado con toques de pera, y en general frutas blancas.
La boca amplia y frutal. Largura media y acidez rica.
Una precisión de Eduardo es motivo de controversia y de un descorche extra. Comenta que parece que le queda algo de azúcar, no sabe si buscado o accidental, ahí quedó la duda, en el aire. Y aquí en el blog la dejo yo, por si alguien nos puede sacar de dudas.
Vino agradable de beber fácil y frescura sugestiva.

(continuará)

jueves, enero 04, 2007

Oro, incienso y ¡mirra que portico el de Laguardia!


El año pasado, una noche como la de hoy, escribí una carta sincera a sus majestades los Reyes Magos de Oriente. Con mucha ilusión la envié vía blog y, sorpresa, llegó a su destino.
Dicho y hecho, mi petición se hizo realidad y en mi “bodega” reposa un mágnum de Pujanza Norte 2003 a la espera de la mejor ocasión para compartirlo y disfrutarlo.
Esta vez no he pedido nada para una fecha tan señalada pero como si lo hubiera hecho ya que han sido muchas las personas que de una forma u otra me han agradecido, durante todo el año, las letras que libremente y espontáneamente les he dedicado.
A todas ellas les reconozco sus detalles y su cariño confiando que, siendo participes del maravilloso mundo del vino en cualquiera de sus facetas, nunca pierdan su norte particular.
La Guarda de Navarra desea que todas sus ilusiones se cumplan que, habiendo sido muy buenos como le consta que son, reciban todos los regalos solicitados.
Como no, y sin nombrarlos, espera, también, que el carbón llene las vidas de los que se han portado mal y que si algún día tienen que volar lo hagan, por supuesto, en Er Madrí.
Feliz Noche de Reyes.


La imagen corresponde al Pórtico de la iglesia de Santa María de los Reyes de Laguardia. En el tímpano, el centro del pórtico, se puede observar escenas de la vida de la Virgen. A saber, la Anunciación, la Visitación, la Epifanía, el viaje de los Apóstoles, la Dormición, la Asunción de la Virgen y la Coronación.
Abajo a la derecha se observa a los tres Magos de Oriente ofreciendo sus regalos.

Nochevieja II de la Espagne










La segunda entrega de la selección para celebrar la entrada del 2007 nos lleva hasta la Rioja Alavesa.
Representantes de dos bodegas que dibujan perfectamente que se cuece en esta tierra confirmando el papel preponderante de sus vinos en el panorama nacional e internacional.
Bodegas Remirez de Ganuza y Bodegas y Viñedos Pujanza. Veteranía y juventud unidas para hacer disfrutar, a quienes nos gusta el vino, de sensaciones excitantes y placenteras.
¡Vaya cena y que vinos!
De entrada un Trasnocho 2003.
Tinto de tempranillo, no apto para todos los públicos.
Increíble en color, intenso, casi cubierto, cereza picota oscuro con ribete granate, destellos de juventud.
Nariz, sorprendente, por dos aspectos. Su intensidad es para enmarcar, pero recordaba una menor presencia de madera. Aún así, no enmascara la potencia de fruta, de especias, de chocolate, lácticos, balsámicos, incluso de regaliz.
Nariz compleja y fragante.
En boca su paso es goloso, amable y afrutado. Fondo mineral y matices provenientes de la madera menos molestos que en nariz. Acidez correctísima y algo tánico. Tiene largura para dar y tomar.
Como su nombre indica, un vino para pasar toda la noche.

Y después apoteosis cromática, aromática y potencia, bien entendida, en un vino exclusivo de reciente presentación.
Tinto de la variedad tempranillo, Cisma 2004.
Mas cubierto que el anterior compañero de mesa, con ribete morado en los bordes y muy intenso.
Nariz fantástica, compleja, armónica de intensidad alta. Fruta a raudales, especiado, especialmente mineral. Vino de terruño. Balsámico por momentos, madera nueva perfectamente entendida. Recuerdos de sotobosque, lácticos, cacaos y algo de cuero.
Boca amable y sedosa, nada consecuente con su aspecto fiero y potente. Las papilas a toda máquina, procesando sin parar. Fruta roja, fruta negra, maderas finas, chocolates, especias. Es amplio, serio, sabroso y elegante.
Los retronasales se fijan y cuesta olvidarlos, es persistente. La acidez justa, los taninos maduros y madurando, a pesar de la añada. El conjunto glorioso y equilibrado.
Un vino de trago largo, de larga vida y de vida prospera.

Nochevieja I de La France







El arsenal escogido para la cena de Nochevieja lo voy a dividir en dos para no aburrir al personal con un exceso de adjetivos superlativos epítetos.
Empecemos por un vino blanco francés de la Alsacia. Seco, de la variedad riesling y que con las puntuaciones recibidas por parte de Robert Parker y la revista Wine Spectator, ambas de 91 puntos, queda perfectamente presentado.
Es un Trimbach Cuvée Frederic Emile 2000.
A la vista presenta un amarillo pálido con brillos hacia tonos verdes. Intensidad media baja.
En nariz es aromático y potente, de carácter elegante y muy simpático, pues nos cuenta de todo. Presenta un excelente fondo mineral y matices claros de cítricos, mandarina y algo de naranja. Muy afrutado.
Su paso por boca es alegre, marcado por una maravillosa acidez. Un ligero amargor le da el toque selecto, muy logrado. Tiene largura y cuerpo medio. Equilibradísimo. Me da la impresión que podía haber redondeado sus formas y sus aromas con más tiempo en botella.
Me da lo mismo está espectacular y lo bebería mil y una veces más sin llegar a su madurez, aunque alguna botella podría guardarse para el futuro.


Sigamos por un champagne de la France, también. Que se note nuestra españolidad pero sin exclusiones.
Un Brut Grand Reserve Gosset.
Marca prestigiosa de francesa y dicen, que la más antigua de los vinos de Champaña, data de 1584.
Vino blanco de las variedades pinot noir, chardonnay y pinot meunier.
Precioso color amarillo dorado de intensidad media-baja. Limpio.
En nariz muestra toda su potente intensidad y su complejidad. Es afrutado y floral, intuyéndose los matices de su paso por el roble.
La boca es sedosa presentando, en su paso, un cuerpo medio, podríamos decir untuoso. Toques dulces de frutas, aromas concentrados.
La s burbujas favorecen en la boca su estructura y sus increíbles sensaciones. Una acidez perfectamente acoplada y una persistencia inolvidable.
Sencillamente magnifico, teniendo en cuenta que mis experiencias con espumosos son menos frecuentes de las deseadas.
Lo bueno es fácil de apreciar, así cualquiera.

miércoles, enero 03, 2007

Reserva al cuadrado


El pasado domingo durante la comida tuve ocasión de probar y beber dos vinos que me gustaría compartir con el blog, polémicas aparte.
Ante todo dejo claro que yo no seleccioné ninguna de las marcas. Cuando no estás en tu propia casa bebes lo que toca y sin rechistar.
Ambos vinos son decantados para airearlos pues ninguno contiene posos.
El primero, cosas del destino, Vallobera Cazador Reserva 1996.
En botella bordelesa normal, lo comento por que es habitual otro diseño, ancha de hombros y estrecha de base, como una ánfora estirada, algo inestable pero curiosa.
Correcto a la vista, después de diez años. Cereza oscuro con ribetes teja, lagrima densa.
En nariz se muestra vivo, buena madera, fruta roja, balsámico y licoroso.
La boca es golosa, de potencia media, de paso agradable y taninos nobles. Al igual que en nariz, nos muestra frutos rojos, balsámicos, regaliz y madera fina.
Sorprendente en su evolución, ya que comenté el resultado con terceras personas y no habían corrido la misma suerte. Seré un privilegiado ya que no acostumbro a beber ni reservas ni grandes reservas y “alguien” quiso recompensar mi paladar.
El segundo, un Finca Valpiedra Reserva 1999.
Al principio menos vivo que el anterior, pero la lógica se impuso y nos dio momentos brillantes.
A la vista, de intensidad media alta, presenta un picota con ribete granate y algún matiz teja.
En nariz fue de menos a más y mostró gran variedad de aromas casi todos provenientes del tostado de la madera. Torrefactos, especias, balsámicos, mentolados, lácticos, algo de cacao y fruta roja madura.
La boca es atractiva por la frescura. Sigue habiendo fruta, fondo mineral, tiene largura media y los taninos mas vivos, pero sin molestar.
Tiene elegancia y visto lo visto, se podría haber esperado un tiempo antes de consumirlo. Pero por si acaso, ya esta en el zurrón.
Dos reservas que podrían ser titulares.
Perdón, puntualizo, para mi dos reservas que podrían ser titulares.

martes, enero 02, 2007

Bodegas Pedro Escudero en Rueda


Valdelainos 2004 y Fuente Elvira 2003


Elaborados por las Bodegas Pedro Escudero del pueblo de La Seca (Valladolid) son dos vinos blancos de Rueda de la variedad verdejo.

Ya los probé y disfruté el año pasado, veamos que tal se han comportado después de otro año en botella y, creo, con una optima conservación.

El Valdelainos 2004 a la vista presenta un color pálido con reflejos verdosos, sin otra peculiaridad.

En nariz su intensidad es media-baja. Fruta tropical y cítricos. Sus aromas son frescos y algo minerales.

En boca presenta una acidez correcta y menos cuerpo, no lo recordaba tan ligero. Predomina la fruta y al final un casi imperceptible amargor. No es nada largo pero sigue siendo muy agradable. Recomendable por su precio, alrededor de los 3€.

El Fuente Elvira 2003 al haber fermentado en barrica parece que ha aguantado mejor en la botella.Nos sorprende a la vista con un amarillo dorado, atractivo y sugerente.En nariz resulta aromático de intensidad media, fruta madura y floral. La madera muy justita, esta muy bien ensamblada.En boca mantiene la estructura, una acidez magnifica y se muestra afrutado.El paso suave, su largura media y más untuoso que su compañero de bodega.

La Guarda de Navarra también lo recomienda tanto por su relación calidad precio como por el conjunto de las sensaciones aportadas desde que se abrió la primera botella. Muy interesante.