Hoy puede ser un gran día, como diría J.M.Serrat, cantautor y elaborador de vinos en la Bodega Mas Perinet del Priorato (no Mas Perineo, que parece una consigna de cierta tendencia sexual, como he leído en alguna publicación que deja actuar al auto corrector a su libre albedrío).
Celebraremos que nuestra sociedad se mueve. Para enfrentarse a un toro manso pero peligroso, y traidor, han hecho falta dos cornadas, una leve en el costado izquierdo de treinta centímetros, superficial, que no afecta órgano vital alguno, al menos de nuestro cuerpo, y otra mas grave que casi secciona la femoral y necesita de torniquete para continuar la lidia. Once centímetros, limpia y seca.
Junto a las tablas del tendido diez y transcurridos cinco minutos de la faena de muleta, con el rictus serio reflejando la responsabilidad y el poco valor demostrado hasta ahora, la mano derecha comienza a dibujar unos muletazos que rematará la izquierda con un soberbio pase de pecho.
Para tan magno acontecimiento me pienso beber ocho vinos, ocho, de distintas partes del mundo.
Van dos italianos, dos franceses, dos españoles, un australiano y un americano. Parece que voy a contar un chiste, pero no. Es la vida misma, me voy a dar el Primer Paseo por Los Grandes Vinos de Mundo.
Tengo referencias y se que va a resultar muy interesante. También sé que llegaré a casa en taxi, no sea que además de los delatores pagados por el Ministerio de Educación se hayan reclutado otros por parte del de Sanidad y tengamos un control de alcoholemia a la salida de la vinoteca. Algo mas que probable pues aquí ya se sabe todo, menos lo realmente urgente y preocupante.
Bueno, voy a disponer mi cuerpo para recibir a esos vinos tan insignes por lo que seguiré una dieta ligera que no altere mi tracto digestivo y que me permita llegar a las ocho de la tarde con el cerebro y el hígado blindado ante tal dosis de alcohol.
En las próximas fechas publicaré un post al respecto. Si lo recuerdo todo, claro, pues esta noche sobran las escupideras.
Manteneos a la espera. Gracias.
Celebraremos que nuestra sociedad se mueve. Para enfrentarse a un toro manso pero peligroso, y traidor, han hecho falta dos cornadas, una leve en el costado izquierdo de treinta centímetros, superficial, que no afecta órgano vital alguno, al menos de nuestro cuerpo, y otra mas grave que casi secciona la femoral y necesita de torniquete para continuar la lidia. Once centímetros, limpia y seca.
Junto a las tablas del tendido diez y transcurridos cinco minutos de la faena de muleta, con el rictus serio reflejando la responsabilidad y el poco valor demostrado hasta ahora, la mano derecha comienza a dibujar unos muletazos que rematará la izquierda con un soberbio pase de pecho.
Para tan magno acontecimiento me pienso beber ocho vinos, ocho, de distintas partes del mundo.
Van dos italianos, dos franceses, dos españoles, un australiano y un americano. Parece que voy a contar un chiste, pero no. Es la vida misma, me voy a dar el Primer Paseo por Los Grandes Vinos de Mundo.
Tengo referencias y se que va a resultar muy interesante. También sé que llegaré a casa en taxi, no sea que además de los delatores pagados por el Ministerio de Educación se hayan reclutado otros por parte del de Sanidad y tengamos un control de alcoholemia a la salida de la vinoteca. Algo mas que probable pues aquí ya se sabe todo, menos lo realmente urgente y preocupante.
Bueno, voy a disponer mi cuerpo para recibir a esos vinos tan insignes por lo que seguiré una dieta ligera que no altere mi tracto digestivo y que me permita llegar a las ocho de la tarde con el cerebro y el hígado blindado ante tal dosis de alcohol.
En las próximas fechas publicaré un post al respecto. Si lo recuerdo todo, claro, pues esta noche sobran las escupideras.
Manteneos a la espera. Gracias.
2 comentarios:
Suerte y al toro..., amigo Laguarda!
Ya nos contarás...
Saludos
Por supuesto, ya me tiembla el pulso. Con toda el agua que está cayendo ahora en Pamplona es el día indicado para, solo, beber vino.
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