Luberri 2006

No he podido resistirme y he comprado una botella de este vino que tanto gusta, y disgusta. No es la primera vez, espero no estar enganchándome.
Para quien no está acostumbrado a los maceración carbónica tan habituales por mi bendita tierra riojana y alavesa, el Luberri es un vino de los de quitarse el sombrero. Pero para quienes llevamos muchos años con una uva en el paladar, eso de encontrarnos de repente con un bang bang –chicle de fresa, para los mas jóvenes- y con un plátano, aunque sea de Canarias, en la nariz, nos descoloca un poco.
Procede de Elciego, donde se hace buen vino además de encontrar el majestuoso edificio de Frank Gehry, de las Bodegas Luberri-Monje Amestoy, por tanto D.O.C. Rioja y lo elaboran con un 95% de tempranillo y un 5% de viura.
Luberri 2006.
A la vista aparece como un rojo oscuro, granate fuerte, con ribete violeta. Lágrima densa. Capa media alta. Limpio y brillante.
En nariz es donde marca la diferencia. Acompañando a los habituales aromas de regaliz, de frutas rojas, de flores, tan característicos de un buen rioja alavesa, aparecen otros menos habituales, motivo de controversia entre los puristas. Un exceso de gominola, de caramelo de fresa y nata, de chicle de fresa, incluso notas a plátano, más propias de un blanco- del porcentaje de viura, supongo- que sorprenden gratamente al inicio y que al momento empalagan, enmascarando lo esencial de un maceración carbónica. Intensidad no le falta.
En boca se muestra muy afrutado, con frescura y dulzura equilibradas, con un postgusto marcado por el regaliz y un amargor que favorece la persistencia notable. Cuerpo medio. Muy rico, goloso, aunque para mi gusto, carente de chispa.
La Guarda de Navarra recomienda este vino pues si te gusta disfrutas doble. Te deleitas con un buen maceración carbónica riojano y te llevas un extra de aromas en el mismo lote.
¡Indispensable y embaucador! Si lo pruebas repites.