jueves, mayo 03, 2007

Dominio de Tares, Dominio de Dostares y Lusco do Miño.



Una vez más Luismix tuvo la gentileza de invitarnos a su vinoteca. Esta vez a una cata-presentación de los vinos de Dominio de Tares. Cata anárquica como la calificó Mario Rico, director comercial y co-fundador de la bodega. Se nota que no frecuenta nuestras reuniones. Entiendo que viniendo de León a alguien se le pueda ocurrir llamarle republicano a un rey, pero anárquica a esta cata...
En términos taurinos, a tenor de las expresiones y de la participación de cada cual, podría resumirse la reunión con división de opiniones. Hubo quien jaleó cada vino como si nunca hubiera bebido nada mejor, hasta el indulto de alguno de ellos se hubiera concedido de no mediar un presidente y un tendido “entendido”. Otros nos mostramos críticos y comedidos, disfrutando sólo de lo realmente bueno, que lo hubo, y esperanzados con el futuro prometedor del resto. Incluso hubo quienes ni fu ni fa. Pero eso es otro cantar.
Sobrevino nos desmenuza con pulcritud lo acontecido, describiendo cada vino y exponiendo su punto de vista. A su blog os remito y aquí me quedo yo embarrándome un poco y disfrutando con las sensaciones vividas.
Dominio de Tares y Dominio Dostares. Dos nombres para una misma empresa ubicada en zonas diferentes pero con la misma política, la misma filosofía y la misma “frescura”.
Dominio de Tares se sitúa en el Bierzo y los vinos son monovarietales de Mencía.
Probamos:
Baltos 2005, el de mejor relación calidad-precio de la noche. Esplendido.
Cepas Viejas 2004, el más completo. Excelente.
Bembibre 2004, complejo y equilibrado. Excepcional.
Elaboran también un Godello, fermentado en barrica, pero no tuvimos la suerte de probarlo. Fue una pena pues es una variedad que me encanta y que poco a poco va ocupando el sitio que merece, tanto en Bierzo como, sobre todo, en Valdeorras. En este punto me gustaría ser crítico con Mario pues hizo un comentario desafortunado. Tachó de variedad de “las disculpas” a la Godello queriendo decir que un año por el frío, otro por el calor, otro por la lluvia, otro por la maduración, otro por... el caso es que nunca sale el vino que se desea. No estoy de acuerdo con su apreciación, y él tampoco, pero a veces adornando exposiciones e intentando justificar lo injustificable se escapan comentarios, imposibles de defender, como argumentos comerciales y, claro, luego que cada palo aguante su vela.
A Dominio de Dostares pertenecen los vinos de la bodega que se sitúan en otra zona de León, fuera del Bierzo, y que, por tanto, no pueden utilizar el mismo nombre. Hábilmente, con un mínimo cambio con respecto a la empresa madre, encontraron esta designación, y hasta hubo entre nosotros quienes no se percataron del hecho, leyendo repetidamente Dominio de Tares donde ponía de Dostares. Un diez enorme por inspiración tan ingeniosa.
Los vinos se encuadran dentro de “Vinos de Calidad de la Tierra de León” y se elaboran con una variedad autóctona como es la Prieto Picudo. Muy interesante la uva y los vinos. Los disfrutamos con cautela pues, si no me equivoco, es la primera o de las primeras cosechas y se merecen un voto de confianza por lo que han conseguido y mas de una “disculpa” por que todavía les queda mucho camino por andar.
Una bodega no se puede valorar, ni para bien ni para mal, por una sola añada, ni por dos, ni por tres. Como bien dijo el director comercial de la bodega, esto es una carrera de fondo y gana quien es más regular. La Prieto Picudo nos convenció, pero estamos al comienzo de la prueba y es pronto para aventurarse y deducir como llegará a la mitad y lo que es más importante, al final. ¡Animo! por que condiciones tiene y parece que buenos preparadores también.
Probamos:
Tombú 2006, musculoso y atractivo, necesita pulir sus maneras.
Estay 2005, prometedor, la botella le vendrá que ni pintada, buen precio y futuro.
Cumal 2004, muy fácil para su precio, largo pero sin llegar a las 45 caudalías apuntadas.

La tercera expansión empresarial nos lleva a tierras gallegas, exactamente a Rías Baixas, a la subzona del Condado de Tea, donde Dominio de Tares compró la mayoría accionarial de Lusco do Miño llevando a esta bodega gallega hasta cotas hace un tiempo impensables.
Aprovechando las excelentes condiciones climáticas, el suelo pobre de granito, la altura del terreno y sobre todo con una variedad excelente como el Albariño, elaboran unos blancos de extraordinaria calidad como son el Lusco y el Pazo Piñeiro.
Aquí volvió a patinar Mario. Fue capaz de decir que esta zona de Rías Baixas, y no otra, es la mejor del mundo para que la Albariño se exprese en su máximo esplendor. Puede ser cierto empíricamente pero que yo sepa ese vino no se hace solo, ¿o si? Afirmar que ni en el Valle de Salnés se dan esas condiciones tan caprichosas me pareció excesivo. Lo mío es lo mejor y lo del otro caca, pero de la vaca.
El Pazo Piñeiro 2005 que catamos, y que ya conocía, me parece un vino de los de bandera. No el de ese día, pues “disculpas” aparte, con el ajetreo de una semana viajando en un maletero y con una añada reciente no demuestra todo lo que puede llegar a ofrecer.
Es un albariño, de los pocos que no pasan por madera, que se cría en depósito con sus lías consiguiéndose una gran estructura y una acidez fantástica.
Espero conseguir de cada vino las muestras pertinentes para “vigilar” su evolución y disfrutarlos en silencio.
Buena bodega y empresa, recomendables vinos que La Guarda de Navarra pone en conocimiento del mundo y una experiencia para vivirla, pues nadie se imagina todos los conocimientos que se pueden adquirir en este tipo de reuniones cuando no se tiene la posibilidad de visitar la bodega.
¡Y este mes viene Agustí Torelló con todos sus cavas!

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