jueves, mayo 17, 2007

Primavera entre viñedos



Gracias a esta iniciativa se han desarrollado en la Rioja Alavesa varias actividades como senderismo, conciertos, visitas a bodegas, teatro, visitas culturales, catas, juegos para los niños y, como muestra la fotografía, recorridos en tren turístico.
A esta última es a la que le dedico el post.
Además de servir para que los mas pequeños disfrutaran del viaje, pues pocos en su corta vida han vivido experiencias similares, nos produjo a los adultos una especial sensación motivada por la baja velocidad a la que se desplazaba el tren y que a todos nos brindó un punto de vista de nuestro paisaje diferente al que estamos acostumbrados.
Hacía muchos años que por tristes motivos personales, difíciles de olvidar, no visitaba Paganos, un pequeño pueblo cercano a Laguardia. Lo encontré tranquilo, acogedor y muy cambiado en líneas generales pero conservando la mayor parte de los recuerdos que de él tengo.
Entrando por la carretera estrecha, guardada a ambos lados por viñedos donde familias enteras realizaban a las cepas, bien pobladas de hojas, las labores propias del ciclo vegetativo, se divisan varias bodegas cada una con su estilo y porte que adornan el paisaje muy verde de esta primavera.
Pasamos, serpenteando con los vagones, por la plaza de la fuente y de ahí a la plaza principal del pueblo donde las fachadas de las casas se mantienen tal y como las dejé.
Agua no, mejor vino, para superar el delicado trago de la acometida de imágenes retrospectivas que me bombardearon en segundos y me arrugaron el corazón, tal y como esperaba, mientras el tren sin estación seguía sus vías imaginarias circundando el pueblo.
Rozamos la iglesia y vimos, de lejos, la ermita para abandonar las calles y volver de nuevo a Laguardia.
La larga recta que une ambos pueblos sirvió para comprobar los efectos del agua en el campo y observar el pasado, presente y futuro de la comarca. Bodegas al frente, cooperativas vinícolas a la diestra y la espectacular Ysios en la base de la sierra nos condujeron hasta empezar la rampa de ascenso a la villa fortificada.
El viaje continuaba hasta Elciego, pero nos pareció suficiente la ruta realizada teniendo en cuenta nuestros dos compañeros de tres años de edad.
La Guarda de Navarra aconseja visitar esta bella comarca y, con tren o sin tren, adentrarse por sus caminos, viajando entre los viñedos, y por sus carreteras, parando en cada uno de los bonitos pueblos que dan nombre a la Rioja Alavesa.
¡A por ellos, oe!

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