Zumos y zumos.

Recordáis el anuncio que decía:
“En el frigorífico de su tienda de alimentación usted puede encontrar zumos como Minute Maid obtenido a partir de zumo de naranja concentrado o zumos como Don Simón exprimido directamente de las naranjas.Zumo exprimido Don Simón directo de las naranjas.”
Pues nada, los dos directamente a la basura. Son agua contaminada de conservantes y colorantes y ¿pulpa?
Muy bien por esa publicidad. Es interesante ver como dos empresas se tiran los trastos diciéndose mutuamente las verdades. Ya esta bien eso de ser políticamente correcto. Si un producto es malo se debe denunciar y a quien no le guste, ajo y agua. Los consumidores estamos hartos de pagar por productos que no merecen la pena. Y estoy dispuesto a trasladar esto al vino.
Uno se cansa de ver catas de vinos, que no hay por donde cogerlos, y en cambio parecen ser la panacea. Color picota con ribete azulado, nariz intensa y aromática, largo y persistente. Goloso, sabroso.
Picas, lo compras, lo pruebas y lo único que persiste es tu ardor de estomago y el dolor del bolsillo.
Si os fijáis no encontrareis nada más que revistas, páginas Web, guías o blogs donde todos los vinos son riquísimos. Me temo que no es verdad, aunque también es cierto que solo se publican los vinos que merecen la pena, sobre todo por no herir al prójimo y por que la cata tiene mucho de personal y de psicológico. Es algo subjetivo pero hay casos que ni abstrayéndote consigues encontrar algún matiz positivo.
Me he desviado del tema inicial de los zumos. Ya me encauzo.
Si esas dos empresas zumiproductoras se dieran un garbeo por las bodegas de la Rioja Alavesa estos días comprenderían, al fin, que es un buen néctar.
Ayer, domingo, estuve en Laguardia y, como no, en época de vendimia es obligada la visita para ver la descarga de la uva, como evolucionan los depósitos, como controlan la fermentación, como remontan, como pega el peligroso tufo, etc.
En Bodegas San Pedro probé los depósitos que en el futuro nos llenarán de gozo al pedir un Caudalia o un Vallobera blanco del 2006. Ambos turbios y concentrados. El primero con una frescura y unos aromas impresionantes mostraba una incipiente fermentación. El segundo mostraba toda la dulzura de un verdadero zumo. Vaya ejemplos para comprender que es un vino aromático.
Luego me trasladé a Bodegas Pujanza. Entre el jaleo de los tractores, la tolva de descarga y la despalilladora, se podía encontrar un rincón para la paz y el disfrute. Entre el acero inoxidable, ajenos a la vendimia, abrimos los grifos de los Pujanzas del 2006.
Densidad, dulzura y sabor que derribarían las estanterías y los cimientos de los hiper.
Si alguien no conoce estas sensaciones tiene a la Patrona de España, la Virgen del Pilar, como aliada para desplazarse a la bodega más cercana y descubrir el milagro.
El milagro de cómo hay personas tan sabias que de ese zumo logran grandes vinos o las hay también tan ineptas que de ese mismo zumo no sacan nada.