Pronto llegará el escaso cupo de Mancuso para la Comunidad Navarra. Será la cosecha del 2004 y nos seguirá deleitando con su aroma y potencia, demostrando por que es uno de los mejores garnachas de España.
Junto con el Pujanza 2003 y el Pujanza Norte 2003, conformará la terna fantástica que nos llenará de satisfacciones hasta que vengan las siguientes añadas, por lo menos, pues adelanto que las cosechas de 2004 y 2005 van a dar mucho que hablar.
Y no cuento con la próxima salida del Cisma, el nuevo vino de gama alta de Bodegas y Viñedos Pujanza. Vino, por cierto, que será difícil de conseguir, salvo petición expresa.
Todos los consumidores de Pujanza en Navarra están agradeciendo la calidad de sus vinos. Eso dice mucho del trabajo de una bodega y de su filosofía, tan particular.
Los que apuestan por un valor seguro han encontrado en Pujanza el comodín más rentable a la hora de pedirlo o comprarlo. Los que buscan carácter, aroma, amabilidad y elegancia, también han localizado un vino de referencia para afinar su gusto. Y los incondicionales, que ya los hay, no saben que hacer para controlar su dependencia.
Esto hablando de consumidores, si me refiero a hosteleros o vinotecas se repite la historia.
Cualquier establecimiento que tiene a Pujanza entre sus propuestas sabe que ha invertido correctamente. Pueden sugerirlo sin miedo a una decepción pues es un vino que se adapta a todos los paladares. Pueden descorcharlo con la garantía de que en la siguiente visita volverán a repetir. A su vez es un vino que sorprende a quien espera un Rioja típico.
Solo tiene un pecado, por su volumen de producción no llega para todos, con lo que se dificulta en gran medida su expansión. Esto le confiere un carácter de exclusividad que hace que encontrarlo, a veces, cueste una aventura y una satisfacción en el logro.
¿Y tu, a que esperas?
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