Un vino interesante de Bodegas Macaya, en Larraga, Navarra.
Elaborado con un 70% de tempranillo y un 30% de cabernet sauvignon.
Rubí brillante con ribete atejado, capa media-baja.
En nariz (aparte de presentar un ligero olor a corcho, ¡lastima!) se muestra aromático y con bouquet.
En boca predomina el tempranillo aunque el cabernet deja su impronta. Cuerpo medio. Hay un fondo de fruta dentro de todo los matices aportados por la madera. Mermelada de frutas rojas entre tostados, ahumados y algo de cuero.
Presenta un paso fácil. La acidez y los taninos son correctos aunque el tiempo seguro que los mejora.
Con alimentos nos sorprende con una amabilidad y una dulzura que lo hacen un vino muy atractivo. Me costo 8.60€, visto el mercado, considero un buen precio.
Aconsejo oxigenarlo si se va a consumir al momento, sin guardar nada, ni para el postre.
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