Publico la cata de un vino que me parece interesante y que viendo, a posteriori, su trayectoria ha levantado en mí unas expectativas muy interesantes.
Se trata de un Laurona 2002, D.O. Montsant, un tinto con crianza de las Bodegas Celler Laurona en Falset, Tarragona, España.
Como reza su etiqueta se ha elaborado con garnacha y cariñena, con pinceladas de syrah, merlot y cabernet saugvignon, procedente de viñedos de entre 15 y 40 años.
A la vista nos regala un color cereza picota casi cubierto con ribete granatoso, virando levemente a tonos teja. De lágrima densa y estrecha nos prepara para zambullirnos en su potencia.
De nariz calida y aromática, no demuestra la intensidad que se intuía por el color y contenido glicérico. Es algo tímido al principio, por lo que perdonamos su primera impresión. Hay fruta roja madura, especias como el orégano y la canela, alguna flor. Mermelada de frambuesa, caramelo de cubalibre, algún matiz recuerda a algún fruto seco y según va evolucionando aparecen notas minerales y balsámicas. También aromas procedentes de la crianza, como la vainilla. Diríamos que tiene cierta complejidad nasal, como la Rossi de Palma.
En la boca si confirma las previsiones. Una gran acidez, taninos vivos, fruta madura y algo mineral. Un ligero amargor que nos recuerda a las nueces. De cuerpo medio, igual que su largura, podríamos decir que tiene una potente estructura y una extraordinaria acidez. Tiene que redondearse en botella.
Se trata de un Laurona 2002, D.O. Montsant, un tinto con crianza de las Bodegas Celler Laurona en Falset, Tarragona, España.
Como reza su etiqueta se ha elaborado con garnacha y cariñena, con pinceladas de syrah, merlot y cabernet saugvignon, procedente de viñedos de entre 15 y 40 años.
A la vista nos regala un color cereza picota casi cubierto con ribete granatoso, virando levemente a tonos teja. De lágrima densa y estrecha nos prepara para zambullirnos en su potencia.
De nariz calida y aromática, no demuestra la intensidad que se intuía por el color y contenido glicérico. Es algo tímido al principio, por lo que perdonamos su primera impresión. Hay fruta roja madura, especias como el orégano y la canela, alguna flor. Mermelada de frambuesa, caramelo de cubalibre, algún matiz recuerda a algún fruto seco y según va evolucionando aparecen notas minerales y balsámicas. También aromas procedentes de la crianza, como la vainilla. Diríamos que tiene cierta complejidad nasal, como la Rossi de Palma.
En la boca si confirma las previsiones. Una gran acidez, taninos vivos, fruta madura y algo mineral. Un ligero amargor que nos recuerda a las nueces. De cuerpo medio, igual que su largura, podríamos decir que tiene una potente estructura y una extraordinaria acidez. Tiene que redondearse en botella.
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