jueves, diciembre 14, 2006

Sedado y sin vino.


Soy incorregible, ni dormido dejo de hablar de vino.
Ya se sabe del efecto desinhibidor de la anestesia en las operaciones quirúrgicas y del uso de productos hipnóticos para revelar grandes secretos.
Pues a mí ni sedándome consiguen que deje de vender las excelencias del vino en general y del riojano alavés en particular.
Conociéndome como me conozco, soy capaz de hablar de vino bajo el agua, incluso bajo el vino, si me sumergen dentro de una cuba. En este supuesto por que me lo bebo, claro.
Lo cuento como curiosidad y dando fe de ello, por si se me olvida en el futuro y no se lo puedo contar a mis futuros nietos o sobrinos nietos.
Esta mañana, durante unas pruebas de chequeo en una clínica que requerían de anestesia y mientras me hacían alguna que otra perrería por la espalda con alevosía, premeditación y ensañamiento, he entablado una conversación amistosa con el equipo medico y el anestesista.
Ha sido tan fluida y convincente que si llego a tener una caja de seis en la camilla salimos todos bailando la Conga de Jalisco y cantando Asunción, Asunción.
Y ahora a descansar y a culturizarme, por que como Groucho, encuentro la tele muy instructiva. Tanto que cada vez que alguien la enciende me voy a leer un buen libro.

4 comentarios:

Sobre Vino dijo...

Que no sea nada y te recuperes.

Un abrazo,

SobreVino

La Guarda de Navarra dijo...

Muchas gracias. Ya sabes lo que se dice de la mala hierba.

Carlos Rodriguez dijo...

Pues si... mala hierba nunca muere, jaja
Felices Fiestas
Carlos Rguez
Roco&Wines

La Guarda de Navarra dijo...

Lo mismo te deseo a ti y a todos los que nos leemos con caracter reciproco.
También a los que, aún siguiendonos, no se deciden por dejar comentarios, que siempre son muy valiosos y gratificantes.