martes, diciembre 12, 2006

Entreviñas y Olivos en Laguardia






















¿Elegante o diferente? Entreviñas y Olivos, en Laguardia, calle Cuatro Cantones 12, para disfrutar del vino en un marco que conseguirá hacerte viajar en el tiempo.
Nada más agradable que el confort y el crepitar de un leño ardiendo. Una música de fondo, tipo lounge, que no molesta ni a las conversaciones ni al reposar del viajero. La historia de unas piedras labradas y erosionadas para y por el vino. La compañía de un trujal que sufrió una metamorfosis obligada y que ahora es mesa elevada por ocho marranos. Un servicio esplendido, atento y simpático. ¿Que más se puede pedir cuando lo que se busca es tomar una copa de vino en un ambiente tranquilo? Efectivamente, hay que exigir buen vino. Y eso es lo que tampoco falta. Vinos de la Rioja Alavesa, vinos de bodegas punteras que no es habitual encontrar en la barra de otros bares.
Una carta, amablemente entregada, te informará de las posibilidades a degustar. Se les puede acompañar con algún plato de queso y embutido ibérico, aunque con el precio de la copa ya incluyen alguna original y sabrosa tapa.
Si se va en grupo es aconsejable pedir una botella, descorchada con mimo y servida a una temperatura correcta. Si se quiere pasar el doble de bien, se abriran dos.
La Guarda de Navarra quiere compartir en el blog este espacio tan gratificante para el espíritu, donde a veces el silencio es cómplice de tus pensamientos y donde el vino fluye de manera contenida procurando alegría y bienestar.
Como diría el poeta chino Li Tai-po, “El mundo esta lleno de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas”.

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