Érase una vez una ministra de sanidad pegada a una lacada cabellera rubia. El país donde habitaba y ministraba era tan perfecto que en vez de dedicarse, por ejemplo, a reducir las listas de espera en la seguridad social emprendió cruzadas tan importantes como perseguir a los fumadores por no cumplir el protocolo de Kioto o intentar prohibir las hamburguesas triples con extra de queso y grasa. Lo ultimo que se le ha pasado por la cabeza es incluir al vino dentro de las sustancias alcohólicas peligrosas.
Comprendo que un borracho con tres copas de vino sea detenido, juzgado y encarcelado. Comprendo que para dar ejemplo cumpla íntegramente sus penas. Comprendo que sea despreciado por la sociedad y desposeído de su carné de conducir para que no vuelva a delinquir. Comprendo que esté de moda reprimir este tipo de delitos y ser más flexible con otros por no sé que oscuras razones.
Pero me niego a asumir que por mi condición de distribuidor sea considerado un vinotraficante. He dicho.
Comprendo que un borracho con tres copas de vino sea detenido, juzgado y encarcelado. Comprendo que para dar ejemplo cumpla íntegramente sus penas. Comprendo que sea despreciado por la sociedad y desposeído de su carné de conducir para que no vuelva a delinquir. Comprendo que esté de moda reprimir este tipo de delitos y ser más flexible con otros por no sé que oscuras razones.
Pero me niego a asumir que por mi condición de distribuidor sea considerado un vinotraficante. He dicho.
2 comentarios:
Ja, Ja! Mucho me temo que este sábado delinquiremos juntos ... Y que cunda!
Olga
Aprovechemos mientras siga siendo legal.
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