viernes, septiembre 29, 2006

Botellitas para no perder puntitos


Comentaba el otro día la campaña en La Rioja para fomentar el consumo de vino en restaurantes posibilitando llevarse el sobrante de la botella a casa.
Escribía la poca gracia que me hacía volver a beber de botellas de 3/8, sobre todo por las probabilidades de que el vino no salga como en su día lo dispuso el bodeguero.
Por todos es sabido que las botellas a más volumen mejor evolucionan en el tiempo, de ahí las ventajas de consumir mágnum. También sabemos las malas condiciones a las que se somete a los vinos cuando se almacenan. Esa suma fatídica de mala conservación y escasa cantidad multiplican el riesgo de beber lo indeseado.
Pues bien, ya tengo clientes que me solicitan botellas de 0,37 litros. Se esta moviendo el mercado en ese sentido y es consecuencia de una caída considerable del consumo en restaurantes.
Siempre y cuando garanticen una óptima guarda del vino, no les pondré pega alguna, pero si observo esos locales-bodega de 40 grados en verano y -4 grados en invierno, con temperaturas oscilantes medias de 10 grados y 28 grados según temporada, creo que lo tendré que pensar.
A las bodegas les cuesta tiempo y dinero mantener una imagen que en un instante, por culpa de un tercero, pueden perder y nunca recuperar.
La persona que pide en un restaurante una marca, por ejemplo Vallobera de 0,37 cl. y le sale el vino oxidado o avinagrado, ya no la vuelve a pedir y encima habla mal de la bodega en su círculo de amistades, generando una bola que crece y crece. En vez de poner a caldo al restaurante que se la sirvió culpabiliza a quien firma en la etiqueta. Eso, por ejemplo, no pasa con el chuletón.
Por eso temo que me pidan esa referencia. Si, comprendo que lo mismo sucede en las botellas de 0,75 cl. pero en ese caso se disminuye a la mitad el riesgo.
Hombre, si el producto rota ante el acoso de las fuerzas de trafico no hay nada que oponer, pero una botellita del 2003 mal cuidada puede estar imbebible en año y medio.
El calor, la luz y los cambios bruscos de temperatura- cada vez que veo botellas en salones, cocinas o en almacenes sin climatizar se me revuelven las tripas- producen la oxidación prematura del vino. Calculo que un vino que puede vivir de media diez años en caso de una mala conservación puede caerse en menos de cinco años.
Pero que cada palo aguante su vela y quien no sepa cuidar un vino que no reclame nada a la bodega, y si lo hace que le den sopas con honda.
Un último apunte para los mandamases de tráfico. Ya que el consumo de alcohol incide negativamente en la conducción, solicito que se tomen las mismas medidas con los conductores que “pilotan” con otro tipo de sustancias en sangre.
Al menos que como en el vino, reduzcan el tamaño de consumo a “canutillos” y “guiones”.

jueves, septiembre 28, 2006

Estereotipando


He leído en un blog que los fichajes estrellas de la Sexta, Mamen Mendizábal, Helena Resano y Cristina Villanueva nos vigilan con sus felices rostros desde las marquesinas y vallas de la capital de España. Nada extraño si no fuera por que las tres lucen el mismo peinado. Espero que no anuncien a una emisora bananera donde se impone el peinado único. Si que me gustaría dejar claro es que quien decida ser original y lucir un look moderno que no opte por escoger el mismo que las citadas presentadoras. ¡Por favor!
Como rezaba en el texto citado: “El pelo no muy largo, la melena por encima de los hombros y excesivamente capeada. Eso sí muy cuidada, no hay que dejar que un sólo mechón se despeluche. Fundamental que las capas queden bien 'despuntadas', cada una a su aire -pero no al libre albedrío, el secador es fundamental-. Pero si hay una marca de la casa que las diferencie es el flequillo a un lado -¡y todas hacia el mismo!-, muy descargado y que caiga sobre la cara.”
Descripción soberbia con la que nos hacemos idea de la moda que viene.
Toda esta introducción viene a cuento porque esta falta de originalidad, estas fotocopias o calcos se va a encontrar quien decida zambullirse por primera vez en el mundo del vino.
Si no andas listo un mal asesor te puede hacer creer que todos los vinos son iguales, que en cada denominación vamos encontrar un mismo patrón y que hay vinos que nunca encontrarás en una determinada denominación de origen.
Aunque muchos me llevaran la contraria en esta afirmación, tengo que decir que en la vida se puede generalizar sin equivocarse muchas veces. Siempre habrá excepciones a una regla pero la mayoría, en muchos aspectos, cumple con un estereotipo y de ese burro no me bajo. No pongo ejemplos para no crear polémicas religiosas, políticas o personales.
Trasladando al vino este “problema”, a día de hoy, ¿quien se atreve a decir que el vino navarro es recio y que el mejor vino de Navarra es el rosado? ¿Quien duda de que por el Mediterráneo hay vinos que lucen más que el sol y no solo sangrías? ¿Quien relaciona La Mancha solamente con vinos de Valdepeñas de venta exterior y de bajo precio? ¿Quien cree que en Galicia solo se dan Albariños y Ribeiros? ¿Quien pide un Rioja imaginándose su color, textura o aroma? ¿Quién descarta beber buenos Prioratos o Riberas por su precio? ¿Quien desconoce los buenos vinos de El Bierzo, Rueda o Cariñena? ¿Quien no ha experimentado en Andalucía con otras opciones distintas a Tío Pepe y La Ina? Y en Madrid ¿Qué se puede decir de los vinos de Madrid?
El mundo del vino ha cambiado tanto que, en mi opinión, no se puede generalizar. Y no son solo excepciones. Son el fruto de grandes inversiones, investigaciones, cambios de políticas y filosofías personales. Cada cual hace lo que considera que es lo mejor. Teniendo como base la tierra y la materia prima, la uva, quien elabora el vino pretende dotarlo de una personalidad y de un carácter. Le imprime originalidad, manteniendo una línea de elaboración pero siempre intentando innovar.
La venta es el fin de este negocio y si se hace lo mismo que el vecino el fracaso esta garantizado, por que posiblemente tenga más recursos económicos y puede aplastarte en cualquier momento.
Si ningún vino se parece la competencia crece cada año. Se tiende a una mejora constante y los consumidores estamos agradecidos de que añada a añada vamos bebiendo vinos mas excelentes.
Así que guapas, estrellitas de una cadena nueva ya podéis empezar a distinguiros, por que pronto llegará quien os desbanque y ocupe vuestro trono. Y no me refiero, hablando de tronos, de una Leticia Ortiz cualquiera, si no de una periodista sin otra pretensión que ejercer su profesión, de una periodista de los pies a la cabeza. No solo una modelo cutre de peluquería.

miércoles, septiembre 27, 2006

Seguimos bebiendo


Con el cielo por montera y con un sol que da lucidez a mis pensamientos, puedo prometer, y prometo, que, por más que se empeñen, el buen vino se continúa bebiendo. Si, ya se que están por la labor de que todos bebamos lo mismo, comamos lo mismo, pensemos lo mismo e incluso veamos la única TV. Pero quien está en el ajo y escucha opiniones diversas, si diferentes, de cualquier signo y procedencia, se da cuenta que nada puede con los vinos que merecen la pena.
Si que esta cayendo el consumo de vinos baratos, a pesar de la incultura extendida a nivel popular, y ¡ojala caigan todos!. Y no me refiero por el precio, sino por la mala calidad. Lo lógico, y lo que digo por mi propio interés, es que el precio bajara a todos los niveles pero lo que es verdaderamente insultante es que existan bodegas que se llamen así viendo, que no catando, los productos que salen de sus almacenes. ¡Imbebibles! Y un vino no debe ser eso, cualquier cosa menos eso.
Por estas tierras navarras, como en el resto del país, existe un mercado importante que consume vinos de menos de un euro. Que cuesten menos de un euro no es noticia, ya que hay vinos que se cobran a 6 euros, ¡o mas!, que no valen ni eso, lo curioso es que hay gente, y mucha, que los consume y se quedan tan satisfechos.
Así empezó el síndrome toxico producido por el aceite de colza desnaturalizado. ¿Quien se podía creer que garrafas de cinco litros fueran tan baratas? Lo dicho, la incultura, y luego problemas y graves.
Los vinos caros o muy caros lo son por muchos componentes, muchos de ellos intangibles, pero los vinos baratos son baratos por una sola razón. No deberían ser vinos.
Hagamos caso al dicho: “Nadie da duros a cuatro pesetas”
Siempre encontraremos quien desoiga los consejos, pero allí su riesgo.
Esto se puede aplicar a todos los aspectos de la vida. Se debe dudar del vino que tiene precios tan ridículos pero también se debe y se tiene que desconfiar de quien te lo vende. Otro dicho popular: “Ahí hay gato encerrado”.
Otra cosa distinta es buscar y localizar gangas, con el consiguiente riesgo, pero hay ya no se juega con nuestra salud, si con nuestra psicología y con nuestro bolsillo.
¿Cuantas veces hemos visto anuncios de partidas de vinos, cosechas antiguas, colecciones pertenecientes al Marques de Menganito, cajas de Chateau Piribí o curiosidades varias que por distintas razones se ponen a la venta?
En nuestra mano queda comprarlas o no, arriesgando en hacer una buena inversión o por alardear diciendo al vecino que tenemos una botella que perteneció a Napoleón (sin contar que venga el carbono 14 a descubrir toda la farsa).
Pero eso no es grave pues todas esas gangas casi nunca se consumen y si se beben, el perjudicado ya contaba con esa elevada probabilidad.
Jugar con la honradez y con la salud de personas crédulas y confiadas vendiéndoles alimentos (no olvidemos que el vino es un alimento) que luego consumirán, y por el que desembolsarán un dinero que para ellas no tiene por que ser insignificante, eso no esta bien.
Y si no apliquemos este artículo al queso, al chorizo, a un aparato de radio o a un PC. Quien compra excesivamente barato sabe que no cuenta con garantías de que sea un producto medianamente bueno.
Para acabar con este lío, demos la vuelta a la tortilla.
Si un vino de 0.95€ fuera correcto y cada eslabón de la cadena ganara lo suficiente para vivir con dignidad, se podría pensar que nos la están dando con queso.
Pero me temo que esto último no refleja la realidad actual del mercado del vino.
Yo, por si acaso seguiré comprando vino a partir de 3 o 4 euros, vinos jóvenes, vinos de denominaciones emergentes, de bodegas jóvenes, vinos de calidad contrastada, con padre y madre.
Alguien me explicara algún día, por mucho excedente que haya, que un vino costara ayer 4,50€, y el mismo lo vendan hoy a 1,25€.
Eso es otro capitulo. Pero al menos alguna bodega ya se ha destapado y a otras ya las vamos conociendo.

jueves, septiembre 21, 2006

Fue el Chikitistaní



Supongamos que, debido a una intoxicación por elevados niveles de ocratoxina en el vino, mueren 192 personas y miles quedan con secuelas de diversa consideración (enfermedades de riñón y procesos cancerigenos).
Supongamos que el vino origen de la masacre fuera, por ejemplo, Chikitistaní.
Supongamos que, viendo las posibilidades de mercado y ventajas con la competencia, varias denominaciones de origen español deciden atribuir al vino de Rioja la responsabilidad de ese atentado contra la salud pública.
Continuemos con la suposición.
Supongamos que ninguna de las botellas analizadas contiene la variedad tempranillo, que todas son monovarietales de una especie autóctona del Chikitistán. Uva, por cierto, de similares características que la de Rioja pero imposible de confundir por expertos analistas.
Supongamos que después de registrar concienzudamente almacenes, ultramarinos, hogares y aparcamientos aparece días después, por arte de birli birloque, una furgoneta llenica de cajas de vino con etiquetas de Rioja. Curiosamente en el lugar donde las autoridades sanitarias del ministerio más habían buscado en un primer momento.
Supongamos que meses antes de la detección de los primeros casos, dos camiones cargados de vino Chikitistaní salen de aquel país rumbo a España pero solo se detiene a uno.
Supongamos que ante la gravedad de los hechos se decide crear a nivel nacional, y bajo supervisión internacional, una comisión de investigación y que esta se cierra sin conclusiones esclarecedoras, y si con mucha prisa, con el visto bueno de todas las zonas, con la única oposición de La Rioja, mientras sigue su imparable caída de ventas.
Supongamos que el tiempo y revistas especializadas en enología van poco a poco llevando las aguas a su cauce. Que varios químicos y especialistas, ajenos a la denominación y dudando de la forma como se esta llevando todo el proceso de investigación, empiezan a obtener resultados y van destapando, uno por uno, lo que ellos llaman los agujeros granates del escándalo.
Supongamos que por ahí pulula un informe de un prestigioso laboratorio que desde el primer momento encontró a la uva chikitistanillo como la causante del brote, pero que no se hace público ni se conoce quien lo tiene.
Supongamos en que situación se encontraría hoy La Rioja, por cierto en fiestas en honor a San Mateo, si todos estos supuestos fueran ciertos. Cuantas familias se encontrarían arruinadas y destrozadas ante tal atropello e injusticia.
Acabemos suponiendo como se sentirán las demás denominaciones, plenas de empleo y riqueza, pero pobres de espíritu y conciencia. Deseando que escampe el temporal, que todo se olvide cuanto antes, tapando y desautorizando cualquier nueva revelación y prueba exculpatoria.
Pero esto se supone que no durará siempre.
Como se puede suponer todo es un supuesto, aunque si se encuentra algún parecido con la realidad es pura coincidencia.

miércoles, septiembre 20, 2006

Ya esta aquí el Pujanza 2003





Los seguidores de Pujanza están de suerte, las botellas del 2002 que guardaban con tanto cariño ya tienen compañeras. Sale al mercado el Pujanza 2003.
Como sus hermanos llega con contraetiqueta de vino joven aunque sus 14 meses de barrica le dan titulo de crianza.
Intenso en aromas, afrutado, balsámico y elegante. Muy bien estructurado, con cuerpo, potencia y equilibrado. Frescura y amabilidad en un vino con carácter.
Como cada año Pujanza mantiene su ascenso en un mercado complicado.
La Guarda de Navarra sigue confiando en este vino, y en general en todos los que comercializa, ya que siguen sin contribuir con el excedente nacional.
Algo querrá decir esto, cuando año a año siguen vendiendo lo que producen.
Para que luego me vengan diciendo que no es un vino conocido, ¿para que queremos que se conozca si somos suficientes, los elegidos, para disfrutarlo, acabar con sus existencias y luego añorarlo?
Que los demás continúen con sus bajadas de precio y con sus campañas de publicidad, La Guarda de Navarra sigue compartiendo los vinos que le gustan, vinos de calidad contrastada y vinos seleccionados para los consumidores por lo que son no por lo que parecen.
Sigamos así que el camino es largo.

martes, septiembre 19, 2006

¡Vaya Paella!






Desde el mes de septiembre de 2006 el Diccionario de la Real Academia de la Lengua española ha confirmado la primera acepción de PAELLA como: Plato elaborado en Laguardia por Alfredo, cuyos ingredientes, salvo omisión u olvido, son aceite, sal, pimiento rojo, pimiento verde, almejas, congrio, langostinos, calamares, cigalas, mejillones y arroz.
El secreto de una buena paella radica en unos buenos ingredientes, buena compañía y buenos vinos.
En esta ocasión los vinos, todos tintos, que amenizaron semejante alarde gastronómico fueron seleccionados por la Bodega Las Orcas de Laguardia.
Decenio 2005.
Decenio/Solar de Randez 2001.
Pagos de Valdeorcas 2004.
Vinos muy interesantes elaborados por una pequeña bodega de tradición familiar, para tener en cuenta y para seguir muy de cerca por los aficionados al vino.
Sobre todo el Pago de Valdeorcas 2004, confianza y esperanza, en un gran vino que todavía no está en el mercado pero que ya estamos deseando que salga.
La imagen que adjunto al texto es la viva expresión de la danza, digamos una Muñeira- en honor a Luís y sus Albariños- escenificada por las cigalas con sus pinzas en alto. Es la expresión del bullicio, del jaleo de la fiesta donde los mejillones se elevan a saltos sobre las almejas que chasquean sus conchas con alegría. Los langostinos tumbados beodos de arroz, y el congrio y los calamares aglutinando al resto.
Es a la vista, y fue al paladar, una tormenta de sabores marinos, una conjunción perfecta elaborada por una mano experta. Sabrosa, sorprendente y bien apreciada por estómagos agradecidos, como los nuestros.
Podría utilizar el calificativo de irrepetible, pero prefiero no hacerlo pues deseo que se vuelva a repetir y que sea pronto.
Vino y gastronomía, y además buenos amigos, gran broche de oro estival.

lunes, septiembre 18, 2006

En tu casa o en la mía


Bueno, al fin alguien se preocupa de quienes bebemos vino. Todo el mundo hablando del tráfico, de la retirada de puntos, de que por pillar el punto no llegues al coma y cosas por el estilo.
Pues bien desde la asociación Euro-toques y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja nos proponen y nos facilitan llevarnos el vino sobrante del restaurante a casa.
Volveremos a desterrar esa horrible idea de las botellas de 3/8 o de no consumir vinos caros por no dejar la botella medio llena encima de la mesa. Eso no se debe hacer, una botella de buen vino es la medida perfecta para el deleite, incluso tamaño mágnum. De un vino mediocre sobra con un vaso, por educación mas que nada.
Esta costumbre americana, incluso con la comida, de sacar del restaurante las sobras no esta bien vista por los europeos, pero visto lo pesaditos que se están poniendo con los controles de alcoholemia es para tenerlo muy en cuenta.
“El disfrute se prolonga en casa” es el nombre de la campaña, que esperemos se extienda rápidamente por Navarra y por toda España.
A la salida del restaurante tendremos unas bolsas especialmente diseñadas para el transporte de la botella y que trataran de vencer ese “corte”, esa duda inicial, para tomar una decisión a la que no estamos acostumbrados. ¡Que van a pensar de nosotros!
Se esta cambiando la tendencia en el consumo del vino en España, poco a poco el hogar va ganando terreno al restaurante y a la hostelería, en general. Veamos si con esta nueva moda los restaurantes vuelven por sus fueros, y los particulares, a su vez, descubren como se siente uno en casa bebiendo un gran vino.
De nuevo el Rioja a la cabeza de soluciones innovadoras para fomentar el consumo responsable. Esta vez con los cocineros, pero siempre en primera línea, sin olvidar al motor de su economía, nuestro apreciado vino.

miércoles, septiembre 13, 2006

Una de arranques Mrs Fischer




Acababa de torear a la muerte y su pelo seguía engominado como a primera hora de la mañana. Su flequillo peinado hacia atrás le confería cierto carácter ejecutivo, pero nada que ver con su realidad personal.
Como cada día habíamos quedado a tomar un café en el bar Pola de Laguardia. No se encontraba mejor dosis de cafeína en muchos kilómetros a la redonda. Después de una agradable charla, intuyéndonos entre el humo de su habano, nos dirigimos a ver las viñas. Actividad relajante, instructiva y, hasta esa fecha, exenta de riesgo que gustábamos de practicar para goce y disfrute de nuestros sentidos.
Al volante de un Hummer H3 recorríamos los caminos, alguno asfaltado, conduciendo deportivamente y activando la producción de adrenalina. Así, bajarse del vehiculo y penetrar entre las vides rebosantes de uvas sanas nos creaba una sensación tan placentera que el silencio se apoderaba de nosotros.
Uno por uno, visitábamos todos los viñedos. Los racimos nos miraban expectantes como si desearan escuchar la orden de “a vendimiaaaar”.
Aplastábamos al azar algunos granos y medíamos la evolución de su maduración, sin necesidad de un refractómetro portátil. Con la vista, hollejo, pulpa y pepitas, al tacto notando como se pegaban nuestros dedos por el contenido de azúcar, y en boca dulzor y tanicidad. La experiencia le hacía prácticamente infalible. Tantos años conociendo y mimando estas tierras le facilitaban esa labor.
Con el espíritu tranquilo, satisfechos, nos sentamos de nuevo en los asientos de cuero y abrimos el techo corredizo.
La frescura de la mañana y los rayos de sol dotaban de un confort extra el viaje hacía la bodega.
No imaginábamos lo que nos esperaba mientras sonaba a gran volumen Sultans of swing. Otra melodía interrumpió de repente nuestra animada conversación. Provenía del bolsillo de su camisa y a la vez le hacía vibrar insistentemente la funda de sus gafas de sol.
Contestó, palideció y aceleró.
Los 220 caballos se pusieron a galopar y los derrapajes se sucedían uno tras otro.
A lo lejos, una densa polvareda avanzaba y un ruido de engranajes, cadenas y motores enturbiaba el paisaje.
Varios vehículos se dirigían, como nosotros, hacia el artificial tornado. Se agarraban al volante como pilotos poseidos y sus caras inexpresivas reflejaban la gravedad de la situación.
Un ejercito de excavadoras y bulldozers con bandera de la CEE y comandados por Mariann Fischer Boel estaba llegando a Laguardia arrancando indiscriminadamente a su paso todas las viñas.
Frente al férreo enemigo se posicionaban héroes sin nombre intentando impedir el avance de la catástrofe, pero abandonaban su actitud y observaban como sólidos tractores se convertían en toneladas de chatarra.
Nuestro todoterreno aceleraba buscando los culpables de este atropello y localizándolos en lo alto de una colina. Fuimos hacia ellos empujados por el diablo y con ideas poco amistosas.
A escasos metros de la fatal colisión y con los ojos desorbitados de la comisaria algo obstaculizó nuestro objetivo.
Cuatro vueltas de campana y un coche oficial del gobierno español, eso es lo último que recuerdo antes de volver a sentir la vida.
Allí nos quedamos, certificando lo inexorable, esposados y magullados, mientras la drástica y original vendimia, con las uvas ya prensadas, regalaba la cosecha del 2006 a la descarnada tierra.

martes, septiembre 12, 2006

¿El Guggen en Elciego?



En sus puestos, listos, ¡ya!
Ojala que con motivo de la ampliación de la Bodega del Marques del Riscal de Elciego comience una carrera que termine con un éxito sin precedentes en la comarca de Rioja Alavesa.
He visto la bodega por fuera. Deseando estoy de verle las entrañas, aunque me excita más ver la bodega antigua con sus calados y sus cosechas míticas.
Me gusta el diseño que Frank Ghery ha elegido para la ocasión, aún siendo repetitivo no deja de ser curioso. Las planchas de titanio de tres colores rosa, dorado y plateado o tinto, achampanado y blanco, diría yo, se retuercen como sarmientos destacando sobre el paisaje de viñedos.
A día de hoy, me temo que es un capricho que no me voy a dar. Quiero dejar sitio a esa legión de seguidores del amigo Frank que viaja, peregrina, por todo el mundo siguiendo el arte que despliega este arquitecto archiconocido.
El hotel para dormir, solo dormir, por 1350€ total para despertar y ver Laguardia tan lejos, no me motiva lo suficiente. Para eso llamo a Javier Guzmán de Navaridas y me hospedo en su casa rural “Carpe diem”. Por un precio módico, se disfruta de una vista de mi pueblo privilegiada, y encima se bebe buen vino.
Si que me apetece conocer y sentir en mis propias carnes los beneficios del Spa, vino-spa en este caso. Un masaje embriagador o el ritual “un día estrella en los viñedos” pueden arreglar, mínimamente, los excesos del verano. Todo se andará.
El restaurante de lujo, dirigido por Francis Paniego del Echaurren de Ezcaray ya es otra cosa. Cocinero televisivo y conocido por su cocina de autor, Francis, seguro que promete un cambio radical en las costumbres culinarias de la zona. Es la guinda que le faltaba a la zona. Recomendable.
Elciego saldrá beneficiado y la Rioja Alavesa también. Ahora esperaremos a la gran inauguración oficial donde las autoridades lucirán sus mejores galas ya que creo que esta invitado, incluso, nuestro republicano rey como le llama José Luís. Si, ese.
El día que yo visite tan magna obra daré información completa en el blog. Hasta entonces os remito a los enlaces de fotografías e informaciones de prensa.
Próximamente, fosteritos, made in Bilbao, en las salidas de las cuevas de Laguardia, y si no al tiempo.

lunes, septiembre 11, 2006

Buen baloncesto y buen vino


Analicemos la actualidad. ¿Cuál es la diferencia entre la selección nacional de fútbol y la de baloncesto?
La misma que la de un buen vino, de Rioja Alavesa por ejemplo, y un mal vino, sin procedencia, para no herir. Aunque hay vinos en Rioja Alavesa que como no se pongan las pilas les queda menos que al Sabio de Hortaleza y su Cutre team.
Como pueden ser tan diferentes sus resultados si aparentemente tienen iguales o parecidos mimbres para cosechar triunfos semejantes. La de fútbol, incluso, goza de sueldos y primas que arreglarían la vida a más de un agricultor. Hasta pueblos enteros podrían vivir con lo que cobra al año por ejemplo Raúl, pero...
El equipo capitaneado por Gasol tiene ilusión, tiene tácticas y planteamientos que modifican según las circunstancias, tiene un gran entrenador y cuerpo técnico, y tiene orgullo. Sobre todo, orgullo. Sufrimiento, compromiso con una nación y responsabilidad.
El equipo de fútbol capitaneado por nadie, no tiene nada. Bueno si, ganas de hacer dinero a nuestra costa y a costa de los patrocinadores oficiales.
En el pasado mundial de Alemania si hubiesen alcanzado semifinales o hubiesen jugado la final, ganando o no, las primas hubieran superado con creces a selecciones tan favoritas, y potentes, como Brasil, Alemania o Argentina.
¿Qué hicieron?, el ridículo. Mucha ruido y pocas nueces, mucha Sexta y Cuatro vendiéndonos la moto, mucho despliegue de medios, pantallas gigantes, que este año si, que los franceses están viejos y luego plaff, plaff. Una en cada oreja. Sin Tassotis, sin goles de Cardeñosa o de Julio Salinas. Se quedaron sin disculpas ante un nuevo fracaso.
Con el vino sucede tres cuartos de lo mismo.
Hay bodegas que lo tienen todo para hacer autenticas maravillas y lo único que consiguen son vinillos de medio pelo, comerciales, apoyados por macro campañas de marketing, que te acaban por producir una acidez de estomago equivalente la que me supuso la derrota ante Irlanda del Norte por 3 a 2 el pasado miércoles, en partido de fútbol clasificatorio para la Eurocopa.
Siempre digo que no me volverá a ocurrir pero, caigo una y otra vez. ¿Qué pasa? Me gusta el fútbol, y el vino.
Soy un reincidente, aunque cada año que pasa consiguen que pierda la esperanza en ver a la selección en alguna final, aunque sea de mus.
Por el contrario, conozco bodegas que mimando las viñas y la vendimia, con un buen equipo técnico, un gran capitán y mucho corazón, consiguen vinos para no olvidar. Vinos que consiguen que mucha gente se interese por ellos y por el fantástico mundo del vino.
Nos hacen vivir momentos inolvidables, comparables con los partidos de la selección de baloncesto. Con ese ultimo minuto ante Argentina o esa mano en el pecho de Pepu Hernández. ¡Para guardar y compartir! Como los grandes vinos.
Ahora sale a la palestra algún jugador de basket diciendo que no quieren polemizar con otros deportes, que la que gana siempre es España. Parte de razón no le falta, pero como en los vinos, que la gloria de unos no sirva de beneficio para otros o que el fracaso de alguno no arrastre inocentes, léase Viñedos de España, por ejemplo.
Felicidades a la España del baloncesto y del buen vino.

viernes, septiembre 08, 2006

Alma del vino, haberla aila


Si en el articulo anterior hablaba del cuerpo del vino, ¿por qué no hablar también del ALMA?
Atendiendo al alma o al espíritu podemos encontrar vinos vacíos y huecos, y opuestamente los hay llenos, con vida, espirituales, angélicos, celestiales, incluso galácticos como publiqué en su día.
Se habla del alma de un vino cuando este tiene algo mas que lo que se ve y se nota, cuando tiene un carácter propio, cuando expresa la personalidad de su creador. Cuando al beberlo te das cuenta que es algo mas que un liquido. Te aporta sensaciones, la mayoría de las veces placenteras. Sensaciones que rozan lo místico. Te elevan a un estado de bienestar con solo tomar un sorbo. No es necesario beber dos botellas para alcanzar el clímax. Eso es otra cosa.
A veces con solo tocar los labios, con el mero hecho de introducir la nariz en la copa, nos damos cuenta que el vino que tenemos delante no es solo para beber. Por nuestro cerebro pasan todas las fases de su elaboración, todo el trabajo de quien lo hizo, quien lo diseñó, lo engendró.
He leído por ahí que el alma del vino se le atribuye al pago o terroir de donde procede, la mano del hombre como creador no se tiene en cuenta. Otros, con humor, otorgan alma solamente a los vinos más caros. Y otros, apasionados, dicen que el alma del vino es el Brandy.
Yo, como gran filósofo y experto observador, tengo mi propia teoría o definición.

Recordando un e-mail de Olga, seguidora incondicional de este blog, podríamos establecer un silogismo, un razonamiento lógico mediante premisas para terminar en una conclusión.
Así a botipronto, se me ocurre lo siguiente:
- El hombre tiene cuerpo y alma.
- El vino es creado y bebido por el hombre.
- El vino tiene cuerpo, luego tiene alma.
Aquí esta el meollo de la cuestión. El alma hay que descubrirla, encontrarla, y como los hombres, no todos los vinos la tienen, son los vinos desalmados.
El hombre otorga al vino su alma pero no tengo claro en que momento se produce esa transacción trascendental, si es en su creación o en su degustación.
Pueden darse casos en que los bodegueros, como creadores supremos, aprovechen su sabiduría para expresar en el vino su personalidad, su carácter y su ego más interior.
El vino desde la tierra hasta su embotellado y puesta en el mercado es dotado de un ser, de una historia, de un contexto y de unas circunstancias que lo hacen superar lo meramente terrenal.
Soy de la opinión de que quien tiene que valorar ese carácter extraordinario es el hombre que inicia su búsqueda, lo compra y al final lo cata.
Esa persona en el momento de beber el vino, de adquirirlo, de desearlo, de disfrutarlo, de compartirlo, en resumen, de consumirlo y no de crearlo, es quien le concede ese alma, ese espíritu que tal vez hasta ese día no tenía o nadie había encontrado.
No recuerdo si he hecho publica esta anécdota que ocurrió entre importantes bodegueros, algún periodista y varios amantes del vino, en torno a una mesa.
Un gran bodeguero y enólogo, reconocido mundialmente, le echó un piropo extraño o una reprimenda paternal a otro gran bodeguero, este mas joven y osado que aquel. Le dijo: - Haces el vino tan perfecto que no le dejas expresarse, lo haces sin alma.
Cuando lo lean recordaran el momento, tal vez olvidado en la nebulosa sala del restaurante después de habernos metido entre pecho y espalda unas cuantas almas de buen vino.
Allí comencé a platearme esta posibilidad, pues entendí que el creador del vino dotaba a este de todo lo necesario para ser un grande pero si una botella no llegaba a las manos adecuadas nunca se expresaría como tal, no se encontraría su alma, precisamente por que no la tenía hasta entonces. Es el hombre quien le confiere alma al vino en el instante que descubre las sensaciones especiales, trascendentales, incluso contemplativas para las que fue creado.
Hay vinos donde se manifiesta todo el amor de quien lo hizo, quien los bebe encuentra y plasma su espíritu. Otros vinos se producen pensando en el mercado, esos carecen de la esencia, es inútil buscar nada, solo calmaran la sed y adormecerán neuronas, cuando las haya.
Sucede con los cuadros, con la música, …si se han creado con el corazón se perciben con el corazón. Si son experimentos comerciales su vida es efímera.
Se puede hacer la prueba. No hay que beberse un Burdeos o un gran Rioja para entenderlo. Solo es necesario desplazarse a una bodega y conocer al bodeguero. Sus instalaciones, sus fundamentos. Hay vinos que desde la cepa ya se sabe su final. Otros tendrán su historia por que desde la poda alguien se ha propuesto escribirla.
En ellos encontraremos su alma.

Cuerpo a cuerpo


Por mucho que se empeñen Elle Macpherson y Heidi Klum, para “CUERPO” el del vino. Ambas tienen motivos más que suficientes para pretender ese apelativo, pero que se dejen de sandeces, no vayan a descuidarse y nos dejen de alegrar la vista, por cierto, algo que también se logra con el vino.
Puestos a elegir, yo ya se que con cual de los cuerpos me quedo... Pues eso.
Se dice que tiene cuerpo, el vino cargado de taninos, untuoso, estructurado, alcohólico y carnoso.
Si nos imaginamos el vino como algo sólido veremos que tiene una estructura o andamiaje, que tiene elementos que unen y amarran esos andamios y que tiene componentes que rellenan esos espacios internos, dando consistencia. Todo el conjunto equilibrado compondrá un vino agradable y bien constituido.
La estructura es el armazón del vino. La dan los taninos y las sustancias amargas o astringentes. Un vino que tiene buena estructura es un vino con cuerpo, buena acidez y sabroso, con potencia y equilibrio. De sabores potentes y compensados.
Un vino muy estructurado pero mal “rellenado y atado” resultará ligero, delgado, deslavado, punzante, acido y amargo.
Por eso hay que cohesionar la estructura para que no resulte agresiva al paladar. Hay que unir y suavizar esas aristas o sensaciones punzantes, acidas, amargas o astringentes. Es donde encontramos a los sabores en concentración e intensidad, alcoholes, azucares y glicerina (físicamente patas o lagrimas) que aportan suavidad y sensación de untuosidad a los vinos.
Será el relleno el que dé carnosidad al vino, volumen, grasa.
Tendremos vinos untuosos, con cuerpo, sedosos, aterciopelados, densos, descarnados, flojos, fuertes, glicéricos, huecos, ligeros, llenos, redondos, robustos, sabrosos, sosos, mordientes, grasos y gordos.
Para apuntalar los andamios hacen falta otros componentes ácidos, minerales y taninos que nos harán hablar del nervio o el carácter de un vino. La potencia, bien entendida.
La acidez aporta al vino frescura, vigor y fuerza.
El vino, por tanto, necesita de un equilibrio para resultar agradable al paladar y a la boca.
Todo debe estar en su punto exacto, nada debe de destacar por exceso ni por defecto.
Un vino con mucha estructura y poca carnosidad nos resultara agresivo. Uno con mucha acidez nos parecerá nervioso. Uno muy untuoso pero falto de acidez, nos resultara empalagoso.
Todo esto, a grandes rasgos, lo aporta la tierra, la uva, el clima, la elaboración, la crianza y la evolución en botella. Del proceso de la vid hasta la vendimia, de la mano del bodeguero-creador y de un tiempo adecuado de envejecimiento depende que el vino crezca y se desarrolle sano y equilibrado, compensando todos sus componentes para que al beberlo se pueda disfrutar y no sufrir, como ocurre con alguno de los vinos que están en el mercado.

martes, septiembre 05, 2006

En agosto vacaciones y vino


Algunos vinos para no olvidar el mes de agosto.

Pola tinto crianza 2000. Obra del tiempo y la experiencia. Para compartir. ¡Vaya, vaya!
Pola tinto joven 2004. Asentado y todavía vivo. Esencia y origen.
Pola tinto joven 2005. Fruta y frescura de rioja alavesa.
Andalus Petit Verdot 2001. Hueco, vacío, olor aguas sucias. Suave en boca.
Beryna Monastrel 2004. Nariz potente, sedoso, matices muy interesantes.
Pujanza Norte 2001. Espectacular, en su momento optimo, redondo. ¡Ole!
Cisma 2004. Intensidad cromática y aromática. Pronto en el mercado.
Chateau Lafite Rothschild 2002 Pauillac. Elegancia, persistencia y finura. ¡Chapeau!
R. (erre punto) 2002. A pesar de la añada, afrutado e intenso.
Valserrano tinto reserva 1996. Balsámico, tánico, intensidad media.
Prado Enea 1985 tinto. Decadencia y recuerdos de alto linaje.
Viña Ayesa tinto joven 2003. Sin fruta, por la edad, y poco carácter.
Grandes Añadas 2000. Artadi. Apoteosis de elegancia y madurez. ¡Dios miooo!
Laukote 2004 tinto joven. Para olvidar. Le daremos otra oportunidad.
Pujanza 2003. Frescura estival en un tinto amable y aromático.
Pujanza 2001. Inmejorable. Vino para buscar y guardar. ¡Mamma mía!
Caudalia 2004. Blanco fermentado en barrica. Incomparable fragancia. ¡Oh my God!
Vallobera 2003 tinto crianza. En línea ascendente. Fino y agradable.
Vallobera joven 2005 tinto. Maceración ejemplar y afrutado.
Vallobera blanco 2005. Ideal, recomendable e intenso.
Condes de Albarei 2004 Albariño. Frescura, fruta y potencia aromática. Sorpresa.
Pagos de Valdeorcas 2004. Las Orcas. Confirmación fantástica. ¡Toma ya!
Pujanza 1999 mágnum. Matices del tiempo, interesante nariz y boca untuosa.
Valserrano 2004 blanco con barrica. Aromático. Especiado, fresco. Mejor no tan frío.
Bastarrica 2003. Para acompañar almuerzos y meriendas. Correcto, sin pretensiones.
Reserva Imperial de Cune 2000. Tostados, balsámicos. Rubí brillante de nariz intensa.
Guzmán Aldazabal Graciano 2005. Tremendo. Enorme en nariz, color y boca. ¡Cest Magnifique!
Decenio/Solar de Randez 2001. Buena nariz y fresco en boca. Persistente.
Decenio 2005 tinto cosecha. Agradable vino, ligero y vivaz.
Viñasperi tempranillo 2001. Buena nariz y suave en boca. Intensidad media.

Pago Guzmán Aldazabal rosado 2005. Increible. ¡de la Rioja Alavesa!

Hip, sea bienvenido el trabajo, hip, hip, y la rutina diaria, hip.