jueves, julio 05, 2007

Vacaciones para todos.




Durante este verano el blog de La Guarda de Navarra permanecerá menos activo de lo habitual. Se avecinan cambios que me van a tener muy ocupado.
A pesar de todo intentaré, de vez en cuando, colgar algún artículo interesante pues tengo previsto conocer alguna bodega y empezar a trabajar con nuevos y buenos vinos.
Esperando encontrarme con todos a la vuelta,
¡Buenas, provechosas y tranquilas vacaciones!

miércoles, julio 04, 2007

Gran Feudo Viñas Viejas Reserva 2001





Antes de que el ritmo vital baje y me encuentre inmerso en mis deseadas y bien merecidas vacaciones voy a colgar un post de un vino de la D.O.Navarra.
Esta elaborado en las Bodegas Julián Chivite en Cintruenigo,
Navarra, España, con una cuidada selección de uvas de Tempranillo y Garnacha, de viñedos de Cintruenigo y Corella con edades entre 50 y 60años, y complementado con algo de Merlot y Cabernet Sauvignon de los viñedos de Aberin.
La crianza, 18 meses, la pasa en barricas de roble francés Allier.
Tiene 12,50% de volumen de alcohol.
Por un precio de 7,50€ me dió juego aunque sus hermanos de la Colección 125, blanco y tinto, o el mismo Gran Feudo Blanco Chardonnay me gustan mucho más.
Gran Feudo Viñas Viejas Reserva 2001.
A la vista se muestra como un cereza muy intenso con ribete granatoso, mostrando matices tejas, signo de evolución. Lágrimas densas. Limpio y brillante.
En nariz empieza algo cerrado al principio, pero pronto empieza a desperezarse mostrando cierta intensidad. Aromas de fruta roja madura, regaliz, especias y la madera en forma de vainillas y tostados. Algún apunte floral y vegetal, pero muy tenues. Tiene frescura.
La boca es agradable, con un paso suave y cuerpo medio. Taninos vivos y una acidez que augura un futuro prometedor. Es amplio y de largura notable. Predomina la fruta y los tostados de la madera.
La Guarda de Navarra lo recomienda por su relación calidad precio y por tomar contacto con una bodega de reconocido prestigio en Navarra. Aunque repito, si se tiene la oportunidad aconsejo probar los vinos de su Colección 125.
¡Un vino y a descansar!

martes, julio 03, 2007

Y San Pedro abrió las puertas del Cielo.

Cuando San Pedro abrió las puertas del cielo me encontré con muchos ángeles. Estuve con apóstoles trasmisores de epístolas vínicas, fariseos y demás familia.
Nueve, diez con el extra, fueron las razones para hacernos disfrutar la tarde del pasado viernes, 29 de junio, festividad de San Pedro en Laguardia.
Carlos San Pedro nos convocó a las 18.00h en la bodega de su propiedad, Bodegas y Viñedos Pujanza, y allí nos congregamos en torno a una mesa con más de doscientas tintineantes y brillantes copas.
Empezamos degustando una exclusiva y desconocida botella del nuevo Terrán de Vallobera 2005. Novecientas botellas de un tempranillo para presentarlo antes de finalizar el año. Opera Prima de Javier San Pedro Ortega que afianza y confirma el futuro de las nuevas generaciones.
Un buen vino al que le vendrán bien estos meses de reposo hasta su puesta de largo, pero que ya apunta maneras de campeón.
Gran intensidad en color y aromas. Fresco y dulce en nariz, donde aparecen ricos tostados. También fresco y amplio en boca, con cuerpo y largura. Taninos por pulir, pero ya tendrá tiempo pues tiene futuro por delante. Un vino para seguir de cerca.
Con la boca preparada, y la nariz desperezada, dimos rienda suelta a nuestros sentidos.
Nueve botellas, todas tapadas, enfundadas en negro, se fueron sirviendo y catando “desconociendo” su naturaleza y procedencia, aunque ya sabíamos que nos enfrentábamos a tres vinos franceses, tres riberas y tres riojanos.
Para mí fue un juego divertido. Para otros, sabios conocedores de lo que había en cada copa, todo se redujo a una confirmación de los grandes vinos que eran y a comprobar su evolución de una añada de grandes expectativas. La 2004.
Sin duda alguna, a nadie se le escapa que esas botellas podían habernos esperado unos cuantos años más, pero el juego es el juego y la comparativa en eso consistía.
Os voy a presentar a los nueve fantásticos, adjuntando la puntuación que yo les di - valiente osadía- y la puntuación media de los veinte o veintidós allí reunidos.
El orden elegido de cata, para charlar amigablemente con ellos:

1- Aurus 2004. 95 puntos. Media: 95
Finca Allende. Precio aprox. 110€. Fresco, floral, fino y elegante. Extraordinario.
2- Pesus 2004. 93 puntos. Media: 96
Bodega Hermanos Sastre. Precio aprox. 290€. Potente, con carácter, y complejo. Inolvidable.
3- Mauro Terreus 2004. 94 puntos. Media: 96
Bodegas Mauro. Precio aprox. 90€. Poderoso, sabroso, con raza y linaje. Fabuloso.
4- Chateau Margaux 2004. 90 puntos. Media: 93
Chateau Margaux. Precio aprox. 425€. Elegante, amplio, amable y muy complejo. Maravilloso.
5- Pisón 2004. 99 puntos. Media: 98
Bodegas Artadi. Precio aprox. 300€. Redondo, aterciopelado y potente, graso, amplio y muy largo. Increíble.
6- Malleolus de Valderramiro 2004. 98 puntos. Media: 95
Bodegas Emilio Moro. Precio aprox. 80€. Nariz franca, sabroso y largo. Enorme.
7- Pujanza Norte 2004. 93 puntos. Media: 96
Bodegas y Viñedos Pujanza. Precio aprox. 42€. Aromático, amplio, de excelente guarda. Fantástico.
8- Chateau Angelus 2004. 99 puntos. Media: 96
Chateau Angelus. Precio aprox. 190€. Elegancia y complejidad para regalar. Equilibrado. Excelente.
9- Chateau Latour 2004. 94 puntos. Media: 96
Chateau Latour. Precio aprox. 350€. Expresivo, amplio, largísimo y con mucha distinción. Grandísimo.

La evolución de los vinos en la copa me dejó maravillado y el Margaux en especial, pues a las cuatro horas se expreso en todo su esplendor haciéndome olvidar el horrible y excesivamente predominante fondo animal, característico, pero que enmascaraba todas las virtudes de un gran vino.
Los tres vinos franceses, como siempre, me dejaron un sinfín de sensaciones imposibles de plasmar por escrito. Me tacharíais de exagerado.
Los Riojas confirmaron lo obvio. A pesar de algunos que pretenden, y ansían, el retorno de la madera yo me quedo con el sabor a vino, con la riqueza de matices aromáticos y con un equilibrio ejemplar.
Y los Riberas dejaron patente su calidad, su potencia y la excelente elección y selección de los tostados para la crianza. Vinos balsámicos, amplios, sabrosos y sobre todo armónicos.
Que más decir que no os imaginéis.
Luego nos fuimos de fiesta donde la exaltación de la amistad fue la tónica imperante. El amanecer me regaló nuevos amigos, brindamos con soberbios vinos, y ahora solo queda seguir cultivándolos esperando la reunión del año que viene.

La Guarda de Navarra desea leer en Planeta Vino la crónica pormenorizada de lo sucedido, donde además de los vinos quienes los cataron le daban categoría e importancia al evento.
¡Experiencia para compartir muchas veces!