viernes, marzo 30, 2007

Un rap para tres.


Comida de celebración y tres vinos que pasean sus esbeltas botellas etiquetadas sobre la mesa. Entre ellos nada en común y cada uno satisface, a su manera, los paladares de los comensales.
El primero un blanco, sin pretensiones de grandeza, del Valle del Loira. Por sólo 3.55€ no se puede contentar más a quienes somos inexpertos en los vinos de esta zona francesa, un Loire Valley Touraine A.O.C. Sauvignon Vintage 2006, de Bougrier.
Bonito color amarillo claro con reflejos verdosos. Es un vino seco y muy afrutado que tiene persistencia en boca. Los matices florales y su frescura me parecen muy atractivos. A todos nos convence y me propongo comprar alguna botella más.
El segundo un Palacio de Otazu Reserva del 2000. Alrededor de 11€. Elaborado con cabernet sauvignon, en mayor proporción, merlot y tempranillo. Cereza intenso con reflejos atejados. Nariz monotemática y boca de paso suave, algo alcohólico, ligero amargor y poca historia. Personalmente, y mira que le tengo cariño a esta bodega, no disfruto de los tintos de Otazu. Con la excepción del Altar. Me acaban superando siempre los aromas a pimiento y las notas vegetales. Enmascaran de tal forma al resto que termino empalagado con media copa. Espero que parte de culpa la tenga la evolución de este vino pero es mi cruz con los cabernets sauvignon y cuando no me gustan no me gustan. De todas formas la botella desapareció y ni una gota quedó como prueba del delito.
Y el tercero un Vallobera Crianza 2002. Sobre 8€. Se agradece el tempranillo y sus aromas. Vino redondo y en un momento de consumo excelente. Picota de capa media con ribete juvenil, nariz fresca con predominio frutal, algún regaliz y una madera sabia. En la boca mucha fruta, largura notable y taninos deliciosos.
Tres vinos, tres mundos y siete personas agradecidas de que en los vinos no funcionen los monopolios y el pensamiento único.
Es probable que el mundo del vino necesite, también, de raperos que extiendan los beneficios de este vilipendiado alimento por el Universo.
Si es por música, que no falte presidente.

jueves, marzo 29, 2007

Pago del Vicario Petit Verdot Rosado 2006



Como estaba previsto ni un mes me ha durado la botella en casa. Después de haberlo catado con Luismix and Company me dejo tan grato recuerdo que cada vez que lo veía en el botellero, arrodillado, suplicándome paciencia hasta el verano, más me motivaba a un descorche inminente.
Le busqué una razón para acabar con él en forma de plato de cocina italiana.
Después de leer el blog de La Zuccheriera y encontrar una receta con pasta que desató mi apetito mas voraz sabía que los días del Petit Verdot estaban contados.
Me cociné una Pasta Primavera y lo decapité por la capsula. Saqué el corcho con cuidado y toda la cocina se lleno de aromas frutales y florales. Lilas, violetas, moras, fresas, café y notas balsámicas inundaron mi hogar.
La sabrosura de las hélices acompañadas de la tostada verdura congeniaba a la perfección con la frescura y la amplitud de este vino.
Goloso, alegre y fresco. El color vivo de la cereza azulada y la intensidad de la nariz me embriagó de tal manera que estuve jugando con una sola copa durante largo rato. Luego vendría otro trago, y otro, y otro, hasta darme cuenta que comer espirales produce mareos, sopor y algo de somnolencia. No comáis mucha pasta de esa si tenéis que conducir, os lo aconsejo, de corazón. Para conducir cómodos, mejor los tiburones.
Es un vino con cuerpo, largo y muy simpático.
Ya lo recomendé una vez y ahora, La Guarda de Navarra, se repite en la sugerencia.
Si lo encontráis en alguna vinoteca, no tengáis piedad, agarradlo fuerte por el cuello, aunque no medie provocación y, sin temor a perder los papeles, llevároslo a casa y disfrutadlo como si fuera el último vino de vuestras vidas.
¡Ándale, ándale! ¡Arriba, arriba!

miércoles, marzo 28, 2007

Les Sorts 2005





Durante la comida en el restaurante El Colmado, en Pamplona-Navarra, el vino blanco que tomamos pertenece a la D.O. Montsant. La bodega es Celler El Masroig, en el pueblo de El Masroig en Tarragona. Es una cooperativa que se fundó en 1917 y desde entonces ha venido desarrollando distintas actividades en torno al vino que han desembocado en la realidad que hoy muestran. Cuentan con casi 500 hectáreas de viña pertenecientes a los socios y aunque geográficamente o administrativamente se encuentran dentro del Priorato, desde el punto de vista vitivinícola son D.O. Montsant.
La variedad con la que elaboran este vino es la garnacha blanca, que junto a la macabeo forma la pareja de variedades blancas importantes en esta joven denominación.
Me dicen que con la macabeo suelen elaborarse vinos más finos y la garnacha se utiliza para vinos con más cuerpo y estructura, aptos para la crianza y que realicen la fermentación en “botas” de roble, como en el caso que nos ocupa.
Les Sorts 2005.
Vino blanco que pasa seis meses en barrica de roble americano 25% y francés 75%.
A la vista se nos muestra brillante, con un color amarillo alimonado con reflejos dorados. No muy intenso.
La nariz, donde despliega todo su potencial, es compleja e intensa. Muy curiosa, con muchos matices desconocidos para mí. Hay fruta blanca y tropical. Especias. Hay notas dulces, de pastelería. La madera confiere elegancia y glamour. No se muestra fresco y me sorprende, ¿será la influencia mediterránea?, pero tiene un fondo mineral fantástico.
En boca me extraña su calidez y se confirma la falta de acidez. Es un 2005 pero no encuentro explicación. No conozco este vino, igual la variedad evoluciona así. El blog dictará sentencia. Tiene cuerpo medio, el paso es agradable, sedoso, aterciopelado. Buena carga frutal y una madera presente pero perfectamente integrada.
No es muy largo pero te deja una sensación inolvidable en boca.
Como resumen, me parece un vino para tener en cuenta, muy aromático, mineral y muy personal, aunque me queda la duda de la acidez.
La Guarda de Navarra lo recomienda y promete darle una nueva oportunidad, tanto para confirmar las sensaciones transmitidas como para disfrutarlas, pues he descubierto una nueva variedad para charlar con frecuencia.
¡Bebamos, también, sin prisa!


martes, marzo 27, 2007

Restaurante El Colmado, en Pamplona


De nuevo, me han invitado a comer. Esta vez el restaurante ha sido El Colmado, en Pamplona, en la calle Iturralde y Suit 24.
El comedor lleno para ser entre semana, lo que dice mucho a su favor.
Todo comidas de negocios, gente tranquila y pausada charlando a media voz, lo que permite escuchar la música de fondo y no hay ese barullo molesto de otros locales.
El menú degustación solicitado, bien en líneas generales. Raciones suficientes, bien elaborado, muchos matices aromáticos y conjunción de sabores que hacen jugar a la imaginación.
Ensalada tibia de pato, menestra de verdura navarra, merluza a la plancha, carrilleras-creo que llamadas aquí galtas- y un postre de chocolate con piñones y helado.
Satisfechos y con un pesado lastre estomacal para continuar la jornada laboral.
El vino para acompañar, sin muchos datos, han sido dos garnachas. Un garnacha blanco de Montsant y un garnacha tinto navarro, de nombre Jardín de Lúculo 2005. De este último he observado como eran varias las botellas que se descorchaban para compartir el estupendo vino que contienen.
El restaurante tipo loft, como he oído por ahí, consta de varios ambientes lo que le da un carácter diferente a lo que estamos acostumbrados. Guarda toda la estructura del antiguo taller de reparación de vehículos, incluso el tamaño, y diseño, de la puerta principal. Según se entra hay un espacio dedicado al comercio de alimentos y vinoteca. Sin división física, la siguiente zona es la destinada para bar o dispensa de bebidas. Antes del comedor hay una zona de estar con unos cómodos sofás y una chimenea que confiere cierto confort y define un lugar discreto y agradable para charlar con la compañía. El comedor es amplio, de techos altos, con una luz que crea un ambiente acogedor muy sugerente y una acústica diferenciada.
A todo el mundo le gusta, creo, por el diseño innovador y lo poco habitual de los materiales utilizados. La cocina es moderna respetando, en cierto modo, recetas y productos típicos de nuestra cocina y añadiendo toques de cocina del Nuevo Mundo.
La Guarda de Navarra, fiel a sus principios, recomienda El Colmado, sobre todo, por su carta de vinos. Amplia, sin ser agotadora, y muy variada, encontrando marcas casi exclusivas del local y unas denominaciones que confirman la valentía, el conocimiento y la preocupación de Alex, el sumiller, por todo lo que rodea al vino.
¡Bon appètit!

Melbourne y su Empapada en Pamplona.


Hoy dedico el post al bar restaurante Melbourne, ganador de la IX Semana del Pinch07 de Navarra.
Quiero felicitarles por revalidar un titulo que cada vez se hace más difícil conseguir teniendo en cuenta el nivel y el número de los participantes -este año 97 establecimientos y 194 posibilidades de alta cocina en miniatura- y por desarrollar un pincho que es pincho, es decir que no necesita pajita, cuchara, tenedor, cuchillo, pala de pescado, bisturí, micrótomo y tantos brazos como un pulpo para poder sujetarlo sin el apoyo de la barra y luego metértelo a la boca.
Si amigos, un pincho para comerlo con la ayuda de una sola mano. ¡Increíble pero cierto!
Se llama Empapada y es una especie de emparedado de papada, donde se ha pretendido, y logrado, unir las nuevas tendencias de la cocina moderna con los sabores más tradicionales.
Y después de las felicitaciones alguna colleja cariñosa. Reivindicaciones que hice el año pasado y que debieron caer en saco roto.
Son tres, como los hijos de Andrés o como el dicho- Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres, y ninguna era buena.
La primera, e interesada, es que no es normal que cada establecimiento busque la distinción en cuanto al diseño y a la materia prima del pincho, y el panorama de los vinos sea absolutamente plano. Las mismas referencias en todos los bares, salvo honrosas y valientes excepciones, sin entrar en análisis de otro tipo, para acompañar autenticas obras de arte culinario. En ese aspecto también deberían distinguirse, pero…
La segunda es que hay participantes que se ven saturados por la afluencia de público y eso afecta a su atención y servicio, profesional y educado. Paciencia hermanos, solo es una semana y en un horario muy concreto. Un tila y a sonreír.
Y la tercera es sobre el humo del tabaco que a veces hace imposible respirar, otras veces ver la barra y sobre todo hace que muchos pinchos sepan a ducados, a puritos Reig o a Marlboros genuinos.
Sin más, La Guarda de Navarra quiere animar a que el año próximo la décima edición bata de nuevo records de participación y quiere invitar a que amigos de otras autonomías se den una vuelta por Navarra degustando los excelentes trabajos de cocineros que con su esfuerzo colaboran a que durante una semana, al menos, el salir de pinchos tenga un aliciente extra.
¡Chopín, Chopín, Chopín!
Fotografía obtenida del Diario de Navarra, edición digital.
Gracias, por que ya solo me faltaba la camara de fotos en otra de mis manos.

lunes, marzo 26, 2007

Chateau Mouton Rothschild 2001



Algo decepcioné me quedé con este franchute. Apasionado que soy de ellos, reconozco que esperaba algo más. Y no quiero decir que no me gustara, eso es impensable, pero después de pagar 189€ uno se merece, al menos, que le deje una huella imborrable. Bien, pues esta añada nada de nada. Tal vez algo de paciencia y un descorche pasados tres años hubieran sido mano de santo, pero ya no hay marcha atrás ni una segunda oportunidad.

Chateau Mouton Rothschild 2001.
Procede de Francia, de la zona de Pauillac, en el Haut-Medoc. Las variedades con las que se elabora son cabernet sauvignon 77%, merlot 11%, cabernet franc 10% y petit verdot 2%. Pasa en barrica entre 19 y 22 meses, no hace falta que lo juren.
A la vista presenta un color apicotado con ribete granate, aunque con algún signo de evolución, y con capa media-alta. Lágrimas densas y un brillo atractivo. Genera expectación.
En nariz, a pesar de llevar abierto cerca de tres horas, la primera impresión, que se prolongó durante minutos, a copa parada era toffe, café. Lo mismo que cuando visitas el despacho de Juan Valdez en Colombia.
Poco a poco, y con agujetas en la muñeca, conseguimos sonsacarle información. Ni haciendo de policía bueno, ni de malo. No salió de los matices ahumados, torrefactos, maderas, como el cedro, y tostados. Finalmente algo de fruta sobre un interesante fondo mineral. Menos mal que nos dijo algo, eso si, con mucho esfuerzo.
En boca nos muestra un paso fácil, con una elevada acidez y unos taninos muy vivos. Es largo pero no le llega al Sassicaia, anterior, ni a la altura de la suela. Siguen predominando los tostados y al menos nos regala algún caramelo de cubalibre. Menos da una piedra.
La Guarda de Navarra disfrutó de este vino y aprendió nuevos valores de los vinos de Burdeos desconocidos hasta entonces. Lo recomiendo sin ninguna duda. Hay que beberlo sin condiciones y si han pasado algunos años más seguro que multiplica sus virtudes.
De todas formas es preferible compartirlo con alguien que lo haya comprado, a esos precios es mejor apostar con el bolsillo de otro.
¡Au revoir!




jueves, marzo 22, 2007

Encomienda Templaria Reserva 2001




Vino perteneciente a Bodegas y Viñedos Agribergidum, en Pieros-Cacabelos, León, España, por tanto de la D.O. Bierzo.
Esta botella es de regaliz, de regalo quiero decir. Obsequio de la persona, no recuerdo su nombre, femenina para más datos y del departamento de exportación, que la bodega desplazó a Pamplona al I Salón del Vino. Muchas gracias.
Ya sabía yo que encontraría cosas buenas en León, además de…bueno continuemos con el vino y dejemos el circo para otro día.
Elaborado con Mencía de viñedos viejos reposa durante 20 meses en barrica de roble francés, americano y húngaro.
Antes de probarlo le dejo, al menos, media hora desde el descorche.

Encomienda Templaria Reserva 2001.
A la vista es morado intenso, un picota casi cubierto con ribete granate, sin reflejo alguno del paso del tiempo. Lagrima densa y larga.
En nariz empieza con una timidez donde aparecen aromas que me recuerdan a la morcilla, tal vez por algún toque animal y especiado, pero ahí queda.
Enseguida, a la vez que aumenta la temperatura, aparece fruta negra y roja, pero madura. Mermeladas. También un molesto olor a detergente que poco a poco acaba por desaparecer.
Betún, regaliz, nuez moscada, pimienta, mentol y tostados muy ricos que terminan en ahumados.
Tiene cierta complejidad nasal y una madera bien integrada a pesar de la elevada dosis aplicada.
En boca es amplio, con largura notable y unos taninos todavía vivos. El alcohol se nota al llegar al estomago y tiene una buena acidez.
Es un vino con estructura, sabroso, untuoso, de cuerpo medio-alto, con carga frutal y aunque la madera está presente no destaca.
La Guarda de Navarra se felicita por haber tenido la oportunidad de catar este vino y espera que muy pronto caiga el Godello, de la misma casa, que espera paciente la mejor ocasión y el mejor marisco.
Para terminar, sin otra versión a mi alcance, aclaro que el nombre de Bierzo debe ser derivado de la ciudad prerromana Bergidum y ager-agri significa en latín campo, con lo cual se explica el nombre poco comercial de la bodega, digo esto porque al pasar el tiempo me es imposible recordarlo, y bastante tengo con Encomienda Templaria.
Aconsejo su ingesta per secula seculorum.

Sassicaia 2002



Otro supertoscano, como el Tignanello, origen ambos de la revolución del vino italiano.
Vino de raza y carácter. Procede, obviamente, de la Toscana, de la DOC Bolgueri, embotellado en Tenuta San Guido. Elaborado con Cabernet Sauvignon 85% y Cabernet Franc 15%.
Es un Sassicaia 2002.
A la vista se muestra con un tono rubí intenso, brillante, muy evolucionado, con una capa media-baja. Gran cantidad de lágrimas muy densas.
En nariz el golpe inicial, y durante un tiempo, es exclusivamente toffe. Mucho toffe que no permite encontrar nada más. Necesita oxigenación y eso que lleva abierto hora y media.
Su complejidad, poco a poco, nos envuelve con unos aromas típicos de sotobosque, toques herbáceos, fruta madura, champiñón, hongos, hoja de tabaco, madera de cedro, caja de puros, chocolate y un tenue recuerdo a pimiento. Gran presencia de aromas terciarios procedentes del envejecimiento, casi 24 meses en barrica.
En boca lo primero que voy a apuntar es su larguuuuura. Enorme. Te pierdes contando mentalmente las caudalías que lo jalonan.
Tiene potencia, pero el paso es suave, sedoso. La acidez es alta pero correcta, acompañada de una calidez y una sabrosidad que equilibran el conjunto, donde los taninos vivos marcan el carácter de un gran vino.
Potencia y persistencia que permanecen todavía hoy en el recuerdo, con una elegancia que a primera vista no parecía.
Como resumen, comparto una frase de Luismix, que pertenece a un tercero, “los buenos vinos huelen a trufa y a hongo, los malos a humedad”
El precio aproximado de 140€ se me antoja algo elevado, aunque si valoramos toda la historia que le rodea, su prestigio y lo contento y satisfecho que queda uno después de conocerlo, se puede dar por bueno.
La Guarda de Navarra destaca este vino y recomienda, si es posible, probarlo por su peculiaridad y sus características tan sorprendentes. Si se tiene paciencia, la botella mejorará este segundo vino de la cata Paseo por los Grandes Vinos del Mundo II.
¡Sublime!

miércoles, marzo 21, 2007

Laguardia, guía para un día.


Esta es la primera entrega de una serie dedicada a los futuros visitantes de mi querida Laguardia.
Cuando se visita un pueblo o una zona desconocida a todos nos gusta informarnos de que podemos hacer, que ver, donde comer, donde dormir, etc.
Este post servirá de ayuda a aquellos que pasan solo un día en Laguardia. Para no extenderme demasiado, misión imposible, hoy lo dirijo hacia una familia o gente menos joven.
Supongamos que el día señalado es un domingo cualquiera. No muy temprano. Las 10.30h esta bien, aunque quien quiera oír misa, sin ser la Mayor (12.30h.), puede ir a las 10.00h y seguir el repique de las campanas hasta la iglesia que corresponda, de las dos posibles, la de San Juan o la de Santa María. De paso disfrutar del arte y dedicar un tiempo al espíritu.
Si no se comulga con ese momento, comenzad a partir de aquí.
A esa hora se puede aparcar junto al Frontón Viejo y zonas cercanas, aunque en caso de plena ocupación es mejor optar por los aparcamientos habilitados y señalizados.
El primer lugar que aconsejo visitar es la Oficina de Turismo, en la plaza de San Juan, (junto a la iglesia del mismo nombre), ocupando la planta baja del Palacio Samaniego, donde vivió el escritor de fabulas tan conocidas como “La cigarra y la hormiga”.
Quienes se encuentran en la oficina, amables, simpáticas y bien preparadas, informan, entre otras cosas, de los horarios de visita del Pórtico de la Iglesia de Santa Maria de los Reyes y facilitan un muy útil callejero de Laguardia, fundamental para orientarse por sus calles, cantones y callejuelas.
Conocer el Pórtico es de obligado cumplimiento. La cita también se puede concertar en el teléfono 945.600.845. Son 2€ por persona.
La hora de la visita puede ser la referencia para el resto de actividades.
Es el momento de reponer fuerzas. Hoy propongo dos opciones sin desviarme mucho del siguiente paso.
Junto a turismo se encuentra el Bar Biazteri, en la calle Mayor, lugar ideal para meterle al cuerpo algo sólido o liquido. Si no, siguiendo la calle Santa Engracia hasta el cruce con la Plaza Mayor, la del Ayuntamiento de la Villa, haciendo esquina, está el Bar Velar, Santa Engracia 37, con una imponente barra llena de pinchos y una amplia oferta de vinos de la zona. Si, también café, incluso caldo.
En esta plaza, en la fachada del ayuntamiento, hay un reloj tipo carillón que merece un alto en el camino. Por ejemplo a las 12.00h, a las 14h o a las 20.00h. Asombroso.
Si se quiere ver alguna bodega típica, de las que se encuentran en los subterráneos del pueblo, y que además permanezca con total actividad, hoy recomiendo la Bodega El Fabulista, también en la Plaza de San Juan. Ya conocida.
En la cueva, que sirve de bodega, se explican cantidad de cosas relativas al vino, su elaboración, crianza, e incluso se degustan un par de excelentes vinos de cosecha propia. Apunto la página Web para dar más detalles:
http://www.bodegaelfabulista.com/
La visita dura aproximadamente 1 hora y cuesta 6€. Solo pagan los adultos. Los que se sienten niños están de suerte.
Callejeando se puede subir hasta la iglesia de Santa María donde recrearse con el espectáculo maravilloso de su Pórtico. Construido a finales del siglo XIV y policromado desde el XVII es el máximo representante del patrimonio artístico de Laguardia.
Como de todo hay en la viña del Señor, siempre a alguien del grupo que siente repelús por este tipo de edificios religiosos (¡ay si hubieran nacido más al sur!). No pasa nada, tenemos a Arconada.
Para estos sufridos turistas recomiendo el Bar Restaurante El Pórtico, calle Mayor 2, y si se prefiere, la opción de fotografiarse junto a unas mesas repletas de calzado, bolsos y maletas de todo tipo, construidos de una aleación metálica que se ubican enfrente, en el jardín de la Plazuela del Gaitero. Genial obra artística.
Al salir de la iglesia, aún extasiados de semejante sobredosis arquitectónica, y otear la calle Mayor se puede girar a la derecha y conocer uno de los rincones mas bonitos del pueblo. La Torre Abacial y la muralla conforman un espacio de una belleza admirable.
Ya va siendo hora de descansar un rato y pensar donde comer. Mientras hay que tomar unos vinos por alguno de los bares sembrados por las angostas calles.
Al ser domingo, el Bar La Muralla, en la calle Paganos 42, ofrece para picar dos de sus especialidades, las raciones de croquetas y las de rabas. No las hay parecidas. Y el Bar Los Sietes en la misma calle, en el número 92, invita a deliciosos champiñones a la plancha, sabrosos tigres y personales tortillas de patata, regados con vinos de su bodega.
Para esta jornada aconsejo dos restaurantes, entre toda la amplia oferta existente en el pueblo y alrededores. Es bueno adelantarse y reservar con antelación.
Son muy diferentes.
Primero un restaurante joven, con cocina de autor, muy confortable y acogedor, donde los platos tradicionales se acompañan de opciones más vanguardistas. Eligiendo un buen vino se sale del Restaurante Amelivia tan satisfecho que se promete volver. Precio medio aproximado 36€. Esta en la calle Barbacana número 14 y el teléfono de reservas es el 945.621.207.
La segunda opción es la Posada Mayor Migueloa. En la calle Mayor número 20. Teléfono 945.621.175. http://www.mayordemigueloa.com/
Aunque es hotel, de los pequeños con encanto, por el momento solo os comento la faceta gastronómica. Tiene bar donde se puede comer tranquilamente a base de pinchos y raciones, y es restaurante de los de manteles y visillos de hilo. Decorado con gran gusto y detalles de la época. Hay comedor privado para reuniones y se pueden solicitar menús especiales. El ambiente y el marco invitan más a ir en pareja. Ya habrá ocasión. El precio medio, siempre orientativo, esta sobre los 45€.
Bien comidos, sin posibilidad de siesta y bajo prescripción médica, para estirar las piernas, oxigenar el alma y recrear la vista, se necesita una vuelta al Collaó (Collado para vosotros) y conocer el quiosco de Don Félix María Samaniego. Aviso para navegantes, hay zona de columpios para los más pequeños.
Nadie se puede ir de Laguardia sin apreciar las inmejorables vistas que de ella se divisan y el escenario natural de la Sierra de Cantabria.
Como la jornada esta terminando se me ocurre lo último por hacer. Ahora es la ocasión de visitar una de las vinotecas del pueblo. Por ejemplo La Vinoteca en la Plaza Mayor 2. De los vinos de Rioja Alavesa creo que no falta ni uno, además hay otras posibilidades a tener en cuenta y los precios, por lo general, son los mismos que en las bodegas.
Como despedida, si la época coincide entre los días de San José y El Pilar, 19 de marzo y 12 de octubre, la Agrupación Musical de Laguardia con sus alegres notas desea buen viaje y un pronto regreso.
La Guarda de Navarra, como no podía ser de otra forma, invita a las gentes de bien que conozcan este maravilloso pueblo y compartan con sus vecinos el amor a la historia, a su patrimonio y a sus paisajes.
Bienvenidos, welcome, bienvenu, willkommen.

martes, marzo 20, 2007

Tignanello 2001, Toscana (Italia)


Es el primer vino catado en el Paseo por los Vinos del Mundo II.
Me sorprendió, fue la primera vez que nos presentaban y desde el principio me cautivó su conversación. A medida que pasaba el tiempo más interés levantaban sus palabras. Un italiano parlanchín que nos fue embaucando hasta convencernos.
Tignanello 2001.
Viene de Italia, de la Toscana y está producido por la familia Antinori.
Las variedades de las que procede son Sangiovese 85%, Cabernet Sauvignon 10% y Cabernet Franc 5%.
Presenta un bonito color cereza intenso con ribete granate y algún matiz teja. Las lágrimas son densas y largas.
En nariz evoluciona espectacularmente durante el tiempo que permanece en la copa.
Presenta complejidad y potencia de media intensidad. Sobre todo es mineral y especiado, aunque encontremos fruta madura y balsámicos. Pimienta, clavo, nuez moscada y pimentón rojo, junto a hongos y algo de trufa, dominan sobre la madera fina, de cedro, y el betún. Noto al principio algún matiz vegetal. Es un vino muy marcado por el terruño con notas saladas que también aparecen en boca. Con el tiempo aparecen recuerdos a alfalfa, heno cortado, hojarasca y hierbas aromáticas o en infusión. Es curioso el aroma final a puro o tabaco apagado en el cenicero.
La boca, según lo previsto. Mineral, con matices salados y sabrosos, especiada y dejando patente la crianza.
Taninos vivos y una acidez excelente. El paso es fácil, tiene una largura notable y denota cierta elegancia.
No lo considero equilibrado pero es un vino para disfrutar con paciencia, confort y tranquilidad.
Algo de tiempo más en botella le hubiera sentado bien.
Por 100€ he recibido una gran clase de italiano avanzado, así que me quedo satisfecho.

viernes, marzo 16, 2007

Bar Vinoteca Don Morapio en Burlada



Gracias a Luís he conocido en Burlada un espacio amable y preocupado por el vino, el Bar Vinoteca Don Morapio, calle Faustino Garralda 1. Lo regenta Juantxo, junto a su esposa, y se le nota muy comprometido con la clientela, con los gustos que ha de satisfacer y con la filosofía o forma de entender su profesión.
El local se divide en dos plantas, aunque me dicen que con el buen tiempo prolonga su capacidad al exterior donde la gente abarrota las mesas que conforman la protegida terraza. En la planta baja, según entras, están la barra y las estanterías donde se exponen los vinos que ofrece la vinoteca. Hay alguna mesa donde poder charlar con los amigos y degustar los pintxos, fritos, raciones y bocadillos que salen directamente de la cocina. Arriba, subiendo las escaleras que hay al fondo, se encuentra un espacio más discreto y tranquilo donde aparte de dar buena cuenta de los platos del cocinero se habla y se organizan reuniones en torno al vino.
Es habitual que la bodega que se preste pueda presentar sus productos ante veinte o veinticinco personas aficionadas. Es más corriente que un grupo de amigos decidan catar o probar una serie de botellas conseguidas para la ocasión. Y de vez en cuando sirve para introducir a los vecinos o clientes, jóvenes y menos jóvenes, en el fantástico y maravilloso mundo de la uva y el vino.
Que alguien tome iniciativas de esta índole merece todo mi respeto y mi admiración mas profunda y si además lo sabe orientar, sin perder de vista el negocio, el respeto casi se vuelve cariño.
Juantxo, bien asesorado, selecciona y prueba con mucho rigor cada botella que va a incorporar a su carta. No se apunta a modas ni intenta atenerse exclusivamente al precio, lo que dice mucho de su carácter y de su cultura enófila.
Ha sido una grata sorpresa para mi descubrir este lugar de Burlada, por lo tanto desde La Guarda de Navarra animo a que se visite y se disfrute de un espacio peculiar en ese entorno urbano.
Como me dijo una vez Peter Drucker mientras mezclábamos con Coca Cola un Grange de 1951, “Donde hay una empresa de éxito alguien tomo alguna vez una decisión valiente”.

jueves, marzo 15, 2007

Sidrería La Runa y Finca Resalso 2005




El martes me invitaron a comer, quisieron sorprenderme y lo consiguieron.
Empiezo igual que el otro día para ver si se hace costumbre. “La vía esta mú joía y hay que aprovechala”
Aprovechando la presentación del Jardín de Lúculo 2005 a sus propietarios, nos quedamos a comer en la Sidrería La Runa Sagardotegia. Donde entre otros el pelotari Juan Martínez de Irujo celebra todas sus txapelas.
Cupelas rebosantes de sidra a merced de sedientos ejecutivos trajeados, personajes conocidos del barrio, parejas exóticas y trabajadores anónimos que deciden hacer un Kit Kat en su extenso y apretado horario laboral.
Merece la pena la experiencia y si no se tiene mucha prisa, que no es mi caso, terminar en la barra tomando un pausado gintonic galáctico con esa tónica nordic azul y ese vaso ancho repleto de hielos y aromatizado con corteza de limón. Lastima, eso me lo perdí.
De todas formas, continúo, recomiendo el local y el menú semanal, completo y elaborado. Aunque, me dicen, que la carta basada en la cocina tradicional navarra y de sidrería, con su menú más típico, tampoco tiene desperdicio.
Ya sabéis chuletones, solomillos, costillas de cordero (para mi chuletillas forever), bacalao, cogote de merluza, rapitos y demás familia. Todo para saciar el hambre de los más exigentes, para llenar las barrigas agradecidas y curtir el cuerpo de quienes queman muchas calorías diariamente.
Importante capitulo merecen los vinos donde sin ser una carta muy extensa podemos encontrar referencias conocidas a precio correcto. Una política clara de apuesta por el tipo de cliente que frecuenta el local, sin grandes pretensiones pero encontrándose variedad y buenos productos.
Nosotros nos decidimos por un Finca Resalso 2005, de las Bodegas Emilio Moro.
Un ribera de Duero de excelente relación calidad precio. Elaborado con la variedad tempranillo me recordó, en aromas, el perfil de algún gran rioja alavesa joven.
A la vista te atrae su color cereza intenso, brillante, con capa media. Ribete azul violáceo, síntoma de juventud.
En nariz me parece extraordinario, muy aromático, predominando la fruta madura, moras rojas y negras, frambuesas, incluso alguna fresilla. Algo de regaliz, matices florales y algún láctico que le daban complejidad. Finas notas avainilladas del roble francés, especias y un fondo mineral rubrican la clase de este vino.
En boca, y con la comida, nos deja gratamente sorprendidos. Frescura juvenil, taninos correctos, una largura considerable y recuerdos afrutados. Es amable, goloso y amplio.
Me parece un vino equilibrado que merece mi atención de aquí en adelante.
La Guarda de Navarra lo recomienda y felicita a La Runa por su selección para este tipo de cocina. ¡A seguir así!

Un Pujanza 2001 para animar a Osasuna


Y la profecía se cumplió.
Osasuna venció en el total de la eliminatoria al Glasgow Rangers escocés por 2 a 1, que son los números del Pujanza 2001 que fui disfrutando durante el transcurso del partido y que ya avisé que pensaba tomarme, si no se torcían las cosas. Y no se torcieron.
Es la primera vez que los de Cuco Ziganda se clasifican para unos cuartos de final de la UEFA y esto merece una gran celebración.
Con pujanza, con tesón y con paciencia los navarros tienen ya a su equipo encaminados a la final que precisamente se celebrará en Glasgow, en el estadio Hampden Park.
Descorché la botella con el pitido inicial y le deje ir cogiendo temperatura mientras más empujaba Osasuna.
Me serví la primera copa cuando Juanlu cruzaba un disparo, con peligro.
La presión del equipo tenía la intensidad del color del Pujanza. Un cereza intenso de menisco rubí, brillante, muy bonito, con ribete granate y algún teja, aunque conservando, ¡increíble!, tonos azulados. Las lagrimas densas, y en cantidad, predecían el aluvión de ocasiones rojillas en la portería defendida por McGregor.
El partido solo tenía un color. Precioso adelanto a lo que vino después.
Comenzó la segunda parte y el árbitro- albitro que diría un conocido comentarista pamplonés- no percibió, o no quiso, una mano clara dentro del área. Penalti y expulsión. “Rafa, no me jodas. Venga, joder Rafa”
Lo que si pude comprobar fue la potencia aromática de este 2001. Fruta roja y negra con una lograda madurez. Frambuesas, grosellas y aromas florales despertaban mi pituitaria cuando el camerunés Webó desató la locura en la grada. La madera perfectamente integrada se percibía de manera sutil, acompañada de notas balsámicas y minerales. Betún, mina de lápiz, algo de cedro, recuerdos a cueros de calidad, mentol y hasta chocolate. Frescura y dulzor para aguantar los nervios de la incertidumbre.
El resto del partido se hizo eterno, largo, como la persistencia en boca del Pujanza. Fruta madura, como la defensa escocesa, una acidez de libro, algún recuerdo de la barrica y unos taninos redondos pero todavía vivos permitían sobrellevar los últimos instantes con un autentico control osasunista que seguía sin bajar la guardia.
Elegancia en la copa, como los pases de Puñal y las galopadas finales de David López. Seguridad en una añada inolvidable, como la de Ricardo bajo los palos o la defensa comandada por Cruchaga y Josetxo.
Paso muy agradable en boca, con cuerpo, con carácter pero noble. Magnífico.
Al final del partido, ya se puede, de nuevo, soñar aunque tenga, seguro, una eliminatoria complicada. Pero para Osasuna o para este 2001 no hay rival grande. Si se trabaja bien, se mantienen los pies en el suelo y se cree en el proyecto seguro que ambos llegan muy lejos.
Para el próximo partido fuera de casa ya me he reservado un 2003 o mejor un 2004. Y ¿se cumplirá de nuevo?

miércoles, marzo 14, 2007

Pujanza 2002


Hace unas fechas disfrute de un Pujanza 2002, y hoy, si no se tuerce el día, caerá un 2001.
Después de un tiempo sin probar los vinos de esta bodega laguardiense el cuerpo me pedía revivir sensaciones. Y las encontré.
Elaborado con tempranillo por Bodegas y Viñedos Pujanza.
A la vista sigue manteniendo la capa intensa característica de su familia. El ribete continúa granatoso sin llegarse a apreciar tonalidades tejas. Al menos no destacan con la luz del lugar de cata. Las lágrimas son densas. Tiene un brillo muy atractivo.
En nariz se muestra potente y muy elegante. Gran intensidad aromática descubriendo infinidad de matices. Hay fruta, mucha fruta, sobre todo roja, y alguna flor. Aparecen torrefactos, café, especias, vainillas finas de los tostados, regaliz, balsámicos y un excelente fondo mineral. La suma de todas ellas, absolutamente equilibrada, define lo que para mi es el sabor a vino.
La boca es magnifica. Paso muy fácil, con una acidez buenísima y unos taninos finos y puidos. Hay intensidad y enorme largura. Es sabroso y hasta goloso. Prevalece la fruta en el paladar y los tostados dejan su sello de calidad.
La Guarda de Navarra recomienda este vino e invita a buscarlo o a pedirlo en cuanto se tenga la mínima oportunidad.
Es como un tango, además de ser personal y muy sugerente, hay que saber bailarlo. Bebe con pasión- y moderación -y el disfrute será máximo.

martes, marzo 13, 2007

Restaurante Amóstegui, en Pamplona


Me lo quisieron demostrar y lo consiguieron.
El viernes me invitaron a cenar en uno de los restaurantes de Pamplona por los que el tiempo no pasa, o no quiere pasar.
Situado en pleno centro de la ciudad, justo al lado de la Plaza del Castillo, exactamente en la calle Pozoblanco, en un primer piso del número 20.
En el Restaurante Amóstegui, navarro y familiar.
El comedor, distribuido en dos alturas, tiene balcones a la calle que permiten disfrutar del bullicio festivo durante las fiestas del santo moreno, San Fermín, y aportan aire fresco con las puertas entornadas, respirándose la tranquilidad del resto del año.
Carece de modernidades y lujoso diseño, pero ese recato en la decoración se transforma en cariño y experiencia por parte del servicio, inusual en este siglo.
La cocina es tradicional en todos los aspectos, incluido en los tamaños de las raciones. Tienes la sensación de estar comiendo en casa, y por eso ya se puede pagar. Muchos platos son exclusivamente de temporada, garantía de éxito.
El público es muy heterogéneo constituyendo una clientela fiel y muy encariñada con el lugar y sus propietarios. Hay jaleo pero comedido, es posible llevar una conversación sin necesidad de levantar la voz, y sin bajarla pues no se molesta al de al lado.
Se puede fumar, pero en ningún momento perdí de vista a la rubia que tenía enfrente.
La selección de la carta que hicimos cabe en dos líneas, pero como he dicho, casi no cabía en los platos.
Una ración de jamón, cojonudo. Unas suculentas pochas acompañadas de piparras. Alcachofas con jamón, sin más, sin aditivos ni conservantes. Un generoso magret de pato a la brasa. El lomo de un ciervo braseado. Y un bacalao fresco a la plancha, o ¿era una plancha de bacalao fresco? Me quedé con las ganas de la sugerencia del día, paloma torcaz, pero será mi disculpa para la vuelta.
De postre, tarta, helado y cuajada. Cafés y copas.
Yo me decanté por un conocidísimo blanco dulce de moscatel navarro de grano menudo.
Todo ello con un compañero excepcional, un buen vino, de los que Marisol guarda en la bodega especialmente para los clientes que gustan salirse del sota, caballo y rey.
Para terminar, La Guarda de Navarra comparte su positiva experiencia, agradece el trato recibido y recomienda al Amóstegui por su fantástica relación calidad precio. Por 40€ nos trataron mejor que bien y nos dieron de comer gloria bendita. Amen.

jueves, marzo 08, 2007

Catando bajo la lluvia.


Si. Ayer fue un gran día.
A las 20.15h estábamos sentados alrededor de la mesa de cata y con todos los vinos en sus decantadores desde dos horas antes del mágico momento.
Después de unos primeros instantes de expectación inicial, el recato lógico y educado ante personas, la mayoría, desconocidas y la ansiedad por servir el primer vino, la relajación y el fluir de ideas hicieron acto de presencia en un acto bien dirigido y documentado por Luismix, de la Vinoteca Les Cartes de Vins, en Pamplona.
Estos son los vinos catados por orden de aparición:
1- Tignanello 2001, Toscana, Italia.
2- Sassicaia 2002, Bolgheri, Italia.
3- Chateau Mouton Rothschild 2001, Pauillac, Francia.
4- Chateau Margaux 2002, Margaux, Francia.
5- Opus One 2002, Valle de Napa, EE.UU.
6- Penfolds Grange 2001, Sur de Australia.
7- Pujanza Norte 2003, Rioja, España.
8- L`Ermita 2000, Priorato, España.

En próximos posts desgranaré, uno por uno, las sensaciones que me produjeron estos increíbles vinos.
Como aperitivo y resumen, puedo decir que todos ellos reflejaron su carácter y marcaron con claridad las diferencias que les distinguen.
Salvo el Opus One, guardando cautela, los demás hubieran necesitado de más tiempo para llegar a su óptimo momento de consumo. Pero ya están dentro de nuestro metabolismo y nos les damos opción a quienes los consumen habitualmente.
El Sassicaia destacó por su infinita largura y por ser, de todos, el de capa mas baja. El Tignanello tuvo en la copa una evolución espectacular. El Mouton Rothschild nos recibió con un concentrado aroma a toffe que giró para mostrar una infinidad de matices. El Chateau Margaux dejó huella de su complejidad y elegancia, aunque en mi recuerdo aun permanece un 99, al que no superó. El Opus One nos arrolló con su potencia en nariz y boca. El Grange, muy equilibrado, fue la grata sorpresa de la velada. El Pujanza Norte, conocido por la mayoría de los presentes, defendió su parcela con un magnifico, y amplio, paso de boca. Y por último, el L`Ermita, estando como estábamos influenciados por su fama, nos regaló finura y elegancia.
Son todos grandes vinos y, a excepción del Pujanza Norte, tienen el precio fuera del alcance de muchos de los mortales por lo que, como experiencia y por placer, mereció la pena conocerlos.
Sin duda, La Guarda de Navarra recomienda este tipo de experiencias y comparte con los amantes del vino la pasión por estos grandes.
Espero repetir aunque estoy seguro que con la suma de los euros del Grange, el Opus One y el L`Ermita se consigue una gran selección.
¡Y es cierto!

miércoles, marzo 07, 2007

Hoy puede ser un gran día.


Hoy puede ser un gran día, como diría J.M.Serrat, cantautor y elaborador de vinos en la Bodega Mas Perinet del Priorato (no Mas Perineo, que parece una consigna de cierta tendencia sexual, como he leído en alguna publicación que deja actuar al auto corrector a su libre albedrío).
Celebraremos que nuestra sociedad se mueve. Para enfrentarse a un toro manso pero peligroso, y traidor, han hecho falta dos cornadas, una leve en el costado izquierdo de treinta centímetros, superficial, que no afecta órgano vital alguno, al menos de nuestro cuerpo, y otra mas grave que casi secciona la femoral y necesita de torniquete para continuar la lidia. Once centímetros, limpia y seca.
Junto a las tablas del tendido diez y transcurridos cinco minutos de la faena de muleta, con el rictus serio reflejando la responsabilidad y el poco valor demostrado hasta ahora, la mano derecha comienza a dibujar unos muletazos que rematará la izquierda con un soberbio pase de pecho.
Para tan magno acontecimiento me pienso beber ocho vinos, ocho, de distintas partes del mundo.
Van dos italianos, dos franceses, dos españoles, un australiano y un americano. Parece que voy a contar un chiste, pero no. Es la vida misma, me voy a dar el Primer Paseo por Los Grandes Vinos de Mundo.
Tengo referencias y se que va a resultar muy interesante. También sé que llegaré a casa en taxi, no sea que además de los delatores pagados por el Ministerio de Educación se hayan reclutado otros por parte del de Sanidad y tengamos un control de alcoholemia a la salida de la vinoteca. Algo mas que probable pues aquí ya se sabe todo, menos lo realmente urgente y preocupante.
Bueno, voy a disponer mi cuerpo para recibir a esos vinos tan insignes por lo que seguiré una dieta ligera que no altere mi tracto digestivo y que me permita llegar a las ocho de la tarde con el cerebro y el hígado blindado ante tal dosis de alcohol.
En las próximas fechas publicaré un post al respecto. Si lo recuerdo todo, claro, pues esta noche sobran las escupideras.
Manteneos a la espera. Gracias.

lunes, marzo 05, 2007

Hemar Roble 2005


Después de probar hace unos días el Hemar Joven 2006, recién embotellado, y que me enchufó una sobredosis de sulfuroso, que esperemos desaparezca con el paso de la permanencia en botella, descorcho un Hemar Roble 2005.
De la Bodega Hemar, en Fuentecén, provincia de Burgos.
La variedad con que se elabora este vino tan recomendable es el tempranillo, o cencibel, bonito nombre.
Es un Ribera de Duero procedente de una bodega joven pero con años de experiencia familiar.
Se cría en barrica de roble francés y americano durante siete meses.
La cata de este vino me ha abierto otra perspectiva de esta denominación española, y la sorpresa hay que compartirla.
A la vista nos ofrece un casi picota oscuro con borde granate y matices violáceos. Por las paredes de la copa descienden unas lágrimas densas y cortas. Es muy atractivo y brillante.
En nariz se muestra particularmente aromático, con intensidad media alta y evolucionando con el tiempo de la fruta y las flores a los tostados y torrefactos, pasando por minerales y balsámicos.
Aparecen florecillas como las violetas. Fruta como las fresitas, las moras rojas y las negras. Hay regaliz, vainillitas finas, torrefactos, alguna especia y un fondo mineral curioso, no definido.
El aroma es limpio y la nariz es muy graciosa.
La boca sigue la tónica esperada. Tiene un paso muy agradable, muy suave. La largura es notable, tiene un amargor elegante y un excelente final. No es alcohólico a pesar de sus 14% y la acidez es extraordinaria. Hay mucha fruta bien acompañada por los toques de la madera. Hay madera pero de calidad, es el típico vino que a los paladares hechos a la crianza puede llegar a entusiasmar. Taninos redondeándose pero domados.
La Guarda de Navarra recomienda este vino y se quita la espina del Joven 2006.
Si lo podéis conseguir es una buena compra pues no llega a los 7,00€.
De bien nacidos es ser agradecido.

viernes, marzo 02, 2007

Navarra, el vino y Nicolás Sarkozy.


En Pamplona, en la Plaza del Castillo, salón de todos los pamploneses, como se la suele conocer por estos lares, se brindó hace una semana con una copa de vino navarro como original manera de demostrar el rechazo, y el cabreo, que la ministra de la mElena y su borrador de la Ley del Alcohol han provocado en una amplia representación de la sociedad española. También mundial y europea, ya que han sido varios los periódicos y blogs extranjeros que se han hecho eco de la injusta implicación del vino en la lidia y muerte de los jóvenes españoles. En el lado opuesto al menosprecio del vino encontramos al candidato a la presidencia francesa, Nicolás Sarkozy- no olvidando que es una promesa electoral- quien hablando con productores franceses se comprometió a liberar a este sector de las ataduras de una ley que desde el año 1991 aplica en Francia el mismo rasero en materia de publicidad a vino, tabaco y alcohol.
Allí prometen libertad aquí lo contrario, medidas represivas y coactivas.
Este gobierno lleva al vino como puta por rastrojo y no sería de extrañar que iniciativas como la navarra se sucedieran por toda nuestra geografía durante los próximos meses.
Si seguimos en la dinámica actual de descenso de consumo y ataque por sectores sociales y sanitarios no es descabellado pensar que el vino experimente síntomas de extrema gravedad y necesitemos que Rodríguez Zapatero y sus ministros aludan a razones humanitarias para de una vez por todas contribuir al proceso de desarrollo y auge de un sector de gran importancia económica, cultural, medioambiental y social, para muchas regiones españolas.


jueves, marzo 01, 2007

Finca de la Cantera de Santa Ana 2005


Se ha presentado (miércoles 28 febrero 2007) en el restaurante El Colmado de la capital navarra un vino, de los Grandes de Navarra, sin rodeos, sin más adjetivos. Un vino absolutamente identificado con la voluntad de su creador, Javier, Bodegas García Burgos.
Hay quienes hacen vino y hay quienes del vino hacen un arte. El Finca de La Cantera de Santa Ana 2005 es un ejemplo de cómo crear artísticamente un vino. Dejando expresarse libremente a las variedades de uva y a la tierra donde crecen, cuidando el resto de los detalles, como el tostado de la barrica, pero sin inmiscuirse demasiado.
Javier maneja perfectamente, y entiende, como pocos, a la cabernet sauvignon y sabe donde y cuando trabajar con la tempranillo. Hace filigranas con la merlot y dibuja lo que piensa con la syrah.
Solamente quiero reflejar con una palabra mi percepción sobre el Finca de la Cantera de Santa Ana 2005: Equilibrio.
Quien haya visto la película de James Cameron, Abyss, entenderá mis impresiones.
Cuando la nariz se acerca a la copa y traspasa el límite del vidrio es como sumergirse en una atmósfera liquida, vínica. Una atmósfera donde todo el conjunto de aromas se procesa en el cerebro, unido, ligado. Todo esta integrado, todas las sensaciones fluyen dirección al córtex olfativo y nada se queda en la copa.
Potencia controlada, intensidad cromática, elegancia y complejidad.
Es un vino para respirar hondo, para disfrutar y para recomendar.
La Guarda de Navarra anima a conseguir una de las 6.000 botellas, que ya están en el mercado, para comprobar el magnifico vino que se puede extraer de una tierra siguiendo los dictados del corazón, mimando las variedades y respetando el terruño.
Felicidades.

¡Bebamos antes de la nueva Ley Antivino!


Este post va dedicado a quienes nos gusta el vino y lo bebemos sin conocimiento.
Trata de la cata de una serie de vinos en la que unos gustan más y otro menos.
El lugar elegido para la ingesta alcohólica, si alguien sigue el blog ya se lo imagina, La Carte des Vins, en la calle Iturrama de Pamplona.
-Ferratus 2004.
Elaborado por las Bodegas Cuevas Jiménez con la variedad tempranillo. Un Ribera del Duero con carácter. Solo 30.000 botellas para comprobarlo.
A la vista nos deleita con un color cereza apicotado con ribete granate y violeta. Brillante, muy atractivo e intenso.
Nariz aromática. Potente. Balsámico, recuerdos del pinar junto al que se cría, fruta madura, especias y tostados, de la madera, muy personales.
Boca con unos taninos muy marcados, excesivamente secante. Sabroso y largo, nos hará disfrutar doble, o triple, después de una larga permanencia en botella. Gran estructura y excelente acidez, en resumen un vino de guarda.
-Ferratus Sensaciones 2003.
De la misma bodega y procedente de la misma uva, pero de dos pagos concretos de la propiedad.
Vestido como su hermano menor, tal vez con algo más de brillo. Intensidad cromática alta. Glicérico, no olvidemos los calores de ese año. Lagrimas densas y largas.
Nariz curiosa, predominando la fruta madura, toques balsámicos, especiados y minerales. Unos tostados deliciosos, sugerentes y, parece que, firma de la propietaria.
Boca sabrosa y golosa. Cuerpo medio y una largura a tener en cuenta. Acidez buena, tanicidad la justa y andamios para una larga vida.
Solo 5.500 botellas que condensan la filosofía de la bodega.
-Alonso del Yerro 2004.
Otro ribera de la Bodega Viñedos Alonso del Yerro en Roa, Burgos.
Picota intenso con ribete granate. Parece que no ha sido filtrado ni clarificado pues presenta cierta turbidez.
Nariz intensa, balsámica, algo de regaliz, fruta madura, flores, madera tenue muy bien integrada.
La boca de paso amable, largura y persistencia notable, una acidez algo elevada y unos taninos correctos en proceso de redondeo.
Representativo de la nueva tendencia de Ribera del Duero.
-Hemar Joven 2006.
Elaborado con tempranillo en la Bodega Hemar, un Ribera de Duero de Fuentecen-Burgos.
Sulfuroso inicial que le cuesta desaparecer.
Bonito color rojo bordelés con tonos violetas. Capa media alta. Brillante.
En nariz fruta fresca, tras el azufre, floral y algún toque herbáceo, verdor.
Boca con acidez agradable y algo tánico. Un vino correcto, si no tenemos en cuenta esa nariz sulfurosa, con una largura interesante.
-Pesgos 2003.
Es un Tinto selección barrica, como marca su etiqueta, digamos un crianza. Vino de la Tierra de Cangas. De Cangas del Narcea, Asturias. Elaborado con Carrasquín, Albarín, Verdejo Tinto y Mencía. Alguna de ellas hasta hoy, para mí, desconocidas y curiosas. Todas son tintas.
En vista no nos dice gran cosa ya que esta abierto de color. Desconozco si es así o el tiempo le ha jugado una mala pasada.
La nariz es interesante. Te sorprende. Tiene intensidad. Torrefactos y fruta roja es lo que predomina. Se puede encontrar algo de toffe y recuerdos a betún.
Afrutado en boca, con frescura y un fondo mineral. Me convence más que la nariz. Largura media. Un vino para adornar el currículo de las variedades catadas.
-Orgullo Tinto 2004.
Vino tinto de Rioja con 3 meses de barrica. Tempranillo.
A la vista presenta un color rojo burdeos pero ligero, de capa media baja.
En nariz se muestra balsámico, licoroso, algo complejo, con notas de laurel, no mucha fruta, pero madura.
La boca destaca por su acidez y sensación alcohólica. Tiene largura media.
-Orgullo Blanco 2004.
También de Rioja. Elaborado con viura con sobremaduración y principio de botritis.
A la vista es amarillo pálido, brillante con reflejos dorados.
En nariz me parece estupendo. Apareciendo piña, maracuyá, notas cítricas. Es un punto mentolado. Se puede disfrutar de aromas a sobremaduración pero no aparecen los botritizados. Dejo que se caliente un poco, pero no me convence. Mejor fresco, aún con el riesgo de la pérdida de aroma.
En boca llena la boca con una fruta fresca muy agradable. Es ligero y queda algo corto. Prometía más en nariz.
-Lazaruswine.
Desconozco más datos de este vino, y del que le sigue, pues están “elaborados”, exclusivamente, por ciegos y aún no controlo el braille que decoraba la etiqueta.
Se que lleva syrah, merlot y tempranillo.
Timidez, muy cerrado. Color picota con ribete granate. Fruta y madera a partes iguales.
Otro Lazaruswine, este de syrah y merlot.
Me parece mas interesante este vino.
Color picota con ribete granate.
De nariz aromática y curiosa. Mineral, tostados, balsámico, licoroso, fruta madura en licor. Te despeja con claridad las vías respiratorias tanto vía nasal como bucal. Tiene potencia.
Es amplio en boca y tánico. Fruta muy madura, bombones en licor. Sabroso y calido.
-Pago del Vicario Petit Verdot 2006.
Personalmente, el vino de la noche. Mil y una sensaciones en una botella, desde el primer contacto visual hasta la boca, pasando por la nariz. Sorprendente y recomendable, aunque no haya para todos debido a su corta producción.
De la Bodega Pago del Vicario, en Ciudad real, como Vino de la Tierra de Castilla.
Elaborado con petit verdot y dándole una personalidad que me cautivó desde el primer momento. Igual es que me conformo con poco, pero al menos lo disfruté.
Presenta un atractivo y brillante color cereza, de intensidad media, con tonos azules que le acercan casi más a un tinto que a un rosado. Me recordó a un rosado de Pagos de Araiz 2005 que probé hace unos meses y que atraía tu atención por su tonalidad tan poco habitual.
En nariz derrocha generosidad. Nos regala de todo, flores, frutas, potencia y frescura. Encontramos lilas, violetas, moras negras, fresas, cerezas, frutillos rojos, café y notas balsámicas.
La boca también es compleja, con cuerpo, volumen, armazón. Tiene grasa, es carnoso. Sabe a fruta. Tiene una acidez buenísima, es algo tánico, muestra un amargor que me parece elegante aportando complejidad y elegancia. Equilibrado.
Es un vino vivo, alegre, fresco y goloso, con una largura considerable y que deja huella.
La Guarda de Navarra lo recomienda y se hace con otra botella para disfrutar de un bis a bis.
Ahora viene un Riesling alemán pero después de beber tanto soy incapaz de pronunciarlo. Esta fresco, agradable y pasa con suma facilidad.
Corto y cierro.