Tengo tres minutos para escribir esta nota de cata. Al ataquerrrrr!
Louro do Bolo 2007.
Bajo mi humilde opinión tres características resumen este gran vino, ejemplo de lo que debe ser un vino extraordinario: Intensidad aromática, franqueza y equilibrio en boca.
Ni voy a hablar de Rafa Palacios, ni de Valdeorras, ni de la variedad godello. Poco importa si este Louro va, poco a poco, abandonando los vertiginosos bancales o si el roble normando aporta lo que debe aportar.
Tras un día complicado este vino me ha devuelto la vida y me ha confirmado que hay productores, suelos, variedades y zonas que merece la pena conocer.
A la vista el color amarillo verdoso y sus reflejos irisados hacen despertar la curiosidad de la no habitualidad.
De nariz intensa, franca y perfumada. Especiado, frutal, floral y mineral. Lo tiene todo. Notas de albaricoque y melocotón. Recuerdos a flores especiadas, punzantes como el jazmín y de otras especies intensas que embriagan iglesias y floristerías. Fondo de tiza en una ambiente fresco y dulce al mismo tiempo.
Boca para enmarcar. Amable, carnoso, aterciopelado y muy, muy equilibrado. Intenso, especiado, expresivo.
La Guarda de Navarra, me temo, acaba de decidir guardarse las pocas cajas que le quedan. Vino para compartir…con uno mismo.
¡De lo mejorcito de este año que va terminando! Interesante evolución en botella.
Louro do Bolo 2007.
Bajo mi humilde opinión tres características resumen este gran vino, ejemplo de lo que debe ser un vino extraordinario: Intensidad aromática, franqueza y equilibrio en boca.
Ni voy a hablar de Rafa Palacios, ni de Valdeorras, ni de la variedad godello. Poco importa si este Louro va, poco a poco, abandonando los vertiginosos bancales o si el roble normando aporta lo que debe aportar.
Tras un día complicado este vino me ha devuelto la vida y me ha confirmado que hay productores, suelos, variedades y zonas que merece la pena conocer.
A la vista el color amarillo verdoso y sus reflejos irisados hacen despertar la curiosidad de la no habitualidad.
De nariz intensa, franca y perfumada. Especiado, frutal, floral y mineral. Lo tiene todo. Notas de albaricoque y melocotón. Recuerdos a flores especiadas, punzantes como el jazmín y de otras especies intensas que embriagan iglesias y floristerías. Fondo de tiza en una ambiente fresco y dulce al mismo tiempo.
Boca para enmarcar. Amable, carnoso, aterciopelado y muy, muy equilibrado. Intenso, especiado, expresivo.
La Guarda de Navarra, me temo, acaba de decidir guardarse las pocas cajas que le quedan. Vino para compartir…con uno mismo.
¡De lo mejorcito de este año que va terminando! Interesante evolución en botella.