Consumo moderado del vino en la dieta

Vivir, es defenderse de la vida que nos va matando. En esta lucha, la eficacia del vino es incalculable. Dr. Gregorio Marañón.
El vino es la mas higiénica y saludable de las bebidas.
Luis Pasteur.
Con estas dos citas solamente quiero resaltar la importancia que el vino puede tener en la dieta, siempre y cuando su consumo sea moderado, y el vino sea de calidad.
También quisiera destacar del vino alguna de sus propiedades fisiológicas y el carácter preventivo frente a enfermedades.
Propiedades fisiológicas que se le atribuyen:
El vino, en dosis moderadas, puede ofrecer grandes estados de bienestar. El vino es un tranquilizante, relaja el espíritu después de una jornada larga, y por su acción euforizante nos abre al diálogo y al humor; el vino contribuye a la disolución del estrés, el cual afecta tan negativamente a la salud, debilitando los sistemas inmunitarios y haciéndonos más vulnerables a la enfermedad. El sentirse bien psicológicamente está íntimamente conectado con la salud físico-química, por tanto, si el papel del vino es parte de una positiva conexión mente-cuerpo, el vino es indudablemente un elemento que contribuye a nuestra buena salud. Además podríamos hablar de su acción vasodilatadora, estimulante de la secreción gástrica y jugos biliares, acción antiséptica ante algún virus y bacterias, acción frente la osteoporosis, entre otras.
Como carácter preventivo:
Además de estas acciones fisiológicas el vino es un agente preventivo sobre enfermedades y procesos degenerativos, los cuales pueden ser paliados o evitados si incorporamos el vino a nuestra dieta diaria de una forma moderada:
Prevención sobre enfermedades inflamatorias y ateromatosas, relacionadas con el aumento de riesgo de padecer un infarto de miocardio. Prevención de procesos cancerígenos. Prevención de episodios psíquicos: valor psicoterapéutico del vino.

Por todo esto no es de extrañar que organizaciones como The Society of Medical Friends of Wine (USA) estén presididas por personalidades de la categoría del Dr. Stanley N. Cohen, genetista de renombre mundial, de la Universidad de Stanfor, cuyos trabajos de investigación merecieron el Premio Nobel.