En mi estancia en Madrid, solo por un día, me sucedieron muchas cosas, casi todas agradables. Una de ellas, por apetecida, me produjo especial emoción. Durante la cena posterior a la cata conocí, me presentaron, a Andrés Proensa. Persona a la que admiro, y envidio, por dedicarse al vino en profesión y por tener la libertad y el conocimiento para opinar sobre el vino y todo lo que le rodea. Crítico, articulista, editor de una guía sobre vinos (La Guía Proensa de los vinos de España), director de una nueva revista, PlanetaVino, y yo que se cuantas cosas mas.
Le sigo por que me gusta su forma directa y natural de escribir, y sobre todo por que noto independencia en sus catas y en la forma de ver este complicado entramado vino-bodega-periodismo-mercado.
Naturalmente, discrepo con el en muchos de sus artículos, no es difícil, por que yo a veces no estoy de acuerdo conmigo mismo, pero alabo su forma de expresarse y su sincera posición en la sociedad actual, donde lo políticamente correcto empieza a resultar muy aburrido.
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