jueves, mayo 25, 2006

Omar Khayyam, poeta del vino


Dos muestras de cultura literaria para amenizar el blog, carente, hasta hoy, en este aspecto.
El autor es Omar Khayyam. Según la pagina donde os remito, Omar Ibn Ibrahim Khayyam nació en Nichapur, Persia, hacia el año 1040 de la era cristiana, y vivió cerca de ochenta años.Libertino, sibarita, ácido, místico y profeta, estudió Matemáticas y Astronomía, reformó el calendario musulmán, cultivó el Derecho y las Ciencias Naturales, pero todo le resultó insuficiente a la hora de resolver el misterio del Universo, las pasiones humanas y la existencia misma.Se destacó en el plano de las letras por sus famosas «Rubaiyat», que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante frente a la finitud de la vida.

Las siguientes tres líneas las encontrareis como frase celebre dedicada al vino en cualquiera de los múltiples apartados de internet dedicados al respecto.

Si los amantes del vino

y del amor van al infierno...,
vacío debe estar el paraíso.

Ahora os regalo una de sus Rubaiyat, o poesías persas. Muy relacionada, por cierto, con el origen, la esencia y el fin de este blog y de La Guarda de Navarra.

¿Porque vendes tú vino mercader? ¿Que pueden darte a cambio de tu vino? ¿Dinero? ¿Poder? ¿Pues no eres el dueño del mundo cuando tienes en tus manos una copa? ¿Riqueza? ¿Hay alguien más rico que tú, que en tu copa tienes oro, rubíes, perlas y sueños? ¿Amor? ¿No sientes arder la sangre en tus venas cuando la copa besa tus labios? ¿No son los besos del vino tan dulces como los más ardorosos de la hurí? Pues si todo lo tienes en el vino, dime mercader, ¿porque lo vendes?

Poeta, porque haciendo llegar a todos mi vino, doy poder, riquezas, sueños y amor; porque cuando estrechas en tus brazos a la amada me recuerdas; porque cuando quieres desear felicidad al amigo, levantas tu copa; porque Dios cuando bendijo el agua la trasformo en vino, y porque cuando bendijo el vino se trasformó en sangre... Si te ofrezco mi vino...
Poeta, no me llames mercader!!!

Pues eso, si yo comparto mis vinos, te doy placer, alegría y paz en muchos momentos, felicidad, conocimiento, amistad y nuevas experiencias, no me llames mercader!!!.


1 comentario:

Mariluz dijo...

Nunca había visto tan bien unido la poesía y la mercadería para conocer un producto para tantos degustado y apreciado, como para otros humillado.
Recurrir a este gran poeta para tal noble fin, me hace pensar en la cultura de la tierra y el desarrollo de la mente y del espíritu, de quien está detrás de este mensaje.
Desde mi punto de vista, acertásteis para quien busca el buen vivir; la contraportada está en el uso que se hace de cada cosa.
Un buen brindis por vuestros vinos y en vuestros valles.