Después de estas vacaciones he descubierto que se puede vivir sin prisa. Llevaba unos días escuchándolo y leyéndolo pero quería comprobarlo en mis propias carnes.
¿Por qué vivir sin prisa?
Levantarme temprano con el canto de un madrugador gallo y los ladridos de unos perros contentos, espero, por el amanecer del nuevo día.
Empezar con un desayuno energizante y un paseo estimulador.
Intercambiar saludos con los vecinos e información con turistas mas perdidos que la versión italiana de Zp en un plató de la Sexta.
Participar de la ruta enriquecedora por los bares del pueblo poniéndome al tanto de las noticias locales, las que importan.
Tomarme unos vinos para activar el hambre, mejor experimento científico, y menos cruel, que el de Paulov. Alguno se me ocurre a quien tocarle la campana y otro instrumento.
Disfrutar de una buena comida cocinada, sin prisa, por las manos de la madre y una siesta reparadora para digerir los sagrados alimentos.
Por la tarde divertirme con la familia, sin prisa, y con los amigos que, como yo, sin prisa, montan una merienda espontánea homenajeando a algún cerdo o cochino, esparciendo sobre la mesa todos sus restos, embutidos, adobados o asados. El vino que tampoco falta a la cita, vino joven, del año, recién salido, al momento embotellado y sin prisa.
Luego, al anochecer, después de maravillarse con la puesta del sol y dando gracias del tiempo vivido, uno se retira buscando la paz del hogar y la compañía de los suyos, para así, sin prisa, acostarse y esperar, también sin prisa, un nuevo despertar.
La pena es que son muchos los que no conocen la libertad de vivir sin prisa y que solo ante situaciones limite o durante un periodo vacacional ven posible este milagro.
Infórmate, practícalo y aprende a vivir sin prisa. Por supuesto, ni prensa ni televisión. Tu salud, tu familia y tus amigos te lo agradecerán.
8 comentarios:
Jo, qué envidia!
Pero he de decir que soy pesimista al respecto. Me incluyo entre la masa que sólo se lo permite en vacaciones (y sólo en determinadasa vacaciones, las otras son aún más estresantes). Pero mucho me temo que, salvo que el euromillón lo solucione, esto es lo que hay. Resignación y valor!
Olga
Me temo que para practicar esa filosofía tan sana no hace falta el euromillón. Tu piensa y te darás cuenta de lo que se puede ahorrar cada mes si no vives con prisa.
Pues es cierto amigo La Guarda, saber disfrutar de lo que se tiene a mano puede ser una buena manera de empezar el día...
Saludos,
Amén, amigo Guarda. Como dice mi mujer la vida solo hay una y demasiado corta, o sea toca disfrutar y ser feliz, por cierto esto último se consigue con pequeños detalles, ¿verdad?... y buenos vinos jejeje.
Saludos
Carlos
Inspirador. Qué necesario es pararse a pensar y disfrutar de lo sencillo y lo realmente importante.
Gracias.
Ya lo sabeis, no es necesario repetirlo, SIN PRISA se vive mejor.
De acuerdo totalmente en que los pequeños detalles son los que tenemos que aprender a saborear (por supuesto, incluyo una buena copa de vino en buena compañía), pero a lo que me refería es a que escaseamos de tiempo para ello. Y mucho me temo que, desgraciadamente, el tiempo se sigue comprando con dinero ...
Olga
Olga,
No creo que el tiempo se compre con dinero. Sí se compra seguramente con renuncia a otras cosas. Pero es lo que es la vida: elección.
Como aquel relato del pescador y el empresario ¿no?
Un abrazo
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