sábado, abril 28, 2007

La Guarda de Hierro.


Por su alto contenido en hierro, los vinos de La Guarda de Navarra son absolutamente indispensables para una dieta sana y saludable. O sea, que se le debe saludar.
Hierro del herrero, en gallego Do Ferreiro y provisto o armado de hierro que es en latín Ferratus.
Fruto del destino o de una conjunción planetaria, no sé exactamente de donde pudo nacer semejante coincidencia pero reconozco que el hierro con su propiedad magnética atrae con fuerza a los que verdaderamente disfrutan con el vino, no a los otros sobre los que ya genera una particular repulsión.
Con empuje y pujanza empecé, a un santo y a un buen hombre (en inglés, goodman) me encomendé. El viento frío del Moncayo oxigenó mi mente hasta la llegada de los cálidos vientos mediterráneos. En un jardín romano esbocé mi estrategia y ahora por fin, apuntalados y bien anclados los cimientos, levanto una estructura de acero que mantendrá mi edificio en pie, sólido, superviviendo al paso de los años y de los elementos incompetentes.
Todos los componentes son importantes pero ninguno imprescindible, por tanto mientras La Guarda de Navarra siga en pie seréis bienvenidos a mi original fortaleza.
Rescato una frase en la lengua madre que seguro mas de uno ha utilizado alguna vez:
Vinum bonum laetificat cor hominis (El buen vino alegra el corazón del hombre)
¡Alegres corazones tendréis los que este blog visitéis!

jueves, abril 26, 2007

Ferratus 2003




Hoy me toca un tinto de la Ribera de Duero. Es el último fichaje del equipo de La Guarda de Navarra, por el momento, incorporado para poder conseguir todos los triunfos deseados. Y no me conformo con quedar segundo.
Procede de las Bodegas Cuevas Jiménez SL. Situada entre Gumiel de Izán y Aranda de Duero en la provincia de Burgos. Es un monovarietal de tempranillo.
La crianza de 12 meses en barricas de roble francés 80% y americano 20% con unos tostados muy al gusto de su propietaria que le hacen particularmente interesante.
Se han embotellado 23.850 unidades.

Ferratus 2003.
A la vista es un cereza picota casi cubierto con ribete granate. Capa alta. Brillante y limpio. Lágrimas en gran número y con densidad. Presenta 14 grados de alcohol en la etiqueta.
En nariz se muestra potente, muy aromático. Al principio especiado donde la nuez moscada, y luego la pimienta, abren la puerta de los sentidos.
Es simpático y en su extraordinaria evolución nos sorprende con un equilibrio impensable y una elegancia magnifica.
Fruta roja madura nadando en una atmósfera de frescura sorprendente en una añada tan calida. Balsámico sobre un fondo mineral. La madera aparece como vainilla fina y como tostados y torrefactos. Excelentes.
En boca es goloso, carnoso y amplio. De paso amable nos deleita a la vez con calidez y frescura. Los taninos aún vivos llenan todos los espacios mientras los recuerdos a fruta y los tostados permanecen producto de una largura más que notable.
La Guarda de Navarra ha encontrado el alma de este vino y quiere compartirla con los demás.
No quiero que mi relación con él influya en este comentario pero tengo la impresión de que este Ferratus 2003, y el ya realidad 2004, nos van a hacer disfrutar mucho.
¡Absolutamente fascinante!

miércoles, abril 25, 2007

Clos Trimoulet 2002.Bordeaux, Saint Emilion, France.




Este vino fue una de mis compras hace un año en el fin de semana de puertas abiertas de los Châteaux de Saint Emilion.
Vaya paciencia he tenido, ¡increible!, y las veces que me he tenido que atar las manos para no abrir una de las tres botellas que me agencié de esta bodega.
Situada al norte de Saint Emilion es propiedad de la familia Appollot. Las 10 hectáreas de viñedo se reparten entre suelos arcillosos y arenosos que aportan al vino armazón, longevidad y finura.
Esta bodega recibió la medalla de oro en el Challenge Internacional du Vin en 2005 (en la botella hay un adhesivo que lo recuerda).
Elaborado con 80% merlot, 10% cabernet franc y 10% cabernet sauvignon disfruta de una larga crianza en barrica de roble francés (de donde iba a ser). 12.5% de alcohol.
Clos Trimoulet 2002.
Saint Emilion Grand Cru. Appellation Saint Emilion Grand Cru Controlèe.
E.A.R.L. APPOLLOT, viticultor a Saint Emilion (Gironde) France.
Mis en bouteille à la propiètè.
En vista aparece como un rubí intenso con ribete teja. Capa media. Lágrima corta y densa.
Nariz algo cerrada al principio, un pelín sucio, pero pronto se despereza.
Fruta roja madura, algo licorosa. Madera perfectamente integrada. La evolución en la copa es magnifica.
Matices tostados y avainillados muy tenues. Balsámico (eucalipto, betún), especiado y mineral (tiza y grafito). Recuerdos animales y a cueros. Al final, hojas secas y heno.
En boca se comporta con amabilidad y frescura. Cierta ligereza debido a su cuerpo pero es sabroso y amplio. Una buena acidez que acompaña a unos taninos domados y a un amargor final elegante. Largura notable.
Vino equilibrado no exento de complejidad y elegancia, ligero en el paso y, a pesar de todo, sin potencia aromática.
Si no recuerdo mal, en bodega, me costo cada botella alrededor de 10€, excelente precio para las sensaciones producidas.
La Guarda de Navarra recomienda visitar a Appollot, medio entender sus explicaciones en francés y probar sus vinos.
¡Aleccionador!

Pujanza Norte 2003





Fue el tapado de la cata “Paseo por los Grandes Vinos del Mundo”. Sin grandes esfuerzos se defendió, como estaba previsto, evidenciando que 36€, frente a las 3 cifras prohibitivas de sus compañeros, son suficientes para ofrecer equilibrio, complejidad y elegancia. Un alarde al alcance de pocos.
Los habituales del blog ya saben que nace y crece en Laguardia, en Bodegas y Viñedos Pujanza, y procede en mayor proporción de tempranillo 60%, con la colaboración de otras variedades autóctonas.
El viñedo llamado El Gancho, y apodado Norte, es el que reúne la cepas que traerán los frutos de este Pujanza. Sobre un suelo arcillo calcáreo, con presencia de mineral de hierro, y losas de piedra caliza, las vides y sus raíces se desarrollan confiriendo al vino unas cualidades peculiares.
La elaboración se realiza en depósito de madera de roble francés de 7.600 kilos, con uva despalillada.
Crianza de aproximadamente 16 meses en barrica de roble francés de allier y tronçais.
Pujanza Norte 2003.

A la vista muestra que la juventud permanece en su atractivo y brillante tono picota intenso. Ribete granate y lágrimas densas.
En nariz potencia y elegancia. Excelente evolución en copa donde demuestra gran complejidad.
La boca es muy equilibrada, como la nariz. Tiene cuerpo y largura notable. Intenso en los sabores, gran acidez y unos taninos extraordinarios. Buena vida le aguarda.
La Guarda de Navarra recomienda, por supuesto, este Pujanza Norte.
El vino esplendido de la noche, ninguno nos dio tanto por tan poco.

lunes, abril 23, 2007

Bodegas Gerardo Méndez S.L. Albariño Do Ferreiro y Ferreiro Cepas Vellas.



Apoyándome en un texto enviado desde la propia bodega, y en breves líneas, voy a definir el perfil de un extraordinario albariño.
Es un blanco de calidad, gestado en las tierras del valle del Salnés por cepas centenarias autenticas y por otras mas jóvenes fruto de la modernización de la viticultura.
Saber antiguo, elaboración pulcra y técnica elaborada se traducen en un vino de corte tradicional que muestra las mejores virtudes de la uva albariña.
Bodega con profundas raíces, pues la Casa Grande tiene documentados viñedos desde 1850, cautelosamente modernizada que sin perder la identidad consigue extraer al albariño toda su esencia y dotarle de alma propia.
La finca familiar otea en lejanía el mar de Arousa y la ría de Pontevedra. Sita en el corazón de Salnés, a pie de A Armenteira y su cenobio, la casa solariega acoge vivienda y bodega.
La calidad empieza en la viña cuidando vid y fruto para evitar tratamientos y encontrar el grado de madurez optimo para la vendimia. Durante la elaboración se apuesta por la maceración para aprovechar toda la autenticidad del albariño cuidadosamente seleccionado. En las botellas de esta bodega de predio predomina el gusto y la personalidad de su creador que atiende los frutos de cada pago haciéndolos fermentar por separado con el único control de la temperatura.
No hay madera, según Gerardo con ella se pierden aromas frutales y, en general, el vino pierde frescura. Si alguna vez la tiene que utilizar en el futuro serán tinos grandes para facilitar una microoxigenación que redondee el vino pero que no aporte los olores y sabores del roble.
Son vinos que se defienden por si solos, no necesitan madera.
La bodega tiene dos etiquetas:
Albariño Do Ferreiro, la marca original de la casa, procedente de viñedos entre cinco y doce años. Es un blanco de clásico y precioso color amarillo pajizo, fresco, floral, sabroso, elegante y muy persistente, características comunes a los dos vinos. Referencia de lo que es un albariño. Alrededor de 50.000 botellas de producción.
Ferreiro Cepas Vellas, guarda esta marca la esencia de las viejas cepas de la casa, en las que se permite que entre un diez y un quince por ciento de la uva alcance la botritis noble, recordando el aterciopelado del Sauternes pero conservando la tipicidad varietal de los blancos de Rías Baixas. Cosecha limitada a un máximo de 5.000 botellas.
Dos etiquetas “Do Ferreiro” con un común denominador: su raza y la fidelidad a la memoria desde la conveniente evolución.
La Guarda de Navarra recomienda estos vinos y desde este momento los pone a disposición, en exclusiva, de todo aquel que quiera conocerlos.
¡Excelente fichaje para un gran equipo!

viernes, abril 20, 2007

Viña al lado de la Casa 2004


Me han brindado la oportunidad de probar un vino con un coupage algo curioso.
Es un vino tinto crianza de la D.O. Yecla, Murcia, España.
Elaborado por Bodegas Castaño con distintas variedades, a saber: monastrell, cabernet sauvignon, syrah y tintorera.
Antes de seguir con el post tengo que reconocer que no me ha gustado absolutamente nada por las sensaciones producidas en boca, después de un ataque casi goloso, se convierten en punzantes y desagradables. La acidez es tal que recuerda al acético, a un principio de avinagramiento. Pero he aquí la sorpresa cuando después de tomar mis apuntes para la cata, indago y encuentro que este vino deriva en boca a matices cítricos, ¡pero tan acusados!. ¡Oye! Que me ha entrado la duda, y a pesar de su precio, alrededor de 15€, voy a tener que reunirme con él y charlar de tu a tu, en intimidad y con la única compañía de un buen alimento. Tal vez algo especial para una reconciliación.
De todas formas en vista y, sobre todo, en nariz no mostraba indicios que presagiaran ningún problema.
Color picota muy cubierto. Atractivo y brillante. Lagrima densa.
Nariz de intensidad media, algo tímido al comienzo pero luego muestra fruta, moras, y recuerdos florales, frescos. Notas balsámicas, minerales, algún tostado avainillado y toques de pimiento característicos del cabernet.
En boca no lo tengo en cuenta, eso si, hasta muy pronto.
Este vino se empezó a elaborar en exclusiva para Vila Viniteca, o sea para Quim Vila, y La Guarda de Navarra espera poder recomendarlo, pero será cuando tenga la garantía de que, como parece, merezca la pena. Mientras, intentaré conseguir otro ejemplar para, a cuenta de mi bolsillo, hablar bien de una bodega comprometida con el vino desde hace casi cuarenta años que da vida a una D.O. pequeña, como es la de Yecla, colaborando a enriquecer el paisaje vitivinícola español.

Buenos mimbres para un buen cesto.

jueves, abril 19, 2007

Petit Grealó y Flor de Grealó 2003





Hace unos días, en Vinarium, tuve la oportunidad de probar dos vinos tintos de una zona que hasta ahora no conocía.
Petit Grealó 2003 y Flor de Grealó 2003.
Ambos con los mismos cimientos pero de características y comportamientos muy distintos.
Proceden de las Bodegas Vinya l´Hereu en el pueblo de Seró, municipio de Artesa del Segre. Denominación de Origen Costers del Segre, Cataluña, España.
El Petit Grealó 2003 es de un coupage de syrah, cabernet sauvignon y merlot.
Es un vino cerrado herméticamente que nos deleita con aromas a berberechos durante largos momentos y que prácticamente, como los toros mansos, se nos va a los corrales sin haber sido capaces de darle un solo pase y sin opciones de estoquearlo de urgencia. Se le intuye mineral. Elevada acidez en boca, tánico y un amargor final que predomina por culpa de no encontrar la expresión de la fruta. Merece otra oportunidad aunque me temo que no es un vino para todos los gustos.
En el Flor de Grealó 2003 descubrimos otras cosas.
Se embotella después de una crianza de 12 meses en botas de roble francés de 300 litros.
El color a la vista nos recuerda a su hermano, cereza picota intenso con borde granate. Elaborado con las mismas variedades y en la misma proporción se muestra más aromático y simpático.
La nariz, sin la excesiva timidez del primero, se muestra más franca. Apareciendo fruta roja madura, balsámicos mentolados, especias y un excelente fondo mineral. Los tostados de la madera dan elegancia al conjunto.
En boca no se comporta tan agresivo como el Petit, pero ya he dicho que era imposible encontrar nada más. Es más redondo observándose una acidez alta y los taninos vivos pero no molestos. Tiene largura y es sápido, incluso amplio por sus balsámicos y frescura. Se nota la fruta, los ahumados y ese mismo amargor final. Es más complejo y elegante. Se le entiende mas fácil, se explica mejor y no con tanto monosílabo.
La Guarda de Navarra recomienda adentrarse en todas las denominaciones posibles y conocer como va evolucionando el vino en nuestra querida España.
Al Petit habrá que citarlo de nuevo en un ambiente mas propicio, pero al Flor se le puede llamar a menudo pues si se le mima nos dará conversación.
¡Interesantes!

martes, abril 17, 2007

Penfolds Grange 2001


Otro vino de los de la súper cata. Hoy toca un australiano procedente de la bodega Penfolds, fundada en 1844 por Christopher Rawson y del país de los canguros, la más conocida. Vino de alto nivel y muy reconocido a nivel mundial.
Se elabora con shiraz 96% y cabernet sauvignon 4%, y pasa veinte meses en barrica nueva de roble americano.
Como curiosidad cabe recordar que el nombre original era Grange Hermitage.
Para nuestra cata se consiguió un Penfolds Grange de 2001.
En vista se muestra con un color picota muy intenso con ribete granatoso y tonos azules. Capa alta. Gran cantidad de lágrimas con densidad. Nos prepara para la potencia que nos viene encima.
Nariz con gran fuerza aromática. Los recuerdos balsámicos tienen al eucalipto como máximo exponente. Hay mucha fruta madura, fruta negra como los arándanos, inconfundible. Especiado, nuez moscada, y mineral. La madera en forma de tostados y ahumados deliciosos no destaca, integrándose en el conjunto.
La boca es rompedora y amplia. Potente, carnoso y muy calido. Se mueve con lentitud llenando todos los espacios bucales y permaneciendo en el recuerdo durante muchos segundos (o caudalías). Largura y persistencia notable. Nuevamente la fruta madura, alicorada, nos sorprende junto con los recuerdos a tostados. Tiene frescura, producida por la fusión entre la elevada acidez y los toques a eucalipto. Todavía con los taninos muy vivos ofreciéndonos la esperanza de una larga vida en botella. Aparecen unos matices vegetales, algo amargos que le van confiriendo elegancia a este vino tan contundente.
La Guarda de Navarra recomienda este vino y aconseja, a la mayoría, asociarse para poder pagar los 375€ que cuesta cada botellita de marras.
Vino elegante, potente, no muy complejo pero capaz de levantar los olés del público desde el principio al fin de una larga faena.
¡Rotundo!

lunes, abril 16, 2007

Embutidos Arrieta en Zubiri


Quiero compartir con todos un lugar donde hacer un alto en el camino y un establecimiento donde aprovisionarse de carne y otros buenos alimentos.
Siguiendo el Camino de Santiago entramos en Zubiri cruzando su extraordinario puente medieval, que aguanta esta primavera las bravas acometidas del caudal del río Arga. Al igual que peregrinos accedemos a su casco urbano por la calle San Esteban y nos ganamos un descanso en un curioso espacio que, conociendo el buen hacer de sus dueños, seguro nos sorprende con algún manjar casero.
Es un negocio familiar dedicado a carnicería y ultramarinos, por una parte, y a bar, por otra.
Los que frecuentan este bonito pueblo, capital del Valle de Esteribar, saben al lugar al que me refiero. ¡Eso es! la Carnicería de Embutidos Arrieta y el bar adosado, y comunicado con ella.
En la tienda podemos comprar de todo, pero hago mención especial a los productos elaborados por ellos. Un relleno sabroso y fresco, una chistorra que hace pecar al más íntegro y unos chorizos de ciervo y de jabalí, excelentes compañeros de un crujiente pan de Arrasate.
Si alguien duda de mis palabras no tiene nada más que pasarse por el bar, tomarse un buen vino, si es Vallobera joven mejor, y pedir un plato o un bocadillo de chistorra frita, de morcilla o de jamón. Hay otras posibilidades, pero dejo que las descubráis.
En compañía de cazadores, unas veces, de vecinos del pueblo, otras, y, casi siempre, de peregrinos desconocedores del idioma español, pero capaces de comprender nuestras costumbres gastronómicas, se disfruta de un pedazo de la historia que se repite desde muchos siglos atrás por quienes realizan la Ruta Jacobea, extendiendo por el mundo entero los beneficios espirituales de repostar en casa de V.Arrieta.

jueves, abril 12, 2007

Pagos de Araiz crianza 2004


Vino navarro procedente de Olite, de la Bodega Pagos de Araiz, perteneciente a Casa Masaveu que adquirió en el año 2000 las 400 hectáreas que conforman la finca.
Elaborado con las variedades tempranillo 60%, cabernet sauvignon 20% y merlot 20%, se cría en barricas de roble francés, americano y del centro de Europa.
Agradezco a su enólogo, Michel Murúa, el haber podido conocer este interesante vino que transmite carácter y buenas sensaciones.

Pagos de Araiz crianza 2004.
A la vista se presenta con intensidad, cereza picota casi cubierto y un ribete que denota juventud y frescura. Se delata al ofrecer un gran número de lágrimas densas y lentas.
La nariz es aromática de intensidad media alta. Descubriéndose enseguida la fruta en forma de moras, frambuesas y ciruelas. Los tostados de la madera muy bien integrados en el conjunto junto a balsámicos, algún láctico y una leve mineralidad. Al principio no, pero durante la evolución en la copa aparecen aromas característicos del cabernet, apimentados y cierto verdor. Muy sutil, nada molesto. Se encuentra regaliz, algo de vainilla y algún matiz especiado.
En boca muestra amplitud, todavía tánico, con una acidez alta pero equilibrada y un punto de alcohol que se manifiesta al llegar al estomago. En su paso por la garganta deja sensación de picor. Tiene largura reflejada sobre todo en una correcta carga frutal y una madera excelente. Ligero amargor final para un vino de cuerpo medio con mucha estructura.
La Guarda de Navarra recomienda el consumo de este vino y, aprovechando, también el de su rosado.
A este Pagos de Araiz 2004 le auguro futuro ya que pienso se desmarca, dentro de su gama, del resto de competidores, aspirando a algo más que al mero reconocimiento como crianza.
La fotografía junto a la hortensia le confiere un significado especial. Prudencia en el camino empezado pero soñando y viviendo con la imaginación los exitosos tiempos venideros. Ambicioso pero actuando con diplomacia y sin perder de vista la realidad.
¡Pruébenlo!

Vivir sin prisa.



Después de estas vacaciones he descubierto que se puede vivir sin prisa. Llevaba unos días escuchándolo y leyéndolo pero quería comprobarlo en mis propias carnes.
¿Por qué vivir sin prisa?
Levantarme temprano con el canto de un madrugador gallo y los ladridos de unos perros contentos, espero, por el amanecer del nuevo día.
Empezar con un desayuno energizante y un paseo estimulador.
Intercambiar saludos con los vecinos e información con turistas mas perdidos que la versión italiana de Zp en un plató de la Sexta.
Participar de la ruta enriquecedora por los bares del pueblo poniéndome al tanto de las noticias locales, las que importan.
Tomarme unos vinos para activar el hambre, mejor experimento científico, y menos cruel, que el de Paulov. Alguno se me ocurre a quien tocarle la campana y otro instrumento.
Disfrutar de una buena comida cocinada, sin prisa, por las manos de la madre y una siesta reparadora para digerir los sagrados alimentos.
Por la tarde divertirme con la familia, sin prisa, y con los amigos que, como yo, sin prisa, montan una merienda espontánea homenajeando a algún cerdo o cochino, esparciendo sobre la mesa todos sus restos, embutidos, adobados o asados. El vino que tampoco falta a la cita, vino joven, del año, recién salido, al momento embotellado y sin prisa.
Luego, al anochecer, después de maravillarse con la puesta del sol y dando gracias del tiempo vivido, uno se retira buscando la paz del hogar y la compañía de los suyos, para así, sin prisa, acostarse y esperar, también sin prisa, un nuevo despertar.
La pena es que son muchos los que no conocen la libertad de vivir sin prisa y que solo ante situaciones limite o durante un periodo vacacional ven posible este milagro.
Infórmate, practícalo y aprende a vivir sin prisa. Por supuesto, ni prensa ni televisión. Tu salud, tu familia y tus amigos te lo agradecerán.

miércoles, abril 11, 2007

Cata en Premier en un Château bordeles.


¿Alguna vez te has planteado viajar a Burdeos? ¿Alguna vez has soñado con visitar alguno de sus Châteaux y probar los vinos de su última cosecha? ¿Te gustaría hacer realidad este deseo e invertir en alguna de sus preciadas botellas?
Si has respondido afirmativamente puedo asegurarte que estás leyendo el blog correcto en el día adecuado.
Cella Vinarium, en Pamplona, propone visitar el próximo 4 de junio, lunes, tres importantes Châteaux de la zona bordelesa y catar en Premier los vinos de la cosecha 2006 que no estarán embotellados por lo menos hasta julio de 2008.
El plan de viaje previsto para esa jornada comienza temprano en la capital Navarra para partir dirección Burdeos, al Medoc, y visitar en primer lugar Château Margaux, un Premier Cru Classè de Margaux, catando sus vinos del 2006.
Posteriormente los afortunados se trasladarán a Château Pontet-Canet, un Cinquième Cru Classé de Pauillac, donde disfrutarán de la bodega, de sus vinos y de una comida con el propietario.
Por último, antes de regresar y como despedida de este glorioso día, se pasará por el Château Leoville-Poyferre, Second Cru Classè de Saint Julien, se probaran sus vinos y se volverá a casa con todas las ilusiones y la felicidad de quien ha pasado unos momentos inolvidables y quiere compartirlos, cuanto antes, con el resto del mundo.
Si estás interesado y no quieres que te lo cuenten escríbeme un correo a
jrlaguardia@retena.net y te mandaré las condiciones y el itinerario del viaje.
Veinte personas ya se han decidido y salen para allí en mayo.
Tienes plazo hasta el 13 de abril para confirmar tu sueño, solo tres días para poder experimentar lo que está al alcance de muy pocos.
¡Yo lo tengo claro!

martes, abril 03, 2007

Opus One 2002


Otro componente del Paseo por los Grandes Vinos del Mundo II.

Este vino nace en 1979 de la unión y de la mentalidad aventurera de dos hombres fuertes del mercado vitivinícola mundial, Robert Mondavi y el barón Philip Rothschild. Queda patente con música de Vivaldi cuando se visita la pagina web y en la etiqueta, con la silueta de ambos.
La bodega esta situada en Oak Villa, en valle de Napa, Napa Valley, en California, en los Estados Unidos de América.
Esta elaborado con cabernet sauvignon 84%, merlot 7%, cabernet franc 5%, malbec 3% y petit verdot 1%. Pasa alrededor de 23 meses en barrica de roble nuevo francés.
A la vista es un cereza muy intenso con ribete granate. Lagrimas densísimas.
De nariz muy aromática y potente. Notas vegetales y de pimiento. Fruta madura. Madera de cedro, betún. Muy balsámico. Apuntes de champiñón, según Eduardo pizza de champiñones, para que conste.
En boca se nota el alcohol. Es el más brioso y fornido de la noche, tanto en nariz como en boca. Es tánico y su acidez es correcta para un conjunto tan potente.
No tiene la largura de sus compañeros de mesa, pero tampoco se queda corto.
Con el tiempo no mejora ni muestra matices distintos a los ya aportados. Para el precio que ha costado, 250€, salvo que me inviten, prefiero invertir en buenos vinos españoles, por ejemplo.
La Guarda de Navarra invita a probarlo para así conocer a uno de los grandes vinos americanos, pero no el más caro, pues como bien apunta Luismix tanto el Screaming Eagle y el Harlan State le superan en precio.
Fuerza y clase pero sin elegancia.

Château Margaux 2002



Otro vino de la cata Paseo por los Grandes Vinos del Mundo II.
Uno de los cuatro Premier Crus según la clasificación de 1855. Desde hace tres siglos, 1750, esta bodega domina por su calidad de los vinos en la zona del Medoc. Su viñedo fue creado bajo Luís XV y su vino se destacó pronto entre los mejores de Francia. Su producción se la rifan año tras año por todo el mundo.
Château Margaux 2002, appellation Margaux, région Bordeaux.
Elaborado con cabernet sauvignon 75%, merlot 20%, petit verdot 3% y cabernet franc 2%, pasa entre 18 y 24 meses en barricas de roble francés.
A la vista nos presenta un color cereza intenso con ribete granate donde destacan los matices violetas. Creo que el consumo de este vino tan prematuramente debería ser castigado con la ingesta exclusiva, durante un año, de vino caliente en tetrabrick mezclado con refrescos de cola sin burbujas.
Las lágrimas presentan gran densidad y número.
La nariz comienza como sus compañeros de viaje, es decir toffe, a copa parada, pero antes que ellos se abre ofreciendo un amplio contenido aromático.
Tiene intensidad, me recuerda levemente a una del 1999 que probé hace un tiempo, pero no alcanza sus niveles de potencia comedida y elegancia. Aún así la puedo definir como muy compleja y elegante. La nariz es muy franca, afrutada, con toques de cedro, tabaco y chocolate.
Muy agradable en boca nos deleita con una persistencia larguísima. Es puro terciopelo en su paso y demuestra el placer en los sentidos que solo provocan los grandes vinos. Dicen que fue un año malo para la uva, pero hay quien hace milagros y este es un ejemplo.
Es un vino con estructura donde el terruño se expresa con gran libertad. Taninos excelentes, pero que el tiempo mejorará aún más.
Por 220€ me costará, otra vez, volvérmela a cruzar en el camino, pero nunca se sabe.
La Guarda de Navarra recomienda probar algún vino de esta bodega si se quiere alcanzar el paraíso en vida.
Enorme, glorioso y celestial.

Restaurante El Mirador, Hotel Maisonnave, Pamplona


Y seguimos con las buenas costumbres. Anímate. Si quieres también tú puedes hacerlo. Unas almas caritativas, aprovechando el lluvioso Domingo de Ramos me han invitado a comer en el precioso y estratégicamente ubicado restaurante El Mirador del Hotel Maisonnave, en Pamplona.
Antes parada obligada en la Catedral de la capital Navarra y presencia en la tradicional Bendición de las Palmas, primer día de la Semana Santa, y preludio de la Pasión de Cristo.
A la salida y para guarecernos del fuerte chaparrón, pasamos por el bar Monasterio en la calle Espoz y Mina 11. Unos buenos fritos de huevo, pimiento y croqueta, tradicionales de la casa sirven de aperitivo y primer esquinazo al bullicio teledirigido que nada por las arterias del Casco Antiguo pamplonés.
La calle Estafeta y el Bodegón Sarría también son honrados con nuestra presencia, educada e infantil. El pincho llamado Escombro (capricho de escombro) pasa a formar parte de nuestra maquinaria fisiológica y abandonamos el local dirección Plaza del Ayuntamiento. El agua y la muchedumbre pisa nuestros talones, pero ponemos adoquines de por medio y una charanga cubre nuestra retirada buscando grata compañía y tranquilidad.
Por la calle Nueva ni un gato, ni rastro de decibelios, parece que alguien cierra una puerta a nuestras espaldas y nos aísla mientras nos acercamos al número 20, al hotel.
Ascendemos hasta la planta sexta y tomamos asiento en una larga mesa situada en uno de los salones del restaurante. Rodeado de ventanales, las vistas, entre otros, del monte San Cristóbal, de la Torre de San Cernin, de la Catedral y de los tejados de la parte vieja, aderezan la comida rodeándola de un halo de historia y de una luminosidad que a pesar del encapotado día nos proporciona paz y una predisposición a disfrutar del menú elegido y de la compañía.
Por 22€ mas IVA, una ensalada templada de vieiras a la vinagreta de crustáceos, unos pimientos rellenos de brandada de bacalao, una suprema de merluza en salsa fina de setas y gambas, un abanico de magret de pato en salsa de hongo beltza y de postre, una tarta artesana. Un vino mas que correcto, Ochoa tempranillo y garnacha de 2005, y por último, café. Para los más pequeños, también, un menú especial muy agradecido. Para cada uno, un buen plato de jamón, fritos variados, chuletillas de cordero con patatas- o costillas, vale- y un original postre de helado. Bebidas a demanda. No se puede pedir más.
Además nos regalan tiempo para la sobremesa, para la charla pausada y para apuntalar los cimientos de la amistad, que a estas alturas de siglo parece que no está de moda en otros restaurantes. ¡Venga majos que tengo que recoger!
La Guarda de Navarra recomienda este restaurante por muchos aspectos, de los que destaca su relación calidad precio, su amplitud y privacidad para grandes reuniones familiares, su inmejorable espectáculo panorámico y la experimentada atención de sus profesionales.
Ah, y se me olvidaba, organizan unas cenas maridaje para tener en cuenta, pues unir cocina y vino en un marco tan pamplonés debe poner a los PTVs enófilos los pelos como escarpias.
¿Quién me lleva al siguiente?