domingo, junio 11, 2006

El vino, corazón de Laguardia




Laguardia se está moviendo. El vino ha llegado al lugar que siempre debería haber ocupado. Es el centro de la vida del pueblo, su motor, y el reclamo perfecto para un turismo cada vez más especializado. La riqueza arquitectónica e histórica de Laguardia, la ruta del vino, el clima, el paisaje y la hospitalidad, a veces permisividad, de sus habitantes han logrado que seamos una de las localidades mas visitadas y mejor valoradas en el ámbito nacional.
Faltan aspectos que pulir, faltan iniciativas y faltan personas emprendedoras que ayuden a esta tierra a ser referente mundial del vino, pero los cimientos están colocados y caminamos con seguridad a conseguirlo a muy corto plazo.
En este blog ya he analizado con anterioridad la “casualidad” de que aquí, en la Rioja Alavesa, se encuentren algunos de los mejores vinos del país, y en consecuencia del mundo.
Como ejemplos de esta afirmación el Pujanza Norte, de Bodegas y Viñedos Pujanza, y Viña El Pisón de Artadi Cosecheros Alaveses S.A.
Las bodegas saben donde quieren llegar, tienen claro su objetivo. Todavía quedan algunos que sin hacer nada, dejándose llevar por el buen hacer de otros y el apellido de Rioja, pretenden alcanzar éxitos efímeros y aprovecharse de situaciones privilegiadas que el tiempo y el mercado se encargaran de colocar en su justo sitio. Se van instalando nuevos productores, buscando el abrigo de la sierra y de la denominación.
No solo las bodegas se están dando cuenta de la dirección que hay que seguir. En el pueblo se respira aroma a vino.
Bares y restaurantes, algunos de forma mejorable, han establecido como prioridad que el servicio del vino vaya en consonancia con la imagen de la zona. En el Bar Arbulu es posible tomar el vino de marcas seleccionadas por copas, además del bien conocido maceración carbónica que se sirve en todos los bares. Otro ejemplo de modernidad es el Bar Pola. Un año después de su reforma ha ganado el reconocimiento popular. Ofrece vino de cosecha propia, tanto joven como crianza, pero es obligada la visita por sus combinados. Son muchos los visitantes y las personas relacionados con las bodegas, que refrescan su boca cansada del contacto con los taninos.
Los hoteles también bailan al son del vino y sus índices de ocupación rozan el cien por cien. Aseguro que despertar entre las viñas después de hospedarse en el Villa de Laguardia no tiene precio. Por cierto, hotel muy involucrado con este interesante mundo. Enoteca frente a la recepción y relacionado con el Centro Temático del Vino de Laguardia. Otros hoteles como el Hotel Antigua Bodega de Don Cosme Palacio, la Posada Mayor de Migueloa o el Hotel Castillo El Collado, entre otros, atraen a enoturistas de todo el mundo.
Establecimientos de alimentación y de regalos han entendido el nuevo turismo y ofrecen caprichos enológicos y detalles relacionados. En la Alimentación Llorente se pueden encontrar vinos de las mejores bodegas de la zona y productos selectos de nuestra gastronomía. En la misma calle, Tic-Tac ofrece una amplia variedad de útiles y regalos relacionados con el vino, además de botellas de buen tinto.
La inclusión en la Ruta del Vino ha sido un detonante para que bodegas más “humildes” den a conocer vinos de una gran personalidad y muestren auténticos templos de culto para seguidores fieles del caldo riojano alavés.
Florecen vinotecas cada vez más atractivas. A la ya existente en la Plaza Mayor, La Vinoteca de Laguardia, completísima en referencias, se han sumado dos más. Hace unos meses Arburi, también en la plaza, con una cuidada selección de vinos de la zona y posibilitando vinos de otras zonas y países con servicio a domicilio. Moderna e interesante. La ultima tiene un bonito nombre, Entreviñas y Olivos, y un marco inmejorable. Se divide en dos zonas, una como tienda, con acceso desde el portal exquisitamente decorado, y otra, como bar de vinos, tomando las escaleras hacía la cueva. Ambiente agradable en un local típico laguardiense que permite degustar vinos como los que probamos la ultima vez, Pujanza Norte, Capricho de Landaluce, Trasnocho y Reserva Remírez de Ganuza. Vinos por copas en una iniciativa muy atrevida. Recomiendo la visita de las tres.
En general el pueblo luce un aspecto precioso. Se nota cuidado, limpio y eso hace que muchos viajeros repitan sus visitas varias veces para poder “embriagarse” de cultura y tranquilidad.
Durante estos días sol, cielo y viñas ofrecen un espectáculo visual que a todos los de Laguardia nos gusta compartir.
Si podéis visitarnos es una época fantástica, podréis disfrutar como nunca y empezaréis a entender el vino de Rioja Alavesa.

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