Distribuye en Navarra los vinos de Gallico, Pujanza, La Rodetta, Medrano Irazu, Bodegas Menade, Mustiguillo-Mestizaje, Costers del Priorat, Ferratus, Do Ferreiro, Rafael Palacios-As Sortes, Cillar de Silos, Emilio Hidalgo, Cuvee3000 (Champagne Billecart) y otros vinos que le gustan. correo:jrlaguardia@ono.com
domingo, febrero 26, 2006
Bodega Heredad Guzmán Aldazabal
La cata presentación empezó con retraso, como los grandes estrenos. Guzmán Aldazabal se daba a conocer en Cizur Mayor en la vinoteca Mahatsa Ardoetxea. Miradas expectantes ante los primeros comentarios. La intensidad de la introducción motivó las primeras preguntas, mientras crecía el interés por comenzar a probar los vinos.
El primero en salir a escena fue el Pago Guzmán Aldazabal cosecha 2005, embotellado hacía escasamente una semana. Sorpresa y aprobación, teniendo en cuenta el desconocimiento que de este tipo de vinos se tiene por estas tierras. Frescura y una casi imperceptible aguja delataban su juventud. Color intenso y aroma afrutado. Extrañó la finura y su sedoso paso por boca.
Luego Guzmán Aldazabal Autor 2001. Explosión de color y aromas. Más lo hubiésemos disfrutado si su temperatura hubiera sido más correcta y no tan fría. Vino con cierta timidez inicial y eso que Javier procuro descorcharlo con antelación. Bocas abiertas y ojos como platos ante tal cascada de sensaciones. Todos andaban buscando la madera y nadie la encontró.
El siguiente aún permanece en mi memoria nasal. Graciano 2004, monovarietal al que le espera un futuro exitoso. Flores y más flores, y como el anterior con la madera perfectamente ensamblada. Amigo del tempranillo en Rioja toma aquí protagonismo estelar, dejando a mas de uno hipnotizado con su brillo y su color mirando los movimientos circulares de la copa.
Por ultimo la apoteosis, el fin de fiesta. El mas valorado y entendido por culpa de la madera. Casi negro, aromático, intenso. Igual que sus compañeros con elevado grado alcohólico pero amable. Fruta madura, regaliz, balsámicos, torrefactos. Sedoso goloso y elegante. Es el Exaltación 2001.
En resumen, vinos para no olvidar, fruto de la pasión de Javier Guzmán Aldazabal y su familia. Vinos de viñas viejas, mimadas por sus propietarios. Agricultura integrada con características de ecológica. Podas inteligentes, incluso en verde. Varias vendimias en una, buscando la optima maduración. Selección de los hombros del racimo. Elaboración menos agresiva, limitando y eliminado filtrados para conseguir vinos en esencia. Barricas nuevas. Contraetiquetas y etiquetas en posiciones inverosímiles. Botellas originales.
Todo esto es: Heredad Guzmán Aldazabal.
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