miércoles, enero 11, 2006

Cantar o decantar


Prefiero lo primero a lo segundo, aunque si la decantación se hace obligada por la presencia de precipitados, la puedo tolerar. Siempre nos quedará la opción de servir con cuidado desde la botella.
En mi opinión, decantar carece de sentido en el mercado actual, donde vinos jóvenes, crianzas, vinos de autor (o garaje o alta expresión) copan el mayor consumo. Y donde los reservas y grandes reservas parecen destinados a un público mas reducido.
En estos últimos se podría aconsejar una decantación previa a la cata o degustación, pero debido a las técnicas de filtrado y a otros progresos de la vinificación actual, los sedimentos o precipitados que antes frecuentaban los fondos de las botellas, y tantos problemas causaban en el paladeo del vino, ahora brillan por su ausencia.
Hay puntos a favor y en contra de la decantación, y hay, también, opiniones encontradas al respecto.
Considero necesario escuchar, y probar, todas opciones, ya que la verdad absoluta no existe aquí, tampoco.
Quienes prefieren airear u oxigenar el vino, aduciendo posibles aromas de reducción, deben tener en cuenta que hay marcas donde un exceso de aire va a permitir que se pierdan matices típicos de esa bodega. Por el contrario hay vinos donde se hace necesaria la oxigenación para poder disfrutar de aromas mas agradables.
Donde no estoy de acuerdo es en la decantación estética, dirigida exclusivamente a lucir esos decantadores tan bonitos que todos tenemos por casa. Solo la permito cuando el vino en cuestión, estructurado, con color, potente, es muy tímido. Muy cerrado, de los que le cuesta presentarse, y necesita su tiempo para darse a conocer. Aun así, si tengo tiempo, prefiero el descorche con antelación, no vaya a ser que con el movimiento, el vino pierda su esencia y parte de su carta de presentación.
Por ultimo si se va a decantar un vino, me gusta que sea como se hacia antaño, en un calado antiguo de una bodega, a media luz, de manera tranquila y despacio, gustándose, con la vela bajo el cuello de la botella y mimando cada gota que entra al decantador. Nada de torbellinos ni movimientos bruscos. Separando el precipitado con gracia y no permitiendo que nos estropee la cata.
Viéndolo así, el vino puede saber mejor.

1 comentario:

Jorge Castilla dijo...

Muy buen articulo, de verdad muy instructivo. Tenía serias dudas acerca de la decantación, así como de la oxigenación del vino.
Saludos