Distribuye en Navarra los vinos de Gallico, Pujanza, La Rodetta, Medrano Irazu, Bodegas Menade, Mustiguillo-Mestizaje, Costers del Priorat, Ferratus, Do Ferreiro, Rafael Palacios-As Sortes, Cillar de Silos, Emilio Hidalgo, Cuvee3000 (Champagne Billecart) y otros vinos que le gustan. correo:jrlaguardia@ono.com
miércoles, junio 21, 2006
Final de Nariz de Oro 2006
Como en su día informé de la semifinal de Pamplona de la Nariz de Oro 2006, es de recibo que lo haga de la final que se celebró en Madrid.
El catalán David Seijas Vila, de Vila Viniteca (Barcelona), ganó el premio Nariz de Oro 2006 que distingue al mejor sumiller español, acertando cuatro de los cinco alcoholes y vinos catados en copa opaca que había que describir sólo con el olfato.
En este mismo certamen quedaron como segunda finalista María Teresa Pérez, de La Cuina de Boro, en Náquera (Valencia) y Raúl González Baena, del restaurante Mesana del Hotel Guadalpín, de Marbella (Málaga), como tercer finalista.
El certamen Nariz de Oro, que celebraba este año su XV edición, reunió el fin de semana del 10 de junio a 93 sumilleres seleccionados en las semifinales de Pamplona, Sevilla, Barcelona, Salamanca y Valencia entre unos 500 profesionales, pero sólo 8 pasaron a la gran final.
Hubo polémica en esta selección ya que varios participantes se quejaron por no ser calificados de forma adecuada y en cuanto conocieron a los finalistas la mitad del publico se levantó airoso y se fue de la sala protestando. El sumiller de Ávila Jesús Meneses finalizó su participación en el certamen con una reclamación al jurado por no valorar las catas por él realizadas. No fue la única, pues algún participante más se quejó de no ser calificado correctamente. Se dijo que los premios se dieron a quien quiso el jurado, sin tener en cuenta todas las catas acertadas. Se deberían haber elegido 12 finalistas y por causas desconocidas solamente fueron 8.
Las bebidas a catar fueron un vino de la tierra de Madrid, un ron, una sidra, un bourbon y un Ribera del Duero.
El vencedor, David Seijas, recibió una escultura exclusiva bañada en oro y realizada por el artista Antonio López.
Este certamen se ha convertido en un encuentro anual de los sumilleres, donde se intercambian opiniones, experiencias y conocimientos. Además de ser un escaparate para dar a conocer este trabajo tan necesario en hostelería y tan poco conocido por el público en general. También sirve para seleccionar a quienes realmente se esfuerzan por conocer la profesión y distinguirlos de los que se llaman sumilleres después de hacer tres cursos básicos de cata, que haberlos hailos.
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