A menos de un día del comienzo de las fiestas de Laguardia, donde este año tenemos un fin de semana extra, voy a escribir para el blog por que seguro que no lo haré en los próximos días.
Después del chupinazo lanzado desde el ayuntamiento, a las 13h del 23 de junio, nos esperarán 10 jornadas para la fiesta y la diversión. Yo, lógicamente, y si Dios quiere, me conformaré con la mitad de la dosis.
Despertaremos con gaiteros y banda municipal, rendiremos culto a los santos patronos, San Juan y San Pedro, nos emocionaremos con el revoloteo de nuestra bandera, los que tengan edad y poco miedo, correrán delante de las vaquillas, bailaremos el Celedón, y al ritmo de afamadas orquestas y, por supuesto, ayudaremos a terminar con parte del “excedente” de vino que dicen tiene España.
Vino por cántaras y a quien no le guste, agua. O mejor zurracapote. Bebida dulce e insuperable de buenos ingredientes, sanos y naturales: vino (tinto, blanco o claro), azúcar, canela y limón. Rechaza imitaciones. Mezclas con licores para chupitos y derivados, p´a tu agüela.
Según tengo oído, antiguamente, un gran cartel recibía a los visitantes que se acercaban a nuestras fiestas: ZURRACA-POTELE-CHELADA.
Claro y concluyente. No había mejor ofrecimiento y bienvenida para los forasteros.
Pero no perdamos de vista el vino. Vino para almorzar, joven fresco con nervio, para comer y cenar alguno con crianza y cuerpo, para la merienda volvamos al joven pero en porrón, y para empezar la noche, un vino de trago largo, complejo y elegante.
Nos pondremos morados y, como ya es tradición, no será necesario desplazarnos a la localidad vecina de Haro para darnos un autentico baño como vinoterapia o enoterapia.
Felices Fiestas a todos y desde aquí os invito a visitarnos y a pasar unos momentos de alegría en la capital de la Rioja alavesa.
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