Como hace unos días que no escribo voy a celebrar el retorno con un buen vino joven de la D.O.C. Priorato. Joven, sin madera. Joven, con hechuras de hombre, y caballero, por sus formas.
Lo elaboran los de Celler Cecilio S.L. en Gratallops, Tarragona, España.
Las variedades que componen su extraordinaria finura son un 40% de garnacha, un 20% de cabernet sauvignon y un 40% de cariñena.
Su crecimiento sobre la conocida licorella, terreno pizarroso, y el clima colaboran para la consecución de este vino que a pesar de su juventud ha sabido ganarse mi confianza y mi mas profunda admiración.
Celler Cecilio 2005.
A la vista aparece como un cereza intenso, capa media alta, con ribete cardenalicio y reflejos azulados. Lagrima densa, patas largas que tintan la copa. Atractivo.
En nariz es franco y potente. Balsámico, fresco a pesar de sus 14 grados, mineral y especiado. Muy aromático, encontrando regaliz, fruta roja, grafito y notas vegetales.
La boca es muy amable y amplia. Tiene largura y un cuerpo medio. La acidez es alta pero sin destacar en el conjunto, los taninos redondos y un amargor claro y concreto.
Lo encuentro muy equilibrado, bien estructurado e incluso elegante.
Ha acompañado a la perfección a un riojano plato de lomo con pimientos. ¡Enorme!
La Guarda de Navarra lo quiere compartir y recomendar a pesar de que el mercado de los jóvenes parece condenado a la extinción por culpa de un público ignorante que solo entiende de crianzas- o sucedáneos- y donde los bodegueros se ven obligados a disfrazarlos de robles o semicrianzas para poderles dar salida de la bodega.
Cuanta ineptitud, cuanta falsa sabiduría y que poco conocimiento.
¡Pues que les den! Para mi los quiero todos y de todas las denominaciones. Vinos sin aditivos, ni colorantes. Frescos, alegres y, sobre todo, sinceros.
¿Quién me sigue?
Lo elaboran los de Celler Cecilio S.L. en Gratallops, Tarragona, España.
Las variedades que componen su extraordinaria finura son un 40% de garnacha, un 20% de cabernet sauvignon y un 40% de cariñena.
Su crecimiento sobre la conocida licorella, terreno pizarroso, y el clima colaboran para la consecución de este vino que a pesar de su juventud ha sabido ganarse mi confianza y mi mas profunda admiración.
Celler Cecilio 2005.
A la vista aparece como un cereza intenso, capa media alta, con ribete cardenalicio y reflejos azulados. Lagrima densa, patas largas que tintan la copa. Atractivo.
En nariz es franco y potente. Balsámico, fresco a pesar de sus 14 grados, mineral y especiado. Muy aromático, encontrando regaliz, fruta roja, grafito y notas vegetales.
La boca es muy amable y amplia. Tiene largura y un cuerpo medio. La acidez es alta pero sin destacar en el conjunto, los taninos redondos y un amargor claro y concreto.
Lo encuentro muy equilibrado, bien estructurado e incluso elegante.
Ha acompañado a la perfección a un riojano plato de lomo con pimientos. ¡Enorme!
La Guarda de Navarra lo quiere compartir y recomendar a pesar de que el mercado de los jóvenes parece condenado a la extinción por culpa de un público ignorante que solo entiende de crianzas- o sucedáneos- y donde los bodegueros se ven obligados a disfrazarlos de robles o semicrianzas para poderles dar salida de la bodega.
Cuanta ineptitud, cuanta falsa sabiduría y que poco conocimiento.
¡Pues que les den! Para mi los quiero todos y de todas las denominaciones. Vinos sin aditivos, ni colorantes. Frescos, alegres y, sobre todo, sinceros.
¿Quién me sigue?
2 comentarios:
Yo te sigo!!! Aunque el Cecilio no siempre me haya dado grandes momentos (los malos, sobre todo, relacionados con la madera, claro!), este joven es bueno, bueno, y si ha reposado algo en botella antes de la degustación (como es el caso), pues mejor.
Me gusta esa definición tuya: aquí no hay ni trampas ni cartón, la fruta algo reposada, la tierra, una buena vinificación y a beber.
Saludos!
Joan
Gracias Joan por seguirme. El sentimiento es mutuo.
Un saludo.
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