Ayer jueves me invitaron a comer en el Anttonenea, en el número 48 de la calle San Antón de la capital navarra.
Miento, me invitaron a disfrutar y a compartir un momento de humildad, sinceridad y confianza.
Se rompieron estereotipos y agradezco a todo el servicio el trato recibido, y gratis.
Tomás, al frente de un equipo joven, atento y simpático, nos dedicó su tiempo y nos atendió rindiéndonos unos honores que, seguro, no merecemos. Aún así, nos ofreció su local y a su gente para ayudar a olvidarnos del mundo, por unos instantes, y recobrar fuerzas en una jornada cargada de trabajo.
Para quien no lo conozca y leyendo este blog busque referencias para animarse a visitarlo, ahí van unas cuantas.
La situación es fantástica, en el casco antiguo de Pamplona y con varios aparcamientos subterráneos a menos de tres minutos y medio.
El local cómodo y acogedor. La decoración atractiva, sin excesos. El servicio eficiente y amable. La comida excelente, sin mariconadas. Y la bodega bien seleccionada y accesible, todo un ejemplo.
No corráis a buscar el teléfono, yo os lo doy, 948.22.59.30. Llamad para reservar pues, afortunadamente para ellos, casi siempre esta completo. Luís, mi pareja de baile, lo hizo y le agradezco haber comido allí tras tres intentos frustrados.
Nos presentaron varios vinos con opciones de pasar a formar parte de la carta, aunque creo que no superaron el mínimo de sensaciones exigido.
Para refrescar esos desatinos de la enología acompañamos los primeros platos con un buen vino joven riojano de Bargota, Navarra. Biurko Gorri Arbanta 2006. Tinto ecológico algo perezoso en nariz pero con un paladar correctísimo y varietal. Con el me sirvieron un salmón natural marinado y un apetitoso arroz con faisán.
Todavía quedó algo para la sepia “Costa Brava”. Plato de cuchara, sabroso y muy bien elaborado.
Luego tuvimos que examinar a un vino navarro de la Bodega García Burgos. El Sh 2006. Sin palabras. Mudo, absorto.
Con una brocheta de carne de cerdo con salsa de curry le desbordaba en potencia. Aromático con unos tostados deliciosos y un paso amable, aunque reconozco que su evolución en botella nos sorprenderá muchísimo más.
Para terminar un reconfortante sorbete de cuajada con sus matices ahumados o quemados incluidos.
El Sh y yo seguimos charlando de un par de temas de vital importancia hasta el final de la sobremesa.
Que mas puedo decir, pues eso, que La guarda de Navarra recomienda recomer o recenar en el restaurante Anttonenea. Y rebeber, también.
¡El momentico del mes, sin duda!
Por cierto, hoy he comido en Lacala, la arrocería del polígono de Mutilva Baja.
Miento, me invitaron a disfrutar y a compartir un momento de humildad, sinceridad y confianza.
Se rompieron estereotipos y agradezco a todo el servicio el trato recibido, y gratis.
Tomás, al frente de un equipo joven, atento y simpático, nos dedicó su tiempo y nos atendió rindiéndonos unos honores que, seguro, no merecemos. Aún así, nos ofreció su local y a su gente para ayudar a olvidarnos del mundo, por unos instantes, y recobrar fuerzas en una jornada cargada de trabajo.
Para quien no lo conozca y leyendo este blog busque referencias para animarse a visitarlo, ahí van unas cuantas.
La situación es fantástica, en el casco antiguo de Pamplona y con varios aparcamientos subterráneos a menos de tres minutos y medio.
El local cómodo y acogedor. La decoración atractiva, sin excesos. El servicio eficiente y amable. La comida excelente, sin mariconadas. Y la bodega bien seleccionada y accesible, todo un ejemplo.
No corráis a buscar el teléfono, yo os lo doy, 948.22.59.30. Llamad para reservar pues, afortunadamente para ellos, casi siempre esta completo. Luís, mi pareja de baile, lo hizo y le agradezco haber comido allí tras tres intentos frustrados.
Nos presentaron varios vinos con opciones de pasar a formar parte de la carta, aunque creo que no superaron el mínimo de sensaciones exigido.
Para refrescar esos desatinos de la enología acompañamos los primeros platos con un buen vino joven riojano de Bargota, Navarra. Biurko Gorri Arbanta 2006. Tinto ecológico algo perezoso en nariz pero con un paladar correctísimo y varietal. Con el me sirvieron un salmón natural marinado y un apetitoso arroz con faisán.
Todavía quedó algo para la sepia “Costa Brava”. Plato de cuchara, sabroso y muy bien elaborado.
Luego tuvimos que examinar a un vino navarro de la Bodega García Burgos. El Sh 2006. Sin palabras. Mudo, absorto.
Con una brocheta de carne de cerdo con salsa de curry le desbordaba en potencia. Aromático con unos tostados deliciosos y un paso amable, aunque reconozco que su evolución en botella nos sorprenderá muchísimo más.
Para terminar un reconfortante sorbete de cuajada con sus matices ahumados o quemados incluidos.
El Sh y yo seguimos charlando de un par de temas de vital importancia hasta el final de la sobremesa.
Que mas puedo decir, pues eso, que La guarda de Navarra recomienda recomer o recenar en el restaurante Anttonenea. Y rebeber, también.
¡El momentico del mes, sin duda!
Por cierto, hoy he comido en Lacala, la arrocería del polígono de Mutilva Baja.
2 comentarios:
La Guarda,
He intentado comer 2-3 veces en este restaurante y todavía no lo he conseguido. Seguiré intentándolo.
¿Puedes dar algún dato más de "Lacala"? No lo conozco.
Un saludo.
Es un restaurante arroceria en la calle E del polig.ind. de Mutilva Baja.
Creo que abre todos los días a comer y solo desde el viernes para cenar¿?
Gracias al mal y lento servicio de mesas, a la gran cantidad de mesas ocupadas (casi todas) y al tener una reunión a las 17h no pude disfrutar como hubiera debido. Pero seguro que en otra ocasión con mas tiempo puedo dedicarle un post.
Un saludo.
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