Querido O´Baba, creo que esta vez he llegado a tiempo con la tarea. Espero que no seas muy exigente y valores en justa medida mi esfuerzo.
La música de fondo que anima la escritura de estas líneas es de Chet Baker.
Para empezar, y como es un blog de vinos, vayamos al disco y al libro.
Ambos me parecen una excepcional manera de conocer a las personas, incluso mejor que el aspecto exterior, procedencia, hechos o palabras.
Bien, me presento al resto del mundo.
Como os podéis imaginar, yo no compro discos, si libros, de momento. Conozco muchas formas de escuchar música sin pagar impuestos revolucionarios que sirven a unos pocos para vivir opuestamente a sus ideales. La buena música se escucha en directo, o en la radio, y ahora on line. Tranquilos que no delinco, simplemente hablo de esas fabulosas emisoras a la carta. No compro CDs para grabar pues me jode pagar ese canon que alguien demostrará ilegal, algún día, quizás…
Llevo varios días venerando a Charlie Parker y a Dizzi Gillespie. Reconozco que no los conocía demasiado bien. Son de la añada, mejor década, de los 40, pero como los grandes vinos duran toda la vida. El tiempo que permanecen en el corazón y en el recuerdo de cada cual. Jazz para recomendar. Bebop exactamente.
Libros por ahora compro, solo hasta que encuentre Webs con la misma sensación, la autonomía y el placer del tacto que hoy por hoy son imposibles. Eso y hasta que bajen los precios de los cartuchos de tinta…
Recuerdo, y animo a su lectura, la biografía de Ayaan Irsi Ali, “Mi vida, mi libertad”
Desgarrador, conciso y esclarecedor. Sin mas comentarios pues amo la vida.
Primera prueba superada. Vayamos al vino.
Difícil tesitura y complicada elección, suponiendo la posible coincidencia con varios de los participantes. Chardonnay, Verdejo, Sauvignon Blanc, Godello, Albariño… ¿He dicho Albariño? Si. Esa será mi opción.
Decido apostar para este experimento por dos vinos de Bodegas Nanclares, D.O. Rías Baixas. Los elabora Alberto Nanclares Ocio en Cambados, Pontevedra, España.
Ambos son 100% Albariño pero precisamente difieren, tal y como planteaba O´Baba, en tener o no tener madera. He ahí la cuestión.
Alberto Nanclares. Albariño 2006.
A la vista se presenta como un amarillo pálido con algún reflejo verdoso y acerado.
La nariz, sin ser precisamente muy aromática, nos deja matices para el recuerdo. Frescura de la tierra gallega. Anisados y fruta blanca, manzana, melocoton o albaricoque. Algo mineral, notas saladas y perfumadas, talco, sobre un fondo tenue de lías. Franco.
En boca reincide en la fruta y una frescura que llena la boca. Amplio, de cuerpo medio con un ligero amargor. Largura media. Grácil y amable.
Soverribas de Nanclares. Cosecha 2004.
Albariño fermentado en barrica. Exactamente en tino de 2000 litros de roble francés.
La madera se nota a simple vista y a simple nariz.
En vista se muestra atractivo. Con un olor amarillo paja con reflejos dorados. Curioso.
La nariz, no muy aromática, de nuevo, nos recibe con unos tostados muy graciosos pero que restan potencia varietal. Vuelvo a encontrar anisados, hinojo, fruta madura no tan fresca, recuerdos de pastelería a modo de crema tostada y mantequilla. Diferente.
En boca es mas graso, con más cuerpo. Cremoso, aterciopelado. Sabroso y maduro. Con menos chispa pero más serio.
Si nuestro anfitrión pretendía comparar, doy fe de que lo ha conseguido.
Los dos vinos son muy distintos en matices y en cuerpo. Pienso que en este caso se desvirtúa la originalidad del albariño. Hay pérdida de frescura con la aportación de la madera y ganancia de cuerpo y estructura.
Mientras el primero presenta cierta ligereza y gran franqueza, el segundo muestra más volumen y más grasa.
Para resumir pienso que la madera en el albariño enmascara los interesantes matices varietales. Apoyo por tanto a quienes prefieren solo las lías y el inox, ¡me subo al carro de Gerardo Méndez!
Pero entiendo a quienes experimentan con ella pues esto del vino es cosa de gustos y todos cabemos sin tener que postularnos radicalmente a favor en contra.
Hay gente que disfruta con bocadillos de chorizo con nocilla.
¿Y quien se lo discute?
La música de fondo que anima la escritura de estas líneas es de Chet Baker.
Para empezar, y como es un blog de vinos, vayamos al disco y al libro.
Ambos me parecen una excepcional manera de conocer a las personas, incluso mejor que el aspecto exterior, procedencia, hechos o palabras.
Bien, me presento al resto del mundo.
Como os podéis imaginar, yo no compro discos, si libros, de momento. Conozco muchas formas de escuchar música sin pagar impuestos revolucionarios que sirven a unos pocos para vivir opuestamente a sus ideales. La buena música se escucha en directo, o en la radio, y ahora on line. Tranquilos que no delinco, simplemente hablo de esas fabulosas emisoras a la carta. No compro CDs para grabar pues me jode pagar ese canon que alguien demostrará ilegal, algún día, quizás…
Llevo varios días venerando a Charlie Parker y a Dizzi Gillespie. Reconozco que no los conocía demasiado bien. Son de la añada, mejor década, de los 40, pero como los grandes vinos duran toda la vida. El tiempo que permanecen en el corazón y en el recuerdo de cada cual. Jazz para recomendar. Bebop exactamente.
Libros por ahora compro, solo hasta que encuentre Webs con la misma sensación, la autonomía y el placer del tacto que hoy por hoy son imposibles. Eso y hasta que bajen los precios de los cartuchos de tinta…
Recuerdo, y animo a su lectura, la biografía de Ayaan Irsi Ali, “Mi vida, mi libertad”
Desgarrador, conciso y esclarecedor. Sin mas comentarios pues amo la vida.
Primera prueba superada. Vayamos al vino.
Difícil tesitura y complicada elección, suponiendo la posible coincidencia con varios de los participantes. Chardonnay, Verdejo, Sauvignon Blanc, Godello, Albariño… ¿He dicho Albariño? Si. Esa será mi opción.
Decido apostar para este experimento por dos vinos de Bodegas Nanclares, D.O. Rías Baixas. Los elabora Alberto Nanclares Ocio en Cambados, Pontevedra, España.
Ambos son 100% Albariño pero precisamente difieren, tal y como planteaba O´Baba, en tener o no tener madera. He ahí la cuestión.
Alberto Nanclares. Albariño 2006.
A la vista se presenta como un amarillo pálido con algún reflejo verdoso y acerado.
La nariz, sin ser precisamente muy aromática, nos deja matices para el recuerdo. Frescura de la tierra gallega. Anisados y fruta blanca, manzana, melocoton o albaricoque. Algo mineral, notas saladas y perfumadas, talco, sobre un fondo tenue de lías. Franco.
En boca reincide en la fruta y una frescura que llena la boca. Amplio, de cuerpo medio con un ligero amargor. Largura media. Grácil y amable.
Soverribas de Nanclares. Cosecha 2004.
Albariño fermentado en barrica. Exactamente en tino de 2000 litros de roble francés.
La madera se nota a simple vista y a simple nariz.
En vista se muestra atractivo. Con un olor amarillo paja con reflejos dorados. Curioso.
La nariz, no muy aromática, de nuevo, nos recibe con unos tostados muy graciosos pero que restan potencia varietal. Vuelvo a encontrar anisados, hinojo, fruta madura no tan fresca, recuerdos de pastelería a modo de crema tostada y mantequilla. Diferente.
En boca es mas graso, con más cuerpo. Cremoso, aterciopelado. Sabroso y maduro. Con menos chispa pero más serio.
Si nuestro anfitrión pretendía comparar, doy fe de que lo ha conseguido.
Los dos vinos son muy distintos en matices y en cuerpo. Pienso que en este caso se desvirtúa la originalidad del albariño. Hay pérdida de frescura con la aportación de la madera y ganancia de cuerpo y estructura.
Mientras el primero presenta cierta ligereza y gran franqueza, el segundo muestra más volumen y más grasa.
Para resumir pienso que la madera en el albariño enmascara los interesantes matices varietales. Apoyo por tanto a quienes prefieren solo las lías y el inox, ¡me subo al carro de Gerardo Méndez!
Pero entiendo a quienes experimentan con ella pues esto del vino es cosa de gustos y todos cabemos sin tener que postularnos radicalmente a favor en contra.
Hay gente que disfruta con bocadillos de chorizo con nocilla.
¿Y quien se lo discute?
7 comentarios:
Hola Guarda, leyendo tu post me parece leer el tuyo, jaja creo que hemos llegado a la misma conclusión y eso me alegra y mucho.
Echale un vistazo al mio y hablamos.
Por cierto,entiendo que has visto la pelicula The Bird de mi idolatrado Clint Eastwood??
Saludos
Carlos
perdon, queria decir "leyendo tu post me parece leer el mio"
Creo que no he visto esa pelicula. ¿A que refieres? tal vez tenga alma de guionista.
Un saludo.
Guarda, The Bird versa sobre la vida de Charlie Parker, es un homenaje de Clint Eastwood al músico y es diria yo, una "pelicula biográfica" tanto en lo musical como en lo personal de este gran músico.
Saludos
Guarda,
Es un placer descubrir que el buen gusto musical va de la mano del buen gusto en el vino. Vaya par de artistazos que te has marcado. Me encantan.
Por cierto, hemos coincidido en elegir un albariño criado en tonel de más de 2.000 litros ...
Un saludo.
Por cierto, Guarda, leo por ahí que te viene un camión lleno de Cepas Vellas de camino ;-)
¡¡¡Guarda-me alguna botella de ese vino!!!
Veré lo que puedo hacer, si no te remitiré a tu vinoteca.
Saludicos.
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