sábado, abril 05, 2008

Seis o siete borgoñas, ¡Que más da!



Todavía sigo sin caber en mí. Todavía recuerdo al 3, al 5 y al 7. No he estado en el bingo. No hago solitarios como Zp.
Sigo feliz y espero que las sensaciones de esos vinos permanezcan para siempre.
El pasado jueves, como apunté en el anterior post, Cella Vinarium organizó una cata de las llamadas inolvidables.
Joan Valencia volvió a demostrar su particular, y bien documentada, visión de la Borgoña. Soy novel y ávido de conocimientos, pero no conozco a nadie mejor que él para que me muestre el camino a la Borgoña y reavive el amor que estoy profesando hacía sus vinos.
En un principio pensamos en seis blancos borgoñones y al final el azar hizo que conociéramos siete ejemplos que dibujaron con exactitud parte del extenso paisaje enológico de esa región francesa.
Doce elegidos, mas Joan, fuimos los afortunados en disfrutar de los vinos que cito a continuación. Doce mas uno. Doce apóstoles que, obedeciendo al maestro con absoluta devoción, divulgaremos por donde vayamos las excelencias de la Borgoña.
Huelga decir que todos los vinos se elaboran con Chardonnay.
El primero en desperezarnos y activar las papilas fue un Roulot Bourgogne Blanc 2006. Un genérico de marcado carácter Mersault que nos sorprendió con una excelente frescura en boca, una mineralidad exquisita y una largura notable. Se crió en barrica nueva en un sesenta por ciento y en vieja en un cuarenta por ciento. La cremosidad fue la nota que nos avisaba que la tarde noche prometía. Absolutamente franco y divertido, ningún aroma enturbió la pureza del vino.
Después un Hubert Lamy Saint Aubin 1º Cru Clos de la Chatenière 2006. En el descorche descubrimos que el tapón presentaba porosidad pero no afectaba al vino. Se notaba el defecto levemente aunque en copa el vino evolucionó muy bien. Tal vez en boca se percibía algo más, aún así apuré la copa, la exprimí.
Especiado, aromático, cítrico y con un buen recorrido. Demuestra mas grasa que el anterior pero es menos mantequilloso. Interesante experiencia y desenlace.
Ballot-Millot Meursault Genevrières 1º Cru 2006. Sin palabras. Para mí uno de los grandes de la reunión. Autentico Mersault. Menos especiado, de nariz preciosa, floral. Acidez perfectamente integrada que invita al segundo y al enésimo trago.
Amplio, fresquísimo, persistente hasta el infinito, sabroso, delicioso, elegante y equilibrado, por decir algo. La evolución en copa magnifica.
Para compensar el pseudo defecto del segundo descorchamos un 2003 de Henri Boillot. Un Puligny-Montrachet Les Perrieres. La añada no fue buena en la Borgoña pero sirvió para comprobar como envejece un gran vino y como varían sus notas cromáticas. Maduro en boca demostró gran cremosidad. Se marcaban los tostados y aparecían notas de mantequilla, orejones y almendras. Didáctico.
Château de Puligny-Montrachet 1º Cru "Les Folatières" 2005.
Otro de mis favoritos. Perenne y cautivador. Muy floral que refleja el terruño del pueblo de procedencia. En boca se engrandece. Nariz peculiar donde despuntaba la flor de la camomila, bien apuntado por Luismi. Boca fresca, floral, muy mineral, de acidez cítrica y de largura sobresaliente. Me produjo unas sensaciones increíbles y extraordinarias tanto en nariz como en boca. Indefinibles por ser la primera vez que las sentía pero francas y sinceras. Hasta el ligero amargor final resulta fino y elegante. Un vino para invertir y para recomendar si duda alguna.
Blain Gagnard Chassagne Montrachet PC Morgeot 2006. Típico aroma inicial a queso que pronto se integró en el conjunto. Tiene más peso, es más glicérico. Hay potencia y carácter Morgeot, según dice Joan, y eso se traduce en contundencia. Con todo, es tremendamente equilibrado. Recuerdos a pedernal, a piedra, no minerales. Notas de mantequilla. Tiene una largura para enmarcar. Ya esta en la saca pero a este vino le quedaban muchos años de vida. Ya lo sabéis.
Y para terminar, Blain Gagnard Le Montrachet 2004. Nunca me olvidaré de él. Descorchado prematuramente nos obsequió con una potencia elegante en nariz. Corpulento en boca, mineral, aromático. Con una frescura que le auguraba una vida larga y sana. Cítrico, cremoso y persistente hasta el día de hoy, y hasta mañana. Complejo y serio.
La Guarda de Navarra sigue entusiasmada y recomienda beber borgoñas y viajar a la Borgoña, siendo esta la única manera de descubrir y entender todo lo maravilloso que pueden llegar a ser los vinos.
¡En cuanto pueda me voy y me quedo!

4 comentarios:

Carlos Rodriguez dijo...

Amigo Guarda, magnifica reunion y buena excusa para analizar el potencial de la chardonnay, que es mucho.
Saludos
Carlos

La Guarda de Navarra dijo...

Y para aprender, que la Borgoña tiene mucha miga. Demasiada para principiantes como yo.
Bien merece varias visitas y situarme en tan extensa y reconocida zona.
Saludos.

Sobre Vino dijo...

Me alegro de que disfrutaras. A ver si en la próxima podemos coincidir...

Saludos,

Sobre Vino
www.sobrevino.com

La Guarda de Navarra dijo...

Eso espero también yo.
Saludos.