Llego a casa después de un largo día de trabajo y con el Getafe jugándose la clasificación para las semis de la UEFA ¡No ha podido ser! Pero se han dejado la piel en el campo y han paseado con orgullo el nombre del club por Europa. No como otros.
En el rellano dejo un delicioso rastro de jamón ibérico, me han dicho que de Huelva. La ignorancia también cuesta dinero. Pero me tengo que fiar, además un día es un día y celebramos IEC#9, Iberoamérica en Cata Novena Edición. La décima me corresponde organizarla a mí y yo también desearía que los demás se lo tomaran con ilusión.
El tema de hoy: Armonía entre vino y comida.
El jamón llega atemperado y lo coloco sobre un plato. Su bonito color, su textura, sus aromas y la grasa seguro que le hacen ser el complemento ideal de mi vino elegido: Champagne Drappier Grande Sendrée 2002 Brut Rosé.
Esta casa de la Champaña se encuentra en Urville en plena Cote des Bar desde 1808 y gestiona un viñedo de 40 hectáreas.
La denominación Grande Sendrée proviene de una parcela aplantada hace más de 70 años.
En la elaboración se utilizan Chardonnay en un 55% y Pinot Noir en un 45%. Según dicen en su Web la primera aporta elegancia y finura y la segunda potencia y persistencia.
Solamente las grandes añadas son aptas para conseguir este excelente rosado.
Para mi gusto, parece que he acertado en la unión. Toda la frescura y la sabrosidad del champán se fusionan, sin dominar, con la suculencia, la grasa y todo el sabor del jamón.
Hasta el color de ambos tiene ciertos matices de concordancia.
Este 2002 se muestra atractivo a la vista, con un color salmón brillante.
En nariz destaco su franqueza y su limpieza de aromas. La fruta destaca sobre un fondo de humo muy sugerente. Frutos rojos y cítricos. Hay bollería y algo de mantequilla. La frescura invita a beberlo compulsivamente.
En boca demuestra lo que se intuía. Equilibrado, dulce, con cuerpo y con un sabor intenso. Muy fresco y agradable. Largura increíble, con recuerdos de fruta sana.
El jamón anima que el trago sea largo, reparador, y el vino arrastra la grasa de la boca amplificando los sabores de uno y de otro.
¡Feliz, y acertada, elección!
La Guarda de Navarra recomienda esta experiencia y la traslada a cualquier tipo de champan y/o cava.
Olvidemos y desterremos el uso de lo espumosos durante el postre y alentemos su consumo como aperitivos y perfectos acompañantes durante toda la comida.
¡Que así sea!
En el rellano dejo un delicioso rastro de jamón ibérico, me han dicho que de Huelva. La ignorancia también cuesta dinero. Pero me tengo que fiar, además un día es un día y celebramos IEC#9, Iberoamérica en Cata Novena Edición. La décima me corresponde organizarla a mí y yo también desearía que los demás se lo tomaran con ilusión.
El tema de hoy: Armonía entre vino y comida.
El jamón llega atemperado y lo coloco sobre un plato. Su bonito color, su textura, sus aromas y la grasa seguro que le hacen ser el complemento ideal de mi vino elegido: Champagne Drappier Grande Sendrée 2002 Brut Rosé.
Esta casa de la Champaña se encuentra en Urville en plena Cote des Bar desde 1808 y gestiona un viñedo de 40 hectáreas.
La denominación Grande Sendrée proviene de una parcela aplantada hace más de 70 años.
En la elaboración se utilizan Chardonnay en un 55% y Pinot Noir en un 45%. Según dicen en su Web la primera aporta elegancia y finura y la segunda potencia y persistencia.
Solamente las grandes añadas son aptas para conseguir este excelente rosado.
Para mi gusto, parece que he acertado en la unión. Toda la frescura y la sabrosidad del champán se fusionan, sin dominar, con la suculencia, la grasa y todo el sabor del jamón.
Hasta el color de ambos tiene ciertos matices de concordancia.
Este 2002 se muestra atractivo a la vista, con un color salmón brillante.
En nariz destaco su franqueza y su limpieza de aromas. La fruta destaca sobre un fondo de humo muy sugerente. Frutos rojos y cítricos. Hay bollería y algo de mantequilla. La frescura invita a beberlo compulsivamente.
En boca demuestra lo que se intuía. Equilibrado, dulce, con cuerpo y con un sabor intenso. Muy fresco y agradable. Largura increíble, con recuerdos de fruta sana.
El jamón anima que el trago sea largo, reparador, y el vino arrastra la grasa de la boca amplificando los sabores de uno y de otro.
¡Feliz, y acertada, elección!
La Guarda de Navarra recomienda esta experiencia y la traslada a cualquier tipo de champan y/o cava.
Olvidemos y desterremos el uso de lo espumosos durante el postre y alentemos su consumo como aperitivos y perfectos acompañantes durante toda la comida.
¡Que así sea!
6 comentarios:
Alucinante, buenísima combinación, amigo mío. Confieso además que el Drappier Grande Sendrée rosado es uno de mis champagnes favoritos. Puede que su juventud (2002!!! infanticidio!!!) haya ayudado más a acompañar la buena grasa de un jamón de la sierra de Huelva.
Saludos!
Joan
PS. Yo también me he ido a Andalucía, pero a Chiclana!
Todavía me queda otra botella. Si soy capaz de aguantarla unos años disfrutaré de alguna penitencia.
Saludos.
Excelente. Champagne y jamón es también una de mis combinaciones favoritas. Y Drappier es una fantástica casa. ¿Dónde compraste este vino, si se puede saber?
Saludos,
Sobre Vino
www.sobrevino.com
Si que es una buena combinación. Lo que se pierden los franceses por no tener nuestros jamones. Lo compré en Cella Vinarium despues de una cata presentación que tuvimos antes de Navidad.
Saludos, Sobre vino.
Con jamón de la Sierra de Huelva, con un buen jamón de Jabugo el maridaje siempre es mucho más fácil, buen jamón y buen vino es ya de por si no solo un excelente maridaje sino que una dieta equilibradísima así que me apuntare a tu experiencia y probaremos Champagne Drappier Grande Sendrée 2002 Brut Rosé con algunos de los excelente jamones de la sierra de Huelva o sino una pluma, secreto, solomillo......... es que me pierdo, me pierdo.
Son muchos años unido a esa tierra y a sus costumbres.
Un saludo
Tienes razón Adictos, he tirado a lo seguro. Hoy me acaban de contar una curiosa armonía con langosta que por que viene con garantias que si no.
Saludos.
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