Para la llegada del solsticio de invierno me guardaba un vino curioso donde los haya. Vino biodinámico, que como dice su autor se hace él solo.
Ya sabéis mi teoría de que cada vino refleja el carácter y la personalidad de su creador, siempre y cuando este no adolezca de ellos.
Estaba hace unos días en la vinoteca que Chamaco mima en Olite, Algarra, donde solo se vende vino navarro, y cayó por allí un amigo del propietario.
Jesús María, Jesús para los amigos, despertó mi interés rápidamente y empezamos a charlar, yo tomando notas, de sus vinos, de cómo los hace o mejor dicho como deja que se hagan, y cuales son los parámetros que controla. Fechas del santoral para embotellados, para trasiegos, si la luna tal, si la luna cual, el suelo, nada de tratamientos, respeto absoluto a la naturaleza, patatín, patatán…
Al cabo de un rato de cháchara me mostró en una de las estanterías de la tienda uno de los vinos de su alma. Lógicamente me falto tiempo para desenfundar 8,50€ y hacerme con una botella.
Gregorio Jiménez Tinto cosecha 2003.
Adscrito a la D.O.Navarra, monovarietal de Merlot y embotellado por Riberas del Alhama Bodegas y Viñedos S.L. en Fitero, Navarra, España.
La botella de 75cl. contiene sulfitos y un volumen de alcohol de 13.5%.
En la etiqueta se especifica que las uvas son de viñedos de la propiedad procedentes de Viticultura Simbiótica.
Se embotelló el 22 de julio de 2005 después de permanecer en barrica durante entre 9 y 10 meses y la producción no alcanzo las siete mil unidades.
Lo descorché una hora antes de la comida del día 20 de diciembre de 2007 y las primeras impresiones de la cata no fueron positivas.
A la vista, y teniendo en cuenta que no filtra ni hace nada que perturbe la paz de los vinos en bodega, se muestra con un color cereza intenso con ribete granate. Capa alta y lágrima corta y densa.
En nariz tiene intensidad pero un ahumado nada atractivo, como el olor que queda en la ropa después de una fogata, enturbia el resto de matices. Instantes después los aromas a fruta roja y negra, el frescor, los anisados y regalices y un fondo floral y balsámico hacen acto de presencia.
En boca, una elevada acidez machaca la bondad y la amabilidad deseada.
Ocho horas mas tarde parece un vino diferente y treinta horas después parece que lo han cambiado.
Tal vez la influencia del invierno y la altura del sol hayan influido en su carácter, porque lo experimentado hoy no tiene nada que ver.
Su aspecto visual sigue igual, pero en nariz me atrevo a definirlo de riquísimo. Perfumado, floral, hierbas aromáticas de monte bajo, tostados dulces, torrefactos, chocolate, tabaco, cerezas en licor (supongo que fruto de una imparable oxidación) y todo ello sobre un fondo mineral.
Cabe destacar que la totalidad de la cata la hago a copa parada pues un leve giro del líquido produce la proliferación de aromas de reducción. Interesante.
La boca sigue disfrutando de una acidez elevada pero soportable lo que garantiza una pervivencia larga y segura. Es amplio, sabroso, sápido, fresco y dulce. Con un cuerpo medio alto resulta carnoso y de paso sedoso. No es muy largo pero esta bien estructurado.
La Guarda de Navarra comparte con sus amigos, y con los enemigos que también me leen, este vino tan especial. Estoy deseando visitar las instalaciones y conocer a los hermanos y primos de este 2003.
¡De tal palo, tal astilla!
Ya sabéis mi teoría de que cada vino refleja el carácter y la personalidad de su creador, siempre y cuando este no adolezca de ellos.
Estaba hace unos días en la vinoteca que Chamaco mima en Olite, Algarra, donde solo se vende vino navarro, y cayó por allí un amigo del propietario.
Jesús María, Jesús para los amigos, despertó mi interés rápidamente y empezamos a charlar, yo tomando notas, de sus vinos, de cómo los hace o mejor dicho como deja que se hagan, y cuales son los parámetros que controla. Fechas del santoral para embotellados, para trasiegos, si la luna tal, si la luna cual, el suelo, nada de tratamientos, respeto absoluto a la naturaleza, patatín, patatán…
Al cabo de un rato de cháchara me mostró en una de las estanterías de la tienda uno de los vinos de su alma. Lógicamente me falto tiempo para desenfundar 8,50€ y hacerme con una botella.
Gregorio Jiménez Tinto cosecha 2003.
Adscrito a la D.O.Navarra, monovarietal de Merlot y embotellado por Riberas del Alhama Bodegas y Viñedos S.L. en Fitero, Navarra, España.
La botella de 75cl. contiene sulfitos y un volumen de alcohol de 13.5%.
En la etiqueta se especifica que las uvas son de viñedos de la propiedad procedentes de Viticultura Simbiótica.
Se embotelló el 22 de julio de 2005 después de permanecer en barrica durante entre 9 y 10 meses y la producción no alcanzo las siete mil unidades.
Lo descorché una hora antes de la comida del día 20 de diciembre de 2007 y las primeras impresiones de la cata no fueron positivas.
A la vista, y teniendo en cuenta que no filtra ni hace nada que perturbe la paz de los vinos en bodega, se muestra con un color cereza intenso con ribete granate. Capa alta y lágrima corta y densa.
En nariz tiene intensidad pero un ahumado nada atractivo, como el olor que queda en la ropa después de una fogata, enturbia el resto de matices. Instantes después los aromas a fruta roja y negra, el frescor, los anisados y regalices y un fondo floral y balsámico hacen acto de presencia.
En boca, una elevada acidez machaca la bondad y la amabilidad deseada.
Ocho horas mas tarde parece un vino diferente y treinta horas después parece que lo han cambiado.
Tal vez la influencia del invierno y la altura del sol hayan influido en su carácter, porque lo experimentado hoy no tiene nada que ver.
Su aspecto visual sigue igual, pero en nariz me atrevo a definirlo de riquísimo. Perfumado, floral, hierbas aromáticas de monte bajo, tostados dulces, torrefactos, chocolate, tabaco, cerezas en licor (supongo que fruto de una imparable oxidación) y todo ello sobre un fondo mineral.
Cabe destacar que la totalidad de la cata la hago a copa parada pues un leve giro del líquido produce la proliferación de aromas de reducción. Interesante.
La boca sigue disfrutando de una acidez elevada pero soportable lo que garantiza una pervivencia larga y segura. Es amplio, sabroso, sápido, fresco y dulce. Con un cuerpo medio alto resulta carnoso y de paso sedoso. No es muy largo pero esta bien estructurado.
La Guarda de Navarra comparte con sus amigos, y con los enemigos que también me leen, este vino tan especial. Estoy deseando visitar las instalaciones y conocer a los hermanos y primos de este 2003.
¡De tal palo, tal astilla!
10 comentarios:
Guarda,
¿De verdad es un vino de agricultura biodinámica? No conocía ninguno en Navarra ¿Sabes si tiene web el productor?
Saludos,
Sobre Vino
www.sobrevino.com
Es una bodega modesta, solamente conozco al propietario aunque tengo ganas de visistarle y me cuente mas cosas.
Saludos.
Jesús es un personaje muy, muy interesante. Lo conocí hace un par de años por mediación de Fermín, un tío de David Yarnoz y nos hemos visto unas cuantas veces para tratar del mundo del vino y de sus vinos. Este Merlot lo he probado varias veces y siempre me ha gustado, un vino honesto, limpio, brilla la elegancia sobre la concentración.
Por cierto, en Navarra, Aroa y Lezaun aplican muchos de los preceptos de la agricultura biodinámica. Es una gozada salir con Kepa de Aroa y visitar las viñas, se ve y se siente vida en ellas.
Saludos.
LuisMi
¡Hor¡
En mi comentario anterior mi alias parece un nombre de robot, !no se a que tecla le habré arreado¡
Saludos
Luismi
LuisMi,
Recuerdo que me comentaste sobre el césped en las viñas de Aroa.
Al final va a haber que hacer una excursión por el valle de Yerri (Aroa, Lezaun, Tandem, ...)
Feliz Navidad
Sobre Vino
www.sobrevino.com
Es cierto Luismix, es todo un personaje y queda bien reflejado en el vino.
Sobre los vino biodinamicos habrá que estar pendientes aunque seguro que no son la panacea. Como todo en su justa medida.
Saludos a ambos.
Yo no es que tenga una preferencia apriorística por una agricultura biodinámica. Aunque algunos de sus principios los comparto al 100% (de partida, el objetivo de atacar las causas, y no los síntomas como habitualmente se hace en la agricultura química), hay otros métodos que reconozco que rayan para mí en el límite de lo esotérico. Pero una agricultura biodinámica sí me dice algo acerca del respeto por la tierra. Y se da la circunstancia de que muchos productores que admiro llevan la etiqueta demeter en sus vinos (Guy Bossard o Nikolaihof, por ejemplo).
Saludos.
Sobre Vino
www.sobrevino.com
Ok si os parece Guarda y SV, voy a hablar con Kepa para ver cuando podemos hacerle una visita y conocer sus viñas. Lo haré atmbién con Alicia de Tandem para visitarles también a ellos.
Feliz Navidad.
LuisMi
LuisMi,
Me apunto. Con Tandem la tenía pendiente, así que será bueno aprovechar.
Un abrazo.
Pues yo también me apunto si el tiempo lo permite.
Gracias a los dos.
Saludos.
Publicar un comentario