Después de casi un año, al fin, puedo dedicar un post a una de las maravillas de Laguardia.
Traspasar la puerta de la Casa Primicia suspuso un acercamiento sincero al origen de mi pueblo, rozar los breves recuerdos que cada uno tenemos de nuestro nacimiento o envolverme en las sensaciones mas calidas y emocionantes de la historia, de nuestra historia.
Desde el primer momento se siente una agradable sumisión a su arquitectura.
Un fuerte impacto visual causado por la altura del techo del espacio principal, imposible de imaginar desde la calle, supone la entrada a una nueva dimensión.
Uno se empequeñece ante el flujo de acontecimientos y sucesos que tuvieron que producirse entre las paredes que hoy custodian el tiempo.
Pasado, presente y futuro coexisten sin posible riesgo de fricción.
Restos de una calzada, excavaciones arqueológicas, calados de belleza silenciosa, vistas de un atardecer eterno, respetuosa aventura empresarial por y para el vino.
En minutos, quien decide rebasar la frontera de lo cotidiano queda envuelto por una atmósfera de atracción casi espiritual.
Se buscó, en Casa Primicia, trigo que delatara el cobro de diezmos, la décima parte de la cosecha, y primicias, los primeros frutos, pero no se encontró.
La investigación concluía con la certeza, segura, que la uva y el vino tienen importancia en Laguardia, y en la comarca de la Rioja Alavesa, desde mucho antes de lo que se pensaba.
La casa se construyó, dicen, por el siglo XI a modo de un palacete de dos plantas, y en el siglo XV es cuando Casa Primicia da honor a su nombre.
En los magníficos y bien cuidados calados, que ocupan el subsuelo del edificio y son anteriores a la primera construcción, duermen y se crían los vinos de Bodegas Casa Primicia. Sus muros esconden, también, una historia real y otra virtual.
En el ala oeste, moderna, una sala para reuniones y alguna habitación esperan a todo aquel cofrade de la bodega que apueste por el vino de esta casa y quiera disfrutar con emoción de una estancia inolvidable y esclarecedora.
La Guarda de Navarra, nombre de este blog y nombre original de Laguardia cuando Sancho Abarca la fundara allí por el año 908, recomienda la visita a este lugar de peregrinación, para aquellos que amamos el vino, y, por que no, la reserva de una de sus 201 barricas que serán la llave para poder utilizar con exclusividad sus instalaciones.
Vino, historia, sensaciones,… ¡Para perderse y dedicarse a la vida contemplativa!
Traspasar la puerta de la Casa Primicia suspuso un acercamiento sincero al origen de mi pueblo, rozar los breves recuerdos que cada uno tenemos de nuestro nacimiento o envolverme en las sensaciones mas calidas y emocionantes de la historia, de nuestra historia.
Desde el primer momento se siente una agradable sumisión a su arquitectura.
Un fuerte impacto visual causado por la altura del techo del espacio principal, imposible de imaginar desde la calle, supone la entrada a una nueva dimensión.
Uno se empequeñece ante el flujo de acontecimientos y sucesos que tuvieron que producirse entre las paredes que hoy custodian el tiempo.
Pasado, presente y futuro coexisten sin posible riesgo de fricción.
Restos de una calzada, excavaciones arqueológicas, calados de belleza silenciosa, vistas de un atardecer eterno, respetuosa aventura empresarial por y para el vino.
En minutos, quien decide rebasar la frontera de lo cotidiano queda envuelto por una atmósfera de atracción casi espiritual.
Se buscó, en Casa Primicia, trigo que delatara el cobro de diezmos, la décima parte de la cosecha, y primicias, los primeros frutos, pero no se encontró.
La investigación concluía con la certeza, segura, que la uva y el vino tienen importancia en Laguardia, y en la comarca de la Rioja Alavesa, desde mucho antes de lo que se pensaba.
La casa se construyó, dicen, por el siglo XI a modo de un palacete de dos plantas, y en el siglo XV es cuando Casa Primicia da honor a su nombre.
En los magníficos y bien cuidados calados, que ocupan el subsuelo del edificio y son anteriores a la primera construcción, duermen y se crían los vinos de Bodegas Casa Primicia. Sus muros esconden, también, una historia real y otra virtual.
En el ala oeste, moderna, una sala para reuniones y alguna habitación esperan a todo aquel cofrade de la bodega que apueste por el vino de esta casa y quiera disfrutar con emoción de una estancia inolvidable y esclarecedora.
La Guarda de Navarra, nombre de este blog y nombre original de Laguardia cuando Sancho Abarca la fundara allí por el año 908, recomienda la visita a este lugar de peregrinación, para aquellos que amamos el vino, y, por que no, la reserva de una de sus 201 barricas que serán la llave para poder utilizar con exclusividad sus instalaciones.
Vino, historia, sensaciones,… ¡Para perderse y dedicarse a la vida contemplativa!
11 comentarios:
Jo... que envidia que me da estar al otro lado del charco!
La misma que me das tu a mí al estar al otro lado.
Saludos Viñedo Bosco.
Pues nada, eso tiene solución, intercambio de casa por un par de semanas y resueltos! =D
¡No de ideas, sobre todo a desconocidos!
No sabes como está el mundo.
Mi vecino del primero fue al quinto a por un poco de sal, y ya lleva viviendo¡dos años!:-)))
Saludos.
o.O jo...quien da la sal en el quinto?
Buena pregunta.
Quien da la sal no debe de ser nada de sosa.
Se le ve con salero;-)
Saludos.
De casualidad no tienes una vecina en el tercero a la que le puedas pedir vino? =D
Por fin he catado los de Anitz. Mi impresión ha sido muy buena, Como digo yo son vinos muy francos, sin perifollos, con una buena extructura, pero sin agredir. Volveré a comprar para tener en mi bodega.
Es un vino para gente que sepa de vino, dificil de enteder o gustar a personas no acostumbradas.
Muy bien, Tierra. Has dado en el clavo. La mayoría de los consumidores busca vinos fáciles y las bodegas eso les dan. Por eso se pierde mucho de la riqueza y de la diversidad que otros tanto anhelamos.
Saludos.
Muy chulas las fotos, y el post ;-). A ver si me paso algún día, que al final, siempre subo al pueblo con prisas, y cacharro por aquí cacharro por allá, y que me vuelvo para Logroño sin ver nada ainsss...
Un saludo,
J.R. León
Bienvenido Montxi.
Deja un rato la próxima vez que subas a Laguardia y disfruta con esta maravilla. Por cierto, ahora la enseñan con visitas concertadas.
Saludos.
Publicar un comentario