sábado, julio 18, 2009

Pujanza Norte: Una vertical de ensueño.

El año pasado en Pamplona tuve la oportunidad de enfrentarme a estos morlacos confirmando la raza y el carácter de esta bodega laguardiense.
Hace unas lunas nuestros destinos se cruzaron de nuevo en plenas fiestas patronales en honor a San Juan y San Pedro.
El resultado, previsible, fue la satisfacción plena de los presentes y el orgullo de un bodeguero que, visto lo visto, no conoce sus límites.
Por orden, la cata fue la siguiente:
Pujanza Norte 1999.
El del tono más evolucionado de la cita. Serio. Buena intensidad aromática y frescura. Especias y fruta escarchada. En boca se muestra vivo, fresco y elegante.
Un clásico sin domar.
Pujanza Norte 2000.
No se elaboró.
Pujanza Norte 2001.
Atractivo en vista. Intenso en nariz. Notas florales y minerales. Boca sápida, larga, fresca y con peso.
Expresivo con carácter propio.
Pujanza Norte 2002.
Vivo a la vista. Nariz frutal, mineral, fondo especiado y madera sutil. Boca muy interesante, con cuerpo y grasa.
Intenso y complejo.
Pujanza Norte 2003.
Intenso. Notas frutales en compota, confitura. Mineral, fondo de hierro. Complejo. Boca larga. Estructurado.
Un grande que sigue creciendo, regenerándose en botella.
Pujanza Norte 2004.
Brillo extraordinario. Lo tiene todo, floral, frutal, mineral, especiado. Boca fresquísima. Difícil concretar su procedencia.
Brutal, elegante e impresionante.
Pujanza Norte 2005.
Vivo a la vista. Nariz de extraordinaria complejidad. Mineral a copa parada. Frutal y especiado. Café y tabaco. Boca elegante, fresca y sabrosa.
Todavía creciendo y hasta cuando.
Pujanza Norte 2006.
Juvenil a la vista. Intenso en nariz. Eclesial, incienso. Mineral y cítrico. Lleno de matices. Goloso y fresco en boca.
Un yogurín que nos alegra la existencia pero que en el futuro nos colmará de sensaciones.
Pujanza Norte 2007.
Precioso a la vista. Aromas para dar y tomar. Frutal, balsámico, mineral. Hierbas aromáticas. En boca es frutal, sabroso, con un punto de calidez magnifico. Cierto corte mediterráneo.
Un diamante en bruto. Su creador reconoce que este es “su gran vino”, por el momento.

Todos mostraron una perfecta evolución, equilibrados, expresivos. De potencia sutil, elegancia sublime y una complejidad para considerarlos vinos de trago largo, de disfrute pausado y larga conversación.
Ninguno se parece entre sí aunque tengan rasgos comunes.
La Guarda de Navarra vuelve a recomendar esta bodega. La sinceridad de sus vinos, la franqueza, el equilibrio y la apuesta por una línea clara que, a diferencia del resto, son valores para tener en cuenta en un mercado convulso donde parece que hay que vender a toda costa perdiendo calidad y levantando sospechas con practicas ilícitas.
“Pujanza forever”


jueves, julio 09, 2009

¡Eso no tiene precio!


Solamente unas cifras para pasar el rato.
Un Sudoku para sudar tinta o taninos.
El Glorioso San Fermín aprieta la economía de los navarros, pero no la ahoga.

Globo, inflado con gas, para los niños: 5€.
Se desinfla en menos de un día si le caes bien al que te lo vende. Si no en dos horas, despídete. Si te descuidas se va volando hacia el cielo a la vez que suena el llanto y caen unas lágrimas gordas como granos de uva. Por ese precio hay vinos en el mercado para disfrutarlos, con medida, durante dos días por lo menos.

Careta de Caravinagre, famoso cabezudo pamplonés: 8€.
¿Quién no encontraría un delicioso blanco español por menos?

En la barra de una cafetería de adjetivo calificativo que me guardo.
Caña, en vaso de plástico: 2.80€.
Lo mismo que una buena botella de vino joven de Rioja Alavesa. Y luego dicen que el vino esta caro. No te funde.

Café cortado: 1.30€.
- Coño, pero si anteayer me cobraste 1€.
- Perdone, no sabía que usted era cliente habitual.
- ¡Que alivio, aun hay clases!
- A los forasteros les cobramos más, ya sabe…
- Ya veo, un 30% más. Para que no vengan y luego te quejes, so mamón.

Pero lo que me ha pasado hoy, eso no tiene precio. Como el anuncio de Mastercard.
El vino de Navarra no ocupa el lugar que merece gracias, entre otras cosas, a la política de precios de muchas de sus bodegas. El vino tiene un precio, aquí y en Sebastopol.
¿Cómo es posible que una bodega de prestigio, conocida por su precioso diseño y arquitectura, sea capaz de bajarse los pantalones por un puñado de botellas?
No es normal que el reserva lo cobren habitualmente a 8€ y hoy se lo quieran quitar a 2€.
Algo pasa, o el vino no vale esos 8€, (solo los cuesta), o están dando gato por liebre.
¿Por qué a unos cobran 8€ y a otros 2€?
Dicen que estrategia comercial, yo le llamo suicidio o muerte inminente.
En esta semana festiva ya se han dado casos en bares de la Plaza del Castillo de bodegas que regalan todo el vino que se consume y así evitar posicionarse a la competencia. Está bien. Pero, ¿y cuando pasen las fiestas? Pues se espera que venga otra, y otra, y uno se puede pegar todo el año vendiendo el vino por la cara. ¡Que bonito!
Puedo entender una promoción puntual, para todo el mundo o para lo buenos clientes, pero una operación de este tipo es de competencia desleal.
Luego nos contarán milongas de la calidad, el terroir, la latitud, los biodinámicos, la producción, la poda en verde, las barricas de puturru de fuá, etc., etc.
¡Borriquito como tú, tururú!