domingo, junio 29, 2008

IEC#11. El vino de la Rioja Alavesa y de paso, la selección española de futbol.



Aquel día de junio del 67, cuando vi la luz en Laguardia, mis padres no podían haber elegido mejor sitio.
A pesar de donde nos lleve, o secuestre, la historia siempre estaré orgulloso de mi pueblo. Siempre reconoceré mis raíces y nunca renegaré de mi profundo sentimiento riojano alavés.
Si, riojano alavés, de la Rioja Alavesa, de pura cepa. Y no de otro utópico lugar.
Desde la niñez cualquier laguardiense reconoce el aroma de la uva, del vino, de la fermentación, del “tufo”.
La uva se entraba al pueblo en comportones, o comportas, por las calles hasta las casas que tenían lago o lagar.
Veíamos a nuestros vecinos pisar los granos rebosantes de mosto y remontar toda la pasta a golpe de horquillo. Hundían sus cansados pies morados, púrpuras, mientras el sonido salvador de aquellos ventiladores gigantes mantenía el aire menos envenenado.
Jugar a tomar y defender castillos de montones de racimos prensados, de orujas, producía una perspectiva distinta del olor a pasificado.
Todo el pueblo era vino. Se respiraba vino, se palpaba el vino.
La viña y la vendimia eran un juego cíclico y necesario. Ahora nuestros pequeños tienen, desgraciadamente para ellos, menos acceso a ese amplio universo de sensaciones.
Pueblo es igual a amigos. Amigos es sinónimo de fiestas, de merendolas. Desde críos nuestros mayores nos dejaban compartir otros productos de la uva. Mosto, moscatel, funchín y mistela.
Creciendo, alguno se atrevía a coger de la despensa del padre algún vino de lágrima y, a pesar de su escasa potencia, rebajarlo con agua o gaseosa. Con catorce o quince años, si alguien “requisaba” una botella de vino corazón para acompañar unas sopas de ajo en San Blas o unos caracoles por San Prudencio era fiesta nacional. ¡Como entendíamos, sin entender!
La primera melopea involuntaria, en general, se debía al dulzón y fresco Zurracapote durante las fiestas de San Juan y San Pedro, donde el vino era el verdadero protagonista junto a azúcar, limón y canela.
Ya en la mayoría de edad y tras leves escarceos con marianitos (de vermú) y zuritos (cortos de cerveza), uno se da cuenta que lo sano y natural es potear por los bares del pueblo con buen vino de cosechero. Vino joven, maceración carbónica en general, excelente para poder echarse unos cuantos sin perjuicio de la salud y el bolsillo.
Acostumbrado el paladar a lo natural, sin aditivos, no es de extrañar que las primeras citas con vinos con bouquet parecieran algo desagradables. Yo me acostumbré pronto pero conozco quien todavía es incapaz de tomarse un crianza por, dice, los efectos negativos en su salud.
Para terminar y ceñirme a la propuesta del Vizcayno podría decir que el vino que abrió mis ojos al universo enológico fue el que más se bebe en mi tierra. Cualquier vino joven, de cosechero, hecho con cariño y sin mucha producción. Vino convincente, fácil, ideal para almuerzos suculentos, comidas copiosas, meriendas con la cuadrilla o cenas de restaurante con mantel de hilo. Vino de color casi violeta, púrpura, con poca capa. Nariz franca, fresca, donde regalices, frambuesas y moras nadan con autentica libertad. Boca amable, con ligera astringencia y frescura milagrosa. Vino para todo y para todos.
La Guarda de Navarra acaba de vibrar con la selección de España, la de fútbol. Brindo con todos por el triunfo y me acuerdo de aquellos que tenían preparado celebrar su derrota. ¡Que les den!
Un Rioja Alavesa por la “roja” y por todos los que participamos en esta edición de Iberoamérica en cata.
¡Viva España!

lunes, junio 23, 2008

IEC#11. Evocando los origenes. Por Vizcayno.


Entre los próximos 27 y 29 de junio (últimos días para disfrutar de las fiestas de Laguardia) celebraremos IEC#11.
En esta ocasión es Vizcayno quien la organiza y ha planteado un tema que parece de interés general.
Iberoamérica en Cata 11

Título: Evocando los orígenes.

Cata: El vino que te convirtió en aficionado.

Fecha: Del 27 al 29 de junio de 2008 (ambos incluidos).
Espero que todos participemos pues, salvo que alguien opine lo contrario, me temo que será la última reunión hasta después del verano.
Aunque me gustaría equivocarme.
La Guarda de Navarra anima, a todos los que quieran, a participar en actividad tan constructiva y enriquecedora.
¡Que así sea!

sábado, junio 21, 2008

Calchetas 2005


Para hoy un vino que me parece interesante por lo que es y por lo que representa.
En la comunidad donde resido empieza a generarse un fenómeno de navarritis bastante agudo pero inconsistente y falto de coherencia. También falto de conocimientos pero no exento de tirria o envidia hacia otras D.O.
Digo esto por que casualmente todos lo que se jactan de beber exclusivamente vino navarro ( no saben todo lo que se pierden) desconocen las que yo considero bodegas abanderadas de la comunidad y que elaboran vinos galácticos como el Finca La Cantera, Alzania 21 del 10, Santa Cruz de Artazu, Zubiola, Pago de Larrainzar o este Calchetas.
Este último tiene el honor de ser el vino de la denominación más puntuado por el pelma de Robert Parker.
Eso si conocen a la perfección, y consumen hasta la extenuación, vinos que no superan el mínimo estándar de calidad pero que su contraetiqueta señala su procedencia inconfundible de Navarra. Y no es solo cuestión de precio.
Para que no haya lugar a equívocos debo decir que este cho-vinismo se da en todas y cada una de las zonas en las que se divide nuestro extenso y diverso mapa enológico nacional.
Pero es aquí donde yo vivo y el que me toca aguantar a diario.
Vayamos al grano.
Este Calchetas 2005 me parece un vino excepcional, pleno de intensidad, elegancia, potencia y complejidad.
Nadie sabe con que uvas se elabora. Dicen que con Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y otras. Las otras pueden ser Syrah, Malbec y cualquier otra que os venga a la cabeza. No importa, viendo el resultado como si lleva alguna variedad china.
Bodegas Viña Magaña es la responsable de este vino. Barillas es el pueblo de la ribera navarra donde radican sus instalaciones, por cierto obra de Rafael Moneo.
En vista se muestra de un color picota intenso pero sin mucha capa. Se agradece. Es brillante y limpio. La lágrima es muy densa.
La nariz destaca por su intensidad, su franqueza, su potencia y su elevado grado de complejidad. Es fresca y dulce. Muy balsámico. Predomina la fruta madura y los terciarios. Betún, cacaos, torrefactos, chocolate amargo, tostados y algo de pintura. La mineralidad se refleja en un marcado fondo de tierra y tiza. Muy interesante y de bonita evolución.
La boca sorprende con un ataque dulce y un ligero amargor final. Los taninos son maduros y hay una ligera astringencia.
De nuevo es intenso, largo y amplio. Frutal de deliciosos tostados y chocolate. Potente con una acidez alta.
Es sabroso, muy sabroso. Gran estructura, con volumen que llena la boca.
Para mi es un vino de trago largo, de los de disfrutar pausadamente en soledad para intimar y comprender.
La Guarda de Navarra quiere presentar a este nuevo amigo a aquellos que siendo incondicionales de Osasuna no saben que el portero se llama Ricardo.
¡Navarra es más que el rosado!

martes, junio 17, 2008

Drappier, La Guarda y otros amigos.



-¿Si hacemos esto un martes, que nos esperará el viernes?
Esta frase resume el espíritu de la reunión “Momentos Drappier” celebrada en el Hotel Castillo de Gorraiz Golf & Spa.
Organizado por Cella Vinarium y por Delgado Selección, importador de Drappier para España, este evento de carácter extraordinario consiguió el principal objetivo de acercar los vinos de esta casa de Urville (Francia) a todos los amigos que se acercaron hasta el escenario elegido. Lugar moderno, de singular belleza, con unas instalaciones apropiadas para sorprender, relajarse y enamorarse.
Hasta el tiempo nos concedió una tregua permitiendo que el sol brillara tanto como los champanes presentados en la terraza al aire libre desde la que se tiene una perspectiva única del campo de golf y de la urbanización, con el horizonte de Pamplona al fondo.
Previa a la cata, en el centro de Spa, se propuso un tratamiento preparatorio para recibir las burbujas en perfecto estado físico y emocional. Quien lo probó puede dar fe de su beneficioso efecto.
La maison Drappier se encuentra en plena Côte des Bar y su historia comienza en 1808.
Sus viñedos ocupan 75 hectáreas, la mayoría en Urville donde la reina es la Pinot Noir (70%), equilibrando ensamblajes con Chardonnay y Pinot Meunier. De Cramant llega la Chardonnay mientras que en la Montaña de Reims, de Bouzy y Ambonnay, vuelve a predominar la Pinot Noir.
Se puede destacar que todos los cuvées de la casa se elaboran con vino de primera prensada. Todas las operaciones de prensado, descubes, trasiegos,… se realizan por gravedad. Y consecuentemente de lo anterior, la adicción de azufre es mínima consiguiéndose vinos de gran finura.
Este fue el orden de cata que nos transportó al paraíso de las sensaciones:
Drappier Brut Carte D´Or.
90% Pinot Noir.
Bonito a la vista con reflejos cobrizos, dorados. Frutal, limpio y fino en nariz. Boca de buena frescura y recuerdos de frutos rojos y tostados.
Se degustó junto a Matrimonio de jamón ibérico y jamón de pato
Excelente comienzo.
Drappier Brut Nature Zéro Dosage.
100% Pinot Noir.
No se le añade licor de expedición.
Precioso color rosado pálido, coralino, brillante. Notas de fruta blanca, anisados y brioche. Manzana asada. Complejo. En boca es amplio, fresco y estructurado. Paso suave. Delicioso.
Con una Navaja a la gallega potenció sus elegantes sensaciones.
Drappier Blanc de Blancs Cuvée Signature
100% Chardonnay.
Oro pálido con reflejos verdosos. Sugerente. Nariz floral y avainillada. Notas cítricas. En boca sorprende su finura y su largura.
No armonizó pero sirvió para complementar una tapa de Bonito del Norte sobre reducción de vinagre de Jerez.
Drappier Millesime Canicule 2003.
Es un “Cuvée de Exception” que en este año toma nombre de la añada tan calida que fue la del 2003. Se vendimió el 25 de agosto, no ocurría algo semejante desde 1822.
Las uvas Pinot Noir (60%) y Chardonnay (40%) con que se elabora el vino son de las soleadas fincas que pertenecieron a los monjes Clairvaux.
Se vinifica parcialmente en barrica de roble.
En vista muestra reflejos ambarinos y notas confitadas. Es muy fresco y elegante.
Redondeó el paladar con unos sabrosísimos “Berberechos con agua de mar”. Tremendo el poder con el que persistían en el retrogusto.
Drappier Grande Sendree 2002.
55% Pinot Noir y 45% Chardonnay.
Uvas seleccionadas de las fincas más viejas. Se elabora solo en los mejores años. El degüelle se realiza a mano. Envejece un mínimo de seis años en las cavas de Reims.
Es un grandísimo representante de los mejores champanes franceses. Intenso, complejo y fragante en nariz. Elegante, sabroso y expresivo en boca. Y eso que tiene mucha vida por delante.
Sorprende la relación con “Anchoas del Cantábrico con huevo de codorniz”.
Drappier Rose Val des Demoiselles.
100% Pinot Noir.
Vinificación tradicional por sangrado y reposo en cavas más de dos años.
Bonito color rosa asalmonado intenso. Frutos rojos y frescura fantástica. Notas de cáscara de naranja. Amable y gustoso en boca.
Remató la faena junto a “Mi-cuit de pato con fresa fresca”. El dulce y el ácido, y las diferentes texturas hacían crecer los sabores y las sensaciones hasta límites increíbles. Recomendable.
Así, escondiéndose el sol y junto a las primeras gotas nos levantábamos tras dos divertidas y encantadoras horas junto a Drappier.
Agradecemos el esfuerzo de Delgado Selección, la especial atención de Hotel Castillo de Gorraiz Golf & Spa y la presencia de quienes invirtieron en felicidad parte de su tiempo.
La Guarda de Navarra recomienda el abuso de champanes, de buena compañía y de momentos para el recuerdo.
¡Cualquier excusa es buena para celebrar algo y dar gracias a Dios por esos pequeños ratos de disfrute!

sábado, junio 14, 2008

Otra decena para el buche.



Nuevo comité, en Cella Vinarium, recién empezado el mes de junio.
Casi un monotemático de Miquel Gelabert, vino de la D.O. Plá y Llevant. En dos sesiones hemos catado catorce vinos de este productor balear que hace maravillas con un amplio número de variedades autóctonas, nacionales o foráneas.
Chardonnay Roure 2007.
Especiado, fresco y limpio. Buena intensidad. Cítrico. En boca es goloso, amargo, con una acidez riquísima. Largo, amplio y perfumado. Untuoso, con buena estructura.
Sa Vall 2006.
Nariz compleja, bonita. Cremoso, mantequilla, especias. Fresco, franco y mineral. Buena estructura, rica acidez, largura notable, amplitud y sabrosidad.
Blanco Sa Vall.
Variedad Riesling. Notas de destilados, orujo de hierbas. Curioso. Muy mineral. Es algo diferente. En boca falto de sabrosidad. Frescura muy cítrica, alimonada. Poco cuerpo.
Gran Vinya Son Caules 2003 Negre.
Cabernet, Merlot, Syrah, Callet y Manto Negro.
Aromas intensos, especiados, balsámicos y ahumados. Fruta madura. Buena acidez. Mineral en boca, cuerpo medio-bajo, largura media. Ligero y fresco.
Vinya des Moré 2004.
Pinot Noir.
Aromas de intensidad alta. Varietal. Madera integrada. Fruta madura, pasificada. Elegante y complejo. En boca potente, gran acidez, buena astringencia y un leve amargor. Estructurado y largo.
Torrent Negre Selecció 20 Aniversari 2005.
Intenso en nariz. Mineral, balsámico (regaliz) y fruta madura. Apuntes anisados.
Boca amplia, larga, potente. Un punto dulce. Complejo y estructurado.
Petit Torrent 2004.
Cabernet y Merlot.
Algo reducido en nariz. Piracinas. Complejidad en la evolución. Boca especiada, balsámica, bien estructurada y con excelente acidez.
Torrent Negre 2004.
Mineral, deliciosos tostados. Intenso en nariz. Goloso.
Boca amplia y fresca.
Vinya Son Caules 2005.
Callet, Shiraz, Manto Negro y Ull de Llebre.
Sin opinar por una reducción muy molesta.
Al día siguiente más equilibrado, frutal y con un fondo de madera bien entendido. Pero no hay por que esperar tanto para disfrutar de un buen vino.

Para terminar una añada recién llegada de la Ribera del Duero.
Cillar de Silos 2006.
Intensidad media, franco. Frutos rojos y regaliz, sobre notas tostadas y balsámicas.
En boca es más complejo y potente. Notas lácticas. Paso suave y sedoso. Fácil.

Bonita reunión aunque, como siempre, el alto número de referencias no nos permitió disfrutar al máximo de cada vino analizando la espectacular evolución, de muchos de ellos, en copa.
La Guarda de Navarra ha disfrutado de todos los vinos y los aconseja sin duda alguna.
¡La decena prodigiosa!

jueves, junio 12, 2008

ONCE vinos.


Una entretenida cata en Cella Vinarium.
Pudimos degustar:
Chardonnay Roure 2006 Selección Especial.
De Miquel Gelabert, D.O. Plá y Llevant, Baleares.
Atractivo a la vista. Nariz de intensidad sobresaliente. Frutal, maduro, notas ahumadas deliciosas. Un especiado elegante. Muy fresco. En boca es estructurado, de acidez magnifica, muy largo. Untuoso, con amargor final sutil y un postgusto frutal con fondo mineral. Impresionante.
Blanc Muscat 2007.
De Miquel Gelabert, D.O. Plá y Llevant, Baleares.
Terpénico, puro moscatel. Buena intensidad en nariz. Franco. Fresco y equilibrado. En boca, cuerpo medio, perfumado, paso ligero y amable. Amplio. Curioso.
Ilagares Rosado 2007.
Cooperativa San martín de Unx., Navarra.
Monovarietal de Garnacha. Aromas francos en nariz. Fresas, gominolas y notas lácticas. Boca amplia, rica frescura. Equilibrado.
Lívido Rosado 2007.
Otro navarro, este con futuro.
Buena dulzura y exquisita acidez, aunque al estar recién embotellado no expresa todo su potencial. Esperaremos una segunda cita, ya más reposado.
Prahova Valley Special Reserve.
Pinot Noir de Rumania. Cramele Halewood S.A.
Muy balsámico dominando barnices y disolventes. Fruta madura. Alcohólico. En boca notas herbáceas, buena amplitud, cuerpo medio-bajo y largura discreta.
Byzantium. Rosso di Valachia 2005.
Variedades Freteasca Neagra, Pinot Noir y Merlot. Dealurite Munteniei. Rumania.
Maduro en nariz. Fresco, balsámico. Pirazinas. Ahumados y tostados de la barrica. Poco estructurado aunque sabroso.
Nuestro 2005.
Crianza de Ribera de Duero. Díaz Bayo Hnos. S.L. Fuentelcesped (Burgos).
En nariz se muestra poco intenso pero franco y complejo. La boca es frutal con buena madera. Goloso, amplio, largo, sápido, redondo y equilibrado. Tiene la potencia que le faltaba a la nariz.
Montecastro (y Llanahermosa) 2005.
Bodegas y Viñedos Montecastro en Castillo de Duero.
Buena intensidad en nariz. Tostados, cacaos. Es frutal, balsámico con unas notas poco francas en el fondo. La boca es amplia. Estructurado, con volumen y cuerpo.
Torrent Negre Merlot 2004 Selecció Privada.
De Miquel Gelabert.
Buena capa cromática. Muy intenso en nariz, franco. Varietal. Elegante. Delicioso en boca, estructurado, sabroso, con volumen. Amable de taninos maduros. Recomendable.
Torrent Negre Syrah 2004 Selecció Privada.
De Miquel Gelabert.
La nariz no pudimos valorarla por la reducción que mostraba. En boca seguía la línea del Merlot. Sabroso, estructurado y redondo. Enigma.
Torrent Negre Cabernet Sauvignon 2004 Selecció Privada.
De Miquel Gelabert.
Nariz muy elegante, fondo mineral, intenso. Boca equilibrada y sabrosa. Gran complejidad. Extraordinario.

Muy interesantes los vinos de Miquel Gelabert. El blanco Chardonnay Roure 2006 Selección Especial merecería un capitulo aparte por las sensaciones transmitidas, al igual que el Merlot y el Cabernet Sauvignon.
La Guarda de Navarra sigue con atención esta bodega mallorquina, y todavía me quedan unos cuantos vinos que publicar.
¡Más que interesante!

viernes, junio 06, 2008

Drappier Zero Dosagge Brut Nature


Ayer tras un día de trabajo intenso descorché una botella que me esperaba en casa a buena temperatura. Tenía algo que celebrar y que mejor que con champagne.
Drappier Zero Dossage Brut Nature André et Michel.
Un Blanc de Noirs elaborado, exclusivamente, con Pinot Noir por la excelente casa Drappier que, por cierto, presentamos este próximo martes 10 de junio en Pamplona, ante un selecto grupo de hosteleros y restauradores.
El pasado año ya los disfrutamos y ahora repetimos.
Como dato curioso de este vino, y a tener en cuenta, es que no lleva licor de expedición por lo que su contenido de azúcar es prácticamente insignificante. Interesante una copita para los sufridos diabéticos.
Es un espumoso muy seco que deja muestras de ello a su paso por boca.
A la vista muestra un atractivo color amarillo paja pálido con reflejos dorados. Limpio, con una burbuja intensa y ordenada.
En nariz cabe destacar su elegancia y su intensidad. Fresco, muy frutal, albaricoque o melocotón, buen fondo de levaduras y recuerdos a hinojo, anisados.
En Laguardia sabrán de lo que hablo. A copa parada con el anís y la masa fresca es como ver a nuestras madres amasando en el horno los hojaldres por San Blas. Curioso pero verídico.
El tiempo produce el aflore del carácter mineral y unas notas como de casa vieja, casa con muebles de madera antiguos y encerados. Buena complejidad.
La boca es fantástica. Acidez elevada pero tolerable que se traduce en una extraordinaria frescura. Es amplio, bien estructurado y produce grandes sensaciones. Sabroso y muy seco.
La Guarda de Navarra comienza la cuenta atrás para volver a reunirse con Drappier en tres días y recomienda sus champanes como buenos representantes de la Francia, la Champagna, menos comercial.
Un tratamiento Spa, buenos vinos y precisos alimentos. ¡Vaya día me espera!

miércoles, junio 04, 2008

Pago de Cirsus, de Iñaki Nuñez.






Hoy he pasado sobre el río Ebro en Castejón (Navarra) y me ha venido a la cabeza Al Gore y su legión de sacacuartos. También me he acordado de la madre de alguno de ellos.
Hace unos meses como consecuencia de su siniestra teoría sobre el cambio climático auguraban una pertinaz sequía en España. La mayor en no se cuantas décadas. Menos mal que no da ni una mientras, eso si, vive del cuento vendiéndonos una visión apocalíptica que llena su cuenta corriente de ceros y más ceros.
La naturaleza es mucho más sabia de lo que nos creemos y nunca se dejará vencer por nosotros, inútiles y contaminantes humanos. Como Madre omnipotente siempre nos dominará.
He cruzado el Ebro para visitar una bodega fascinante. Por su ubicación, por sus servicios (es hotel y restaurante) y por sus vinos. Como he podido comprobar.
Hay lujo, glamour. Hay recursos, equipo humano y optimas condiciones climáticas.
Los viñedos están diseñados para producir uva que tratada con “precisión” por los enólogos se transforme en vinos de gran calidad, máximo objetivo de la filosofía de la casa.
Pago de Cirsus, de Iñaki Núñez, es, en resumen, una bodega concebida para el éxito y hoy he entendido como y por qué.
Situada junto al pueblo de Ablitas en la Navarra más meridional, la torre, elemento principal del complejo, se levanta erguida y es centinela, junto al Moncayo, del amplio territorio.
Visita a bodega, cata de barricas y una comida en el restaurante Senda de los Olivos. Todo en buena compañía y regada por cuatro interesantes vinos.
Pago de Cirsus Chardonnay 2007.
Para mi gusto, el mejor Chardonnay navarro que he probado este año. Muy francés. Fresco, absolutamente franco en nariz y de una sutil untuosidad y elegancia en boca. Inolvidable. Me queda la duda de algo de Sauvignon Blanc.
Pago de Cirsus Chardonnay 2005, fermentado en barrica.
Después de una buena oxigenación, casi una hora, expresa con sinceridad toda su complejidad. Pasados los molestos ahumados iniciales aparecen notas frutales y florales muy limpias. Mantequilla y fondo de almendra. Algo de miel y heno. La boca con peso y volumen. Frescura cítrica agradable. Levemente mineral. Largo.
Pago de Cirsus Cuvèe Especial 2003.
Es el que menos me ha emocionado. Tal vez su madurez, su amabilidad, no se adapta a mi estilo. Prefiero vinos con carácter. Aún así lo valoro positivamente pues es un acierto de mercado. Notas de fruta madura y minerales sobre fondo de madera tostada. Paso amable y goloso.
Pago de Cirsus Tempranillo 2004.
Sorpresa grata y excitante. Solo por conocerlo, sin olvidar al blanco joven, ya ha merecido la pena el viaje.
Color con buena capa, brillante, rezuma juventud. Aromas de intensidad que recuerdan a fruta negra y regaliz. Balsámico y mineral. Apuntes de cacao y grafito cercanos al Syrah. Madera elegante finamente integrada.
Boca sabrosa y amplia. Chocolate amargo. Frutal. Acidez deliciosa y taninos maduros.
Cansado como estaba del aburrido coupage navarro de Cabernet, Tempranillo y Merlot, este vino alegra mi corazón y abre un nuevo horizonte dentro de la denominación. Gracias Iñaki.
La Guarda de Navarra tiene desde hoy nuevos amigos con los que piensa compartir momentos y aventuras. Blancos o tintos, no importa.
Me he quedado sin probar sus famosos moscateles pero a cambio me han presentado un aceite con trufa que aún perdura en mente y paladar.
¡Que riqueza de bodega!

domingo, junio 01, 2008

Colección 125 Rosado 2004


La semana pasada tuve la oportunidad de probar un nuevo vino.
Me siento privilegiado, pues a tenor de su producción, 3.648 botellas de 75 cl. y 92 mágnum, y de su precio, rondará los 45€ en tienda, no serán muchos más los que lo hagan.
Colección 125 Rosado 2004.
Navarro de Cintruenigo, de las bodegas Julián Chivite.
Se elabora con cinco variedades tintas de uva. A saber, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Pinot Noir.
Fermenta en barrica francesa y su crianza es de seis meses. Battonages periódicos.
A la vista seduce su peculiar tono rosado asalmonado, piel de cebolla, no muy intenso. Limpio y brillante.
En nariz, tras una decantación oxigenadora necesaria, despliega todo su potencial. Fragante y perfumado, con intensidad. Notas especiadas muy elegantes. Recuerdos frutales y florales. Muy franco. Apuntes mantequillosos, de grasa, de cremosidad, que a varios nos transportó a la Borgoña, a Mersault, salvando las distancias, claro. Fondo mineral.
En boca me descoloca en un principio su ligereza, pues me lo estaba imaginando más graso, más carnoso. Es muy fresco, la acidez es deliciosa. Tiene largura y el retrogusto es magnifico. Recuerdos de fruta roja, almendras y pomelo. El cuerpo no acompaña la contundencia y expresividad de todos sus matices. Es fino y elegante.
La Guarda de Navarra entiende que no es fácil acceder a este rosado tan caprichoso, pero avisa a navegantes. Aunque la posibilidad de cruzarse con una botella sea ínfima y ridícula, no la desaprovechéis.
¡Esto es un rosado de Navarra!