martes, abril 07, 2009

Vino Amigo. Concurso de cata en Cella Vinarium.


Cella Vinarium apuesta por el concurso Vino Amigo para intentar incorporar al mundo del vino a aquellos que todavía no lo han hecho por razones varias. Sobre todo por su apariencia de inaccesibilidad y elitismo.

Debemos desmitificar al vino. Humanizarlo y compartirlo tal y como es. Luego ya iremos escalando peldaños hasta llegar a conocerlo, casi, por completo.

Huyo de los expertos, de los falsos. Siempre digo que es una cura de humildad diária y a las pruebas me remito.

Cuantos de nosotros, y de muchos, despues de descorchar una botella y leer su etiqueta nos recreamos en sus aromas varietales de Tempranillo y en su roble francés desconociendo, por completo, que el vino se elaboró integramente con syrah y chips.


Vayamos al concurso.

Voy a ilustrar con una anécdota el significado de Vino Amigo.(link para consultar las bases)
Hace unos días paseando cerca de la iglesia de San Lorenzo decidí visitar a San Fermín en su capilla. Allí, el párroco, Don Javier Labari, celebraba dos bautizos a la vez.
Se movía, entre ambos, por el pasillo central cuando preguntó a uno de los invitados:
- Hijo mío, ¿Por donde se entra a la iglesia?
- Por la puerta, le respondió.
Y el sacerdote le echó un capotillo diciendo:
- Se que tu humildad no te permite responder correctamente. Yo te lo digo. A la Iglesia se entra por el Bautismo.

Esa misma pregunta nos podemos hacer ahora.
¿Por donde se entra al Mundo del Vino?
Por la puerta de Vinarium, por ejemplo.
Y también por las puertas de otras vinotecas de Navarra y de España. Por las bodegas, rutas del vino, restaurantes, bares, hoteles, libros y revistas especializadas, y por todos aquellos lugares que se esfuerzan día a día en que el vino permanezca en nuestras vidas.
Pero esas puertas parecen no ser una respuesta suficiente.
Vino Amigo va a ser el Bautismo para muchos de los participantes.
Vino Amigo nos va a liberar de prejuicios y nos va a regenerar como verdaderos aficionados.
En Vinarium no nos gusta escuchar que el mundo del vino es complejo y elitista. Tiene muchos niveles y todos son alcanzables. Solo hay que proponérselo y disfrutar, sobre todo, disfrutar.
Vino Amigo nace para confirmar que cualquier persona puede entender de vino. Con algo de vista, de olfato, de gusto y de memoria es suficiente
Vino Amigo y Vinarium van a demostrar que con unos conocimientos básicos, y un poco de suerte, se puede ganar un concurso de cata. Cualquier concurso de cata.
Vino Amigo es el acercamiento con confianza al mundo del vino.
Vino Amigo trata del consumo responsable.
Vino Amigo va a fomentar la amistad y la sana competitividad.
Vino Amigo es el reconocimiento a quienes divulgan la cultura del vino.
Vino Amigo busca el equilibrio entre consumidores y aficionados.
Vino Amigo no entiende de edades, no discrimina a nadie.
Es un concurso donde el vino y el aficionado se encuentran frente a frente.
Por todo ello Vinarium cree en Vino Amigo.

La Guarda de Navarra también cree en Vino Amigo y anima a participar a quienes opten a sus fabulosos premios o por el contrario quieran vivir una nueva aventura junto a sus amigos con un Nuevo Amigo, el Vino.

¡Buena suerte!

domingo, marzo 29, 2009

Sueño de una noche de verano






Me despierto y siento que es verdad.
Después de unos meses medio hibernando, con una sensación confusa de la realidad, puedo confirmar que viví una experiencia inolvidable.
No recuerdo la fecha, ni el mes. Vagamente puedo acordarme de la compañía.
Los vinos y los alimentos eclipsan y emborronan datos y los hacen carentes de importancia.
Puede que fuera en el restaurante Marixa de Laguardia, en hora nocturna y en la estación calurosa del año.
Los amplios ventanales permitían, por su situación estratégica, otear las luces lejanas de los amables pueblos de la Rioja Alavesa. Esbelta y oscura, la silueta de la Sierra de Cantabria nos evita malas influencias, como siempre.
Haciendo tiempo en la barra del bar, a la entrada del restaurante, una botella de Pujanza 2004, luciendo una esplendida armonía aromática y un vistoso color púrpura intenso, fue el preludio de una hermosa velada.
Puede que con un delicioso jamón, no importa, y algún entrante más, el champagne Bollinger RD 1996 me dejó noqueado para el resto de mis días. Espectacular, complejo, elegante, equilibrado, ¡Una maravilla!
A partir de aquí, levitando en mi silla, fui comprobando como se llega a la felicidad enológica (sin cantos folklóricos ni exaltaciones de la amistad).
Domaine Confuron Cotetidot 2005 Gevrey-Chambertín 1º Cru Craipillot. Borgoña intenso y mineral de Pinot Noir.
Reflet 2001, un Saint Joseph de Domaine Francois Villard elaborado con syrah, de notas potentes e intensas pero con una amabilidad y una dulzura fantástica. Redondo, carnoso.
Sotanum M.M. (2000). Vins de Vienne, del trío Cuilleron, Gaillard y Villard. Otro Shiraz intenso, sabroso y aterciopelado.
Mágnum de Pujanza Norte 2005. Un vino laguardiense pleno de finura, equilibrio y clase. Ya sabéis mi opinión sobre él.
Antes de los postres, el remate final.
Un Saint Emilion 1º Grand Cru Classe, elaborado con Merlot y Cabernet Franc. Cheval Blanc 1998. Profundo, complejo, todavía afrutado, estructurado y extraordinariamente armónico. Otro grande para comentar con mis nietos.
Y con un queso canario, muy sabroso, de excelente aroma y textura, un mágnum de Porto Vintage 2000 Quinta do Infantado. Lógicamente goloso, largo, embriagador y de bonita acidez. El no va más.
Un buen Cohiba Robusto, una larga sobremesa y unos refrescos con hielo como digestivo.
La Guarda de Navarra recuerda este sueño de una noche de verano y lo comparte en el Blog. Si alguien se anima a celebrar algo parecido que no dude en invitarme. Soy agradecido, no hablo mucho y como y bebo lo justo.
¡Dos orejas y un rabo!