jueves, enero 11, 2007

Salma Hayek y Penelope Cruz




Leo en varias paginas webes que Salma Hayek y Penélope Cruz se profesan algo más que amistad. La españolita holiwodiense almodovariana lo niega, no te funde, que va a decir.
El caso es que los hombres que se las disputaban acaban de perder los pocos boletos que les quedaban para vivir algún día una aventura salvaje o una tórrida escena de amor con ellas. Salvo que todo sea una invención de la prensa rosa, prensa escatológica por excelencia.
El caso es que iba a escribir sobre vino y se me ha ido el santo al cielo. De alguna forma saldremos airosos.
Ya esta, ¡eureka!
Mirando una de las fotos que acompañan el texto, podemos ver a ambas actrices vestidas muy elegantes con unos bonitos vestidos. Sus colores expresan simbólicamente, y nos recuerdan por su belleza, al vino tinto y al vino blanco.
A Penélope, distinguida hace un año por La France con el grado de caballero, ¿caballero?, de la Orden de Artes y Letras, por difundir con su talento la cultura francesa, la vamos a comparar con un excelente blanco de Borgoña.
Un chardonnay amarillo pálido, dorado, que presenta brillos metálicos.
Su aroma es intenso, algo tímido al principio. Con el paso del tiempo se muestra tal y como es, natural, extrovertido. Fondo de tierra húmeda, afrutado con algún matiz tropical, recuerdos a cítricos españoles. Frescura. Toques especiados y recuerdos de humo.
Que decir de su boca. ¡Ole!. Sabrosa, algo acida, elegante y muy compleja. Notas minerales, afrutadas y muy persistente.
Excelente vino, para tomar ahora, si se deja, pero que ganará mucho con algún añito más. Para guardar.

De origen mexicano y picosa, como los chiles, a Salma, ya que pasa tanto tiempo trabajando en Hollywood, la vamos a honrar con un impresionante tinto, cabernet sauvignon, de Napa Valley. Si, californiano.
De color púrpura muy oscuro, casi negro azulado, de capa media-alta.
Muy expresivo en nariz, con mucha fruta, fruta negra, mineral y con recuerdos a hierba húmeda. Además, como su pelo, hay regaliz negro, puro habano, café y cacaos.
En boca es delicioso, goloso, balsámico, especiado y mineral. ¡Que dulzura!
Es un vino poderoso, elegante. Se le ve con fuerza pero tierno. Vino para disfrutar, no para compartir. De trago largo, para empezar al atardecer y terminar con el amanecer.

Ambos vinos deliciosos, podríamos decir que sutilmente femeninos. Ideales para enamorarse perdidamente.
Por último un consejo, no se os ocurra tomarlos juntos, es decir mezclados. No, no es lo mismo.

2 comentarios:

La Guarda de Navarra dijo...

A la vista, y sin meter la nariz, a mi me parece lo mismo.

Eduard dijo...

Eres genial la Guarda!

La verdad es que no si si prefiero ese Chardonnay o el Cabernet (aunque sea de Napa) ;-)))

Saludos,