martes, febrero 28, 2006

El charco y la fuente



Pregunta en voz alta: ¿Por qué en Navarra produciendo tanto vino debemos consumir el de otras denominaciones de origen? Compramos lo que viene de fuera y no lo de casa.
Respuesta: ¿Por qué en el resto del país debe la gente comprar pimientos del piquillo, alcachofas de Tudela y los famosos espárragos autóctonos? Pues por que son buenos, tienen calidad y no se pueden contimparar. Y no hay más.
Cada cual ya sabe lo que tiene que hacer, y dejémonos de mirar el ombligo.
¿Por qué comemos jamón ibérico y de bellota, tortas del Casar, finos y manzanillas, ensaimadas, etc.?
Beber un buen rioja, o afinando, un buen rioja alavesa, debería ser de obligado cumplimiento. Para mejorar y prosperar es interesante conocer y, a menudo, tomar ejemplo de quien lo hace muy, pero que muy, bien.
Como la jota que canta el amigo Txuma:”No se puede contimparar un charco con una fuente, sale el sol se seca el charco y la fuente premanece”.
Quien tenga oídos que oiga.

domingo, febrero 26, 2006

Bodega Heredad Guzmán Aldazabal



La cata presentación empezó con retraso, como los grandes estrenos. Guzmán Aldazabal se daba a conocer en Cizur Mayor en la vinoteca Mahatsa Ardoetxea. Miradas expectantes ante los primeros comentarios. La intensidad de la introducción motivó las primeras preguntas, mientras crecía el interés por comenzar a probar los vinos.
El primero en salir a escena fue el Pago Guzmán Aldazabal cosecha 2005, embotellado hacía escasamente una semana. Sorpresa y aprobación, teniendo en cuenta el desconocimiento que de este tipo de vinos se tiene por estas tierras. Frescura y una casi imperceptible aguja delataban su juventud. Color intenso y aroma afrutado. Extrañó la finura y su sedoso paso por boca.
Luego Guzmán Aldazabal Autor 2001. Explosión de color y aromas. Más lo hubiésemos disfrutado si su temperatura hubiera sido más correcta y no tan fría. Vino con cierta timidez inicial y eso que Javier procuro descorcharlo con antelación. Bocas abiertas y ojos como platos ante tal cascada de sensaciones. Todos andaban buscando la madera y nadie la encontró.
El siguiente aún permanece en mi memoria nasal. Graciano 2004, monovarietal al que le espera un futuro exitoso. Flores y más flores, y como el anterior con la madera perfectamente ensamblada. Amigo del tempranillo en Rioja toma aquí protagonismo estelar, dejando a mas de uno hipnotizado con su brillo y su color mirando los movimientos circulares de la copa.
Por ultimo la apoteosis, el fin de fiesta. El mas valorado y entendido por culpa de la madera. Casi negro, aromático, intenso. Igual que sus compañeros con elevado grado alcohólico pero amable. Fruta madura, regaliz, balsámicos, torrefactos. Sedoso goloso y elegante. Es el Exaltación 2001.
En resumen, vinos para no olvidar, fruto de la pasión de Javier Guzmán Aldazabal y su familia. Vinos de viñas viejas, mimadas por sus propietarios. Agricultura integrada con características de ecológica. Podas inteligentes, incluso en verde. Varias vendimias en una, buscando la optima maduración. Selección de los hombros del racimo. Elaboración menos agresiva, limitando y eliminado filtrados para conseguir vinos en esencia. Barricas nuevas. Contraetiquetas y etiquetas en posiciones inverosímiles. Botellas originales.
Todo esto es: Heredad Guzmán Aldazabal.

viernes, febrero 17, 2006

Dime que vino bebes y te diré como eres.


Cada vino tiene su consumidor y cada consumidor tiene su vino ideal. Recordando el dicho:”El pan cambiaó y el vino acostumbraó”, podemos entender por qué cada cual elige un vino determinado. Nos acostumbramos a cualquier vino, incluso al menos bueno, porque le damos un valor trascendental, sentimental y económico.
Cuando el hombre crea al vino lo crea a imagen y semejanza suya. A veces es fácil averiguar mirando al bodeguero como es el vino que elabora.
Tanto los grandes vinos como los mediocres se identifican con quien los crió.
Cualquier marca conocida se puede relacionar con su creador, que es quien imprime al vino su carácter.
Hay vinos frescos, innovadores, clásicos, vanguardistas, zafios, hipócritas, rebeldes, tranquilos, pacientes, nerviosos, alegres, apagados, tristes, planos, aburridos, simpáticos, tímidos, dormidos, exóticos, internacionales, caseros, primitivos, calidos, amables, antipáticos, incluso detestables, tradicionales y aburridos. También los hay mentirosos, desconfiados, cojos, juguetones y bonachones.
El consumidor detecta su cualidad, la hace suya, interacciona con el y se fusionan.
Los vinos nuevos se pueden enfocar hacia un público joven, y no tan joven, alegre, fresco, dinámico, inquieto, fiel. Amante del campo y con espíritu deportivo.
Los blancos, con y sin crianza, los relaciono con personas pausadas que habitualmente no beben y que en cada sorbo ven una buena intención. Comprometidas, motivadas, con iniciativa y en general, sensibles.
Crianzas, con carácter y estructura, para mujeres y hombres establecidos, de mediana edad, maduros. Clásicos con un punto de rebeldía. Disconformes con los criancillas de medio pelo. Viajeros incansables y lectores ávidos de historias curiosas. Tranquilos y extrovertidos aunque no lo aparenten.
Un rosado de calidad dirigido a desordenados, almas libres, sin compromiso, nerviosos y a veces tristes. Llenos de dudas, sin rumbo fijo. Aburridos hasta que alguien, o algo, les anima, y a partir de ahí felices en extremo.
Finos, manzanillas y similares para jóvenes y mayores. Despreocupados, satisfechos, contentos. Con energía y amigos del sol. Es el vino por excelencia del taurino, del amante, del simpático y del noctámbulo.
Vinos dulces, PX, moscateles, para personas involucradas, buscadoras de paz y tranquilidad. Agradecidas y amables. Saben lo que quieren y buscan tradición e innovación.
Reserva y Gran Reserva son para un público selecto, maduro. Son tradicionales, cordiales y cariñosos. Para ellos el tiempo lo es todo. Pletóricos en lo intelectual y raramente en lo físico. Asentados sin muchos planes de futuro y con pocos quebraderos de cabeza.

Vinos de guarda, modernos. Los puedo relacionar con gente en apariencia sensata, algo indisciplinada. Creativos, artistas y con destellos de genialidad. Sofisticados, deportistas, de gusto refinado. Pensadores incansables, de futuro cambiante, descontentos e insaciables. Amantes del riesgo, de la aventura y de la vida.
Champanes, cavas y espumosos para gente sin complejos, con historias, sin prejuicios. De corazón joven, chispeante y, a menudo, rebosante de alegría. Desprovistas de reloj, con ansias de conocimiento. En busca de los pequeños placeres de la vida.
Es mi percepción, me gustaría que también opinaras y si quieres, anónimamente, me dijeras como eres y que es lo que bebes.

viernes, febrero 10, 2006

Nadie es perfecto


El vino como “ser vivo” también puede tener sus imperfecciones. Son los llamados defectos del vino. Se producen por problemas durante la elaboración o por una mala evolución en la botella.
Quiero comentar alguno para que los tengamos en cuenta a la hora de encontrarnos con ellos.
1- El mas conocido es el olor a corcho. Nos recuerda olor a moho, a humedad. Puede deberse a que el corcho ya estuviera contaminado antes del encorchado y transferir ese defecto durante la permanencia del vino en la botella.
2- Otro muy detectable es el olor a sulfuroso. A azufre. A cerilla recién encendida. Consecuencia de la adición en exceso de dióxido de azufre en la etapa de la fermentación. Con una aireación de la copa o botella puede desaparecer.
3- Olor a huevos podridos (sulfhídrico). En vinos de zonas calidas que no se han oxigenado con normalidad. También se puede eliminar con aireación.
4- Conocido es el olor a vinagre (ácido acético) y también el olor a esmalte de uñas (ácido etílico).
5- La oxidación se detecta mas con la vista (los anteriores dependían de la nariz), pues el vino pierde su color, tiende a marrón, y se vuelve mate. Pero el olfato también lo delata, huele a vino quinado, ajerezado (aunque en el Jerez se oxida a posta).
6- El vino presenta un olor y gusto extraño, sin definir, incluso turbidez, cuando ha sido atacado por microorganismos, hongos o bacterias.
7- Aromas a madera sucia, derivados del uso de barricas viejas o sucias.
8- Problemas de enturbamiento del vino y precipitaciones. Sin profundizar, lo mas común es la observación en el fondo de la copa de uno pequeños cristalitos, de tartratos. Es normal, no afecta al sabor del vino.
Otros precipitados más molestos son los originados por la larga permanencia en botella. Posos o madres, que se eliminan decantando y el vino queda en optimas condiciones.

Se podrían citar algunos más, pero creo que son suficientes para beber con cierta confianza. De todas formas, bajo el texto, en comentarios, quienes visitan el blog pueden incluir los que les resulten habituales y conocidos.

miércoles, febrero 08, 2006

Cata vertical de Pagos Viejos


Artadi es una de las bodegas mas representativas de los nuevos vinos, modernos, de guarda.
Son vinos de Rioja Alavesa, vinos de Laguardia, y como tales los considero para publicarlos aquí.
El artículo de todovino es muy recomendable para quienes no acaban de entender la evolución de los vinos. Evolución referida a cada vino, en particular, con el paso de los años, y a la evolución de la bodega, que supo adaptarse a la demanda de los nuevos consumidores.
La conservación y la durabilidad del vino no está reñida con las nuevas técnicas de vinificación.
Los grandes vinos serán mas grandes con el paso del tiempo y ,este, será juez de aquellos que ,en su día, apostaron más por la venta fácil que por la calidad.
De nuevo en el blog dejo constancia de los vinos de Laguardia, vinos de España. Grandes vinos de un gran pueblo.

Cuando las barbas de tu vecino...






Interesante noticia en libertad digital.
Es absolutamente necesario que los consumidores seamos informados verázmente de lo que se cuece por aquellas tierras.
No quiero pensar que todo el mundo está en sintonía con los mandamases catalanes, y que todo el mundo se mueva con el ritmo del 3%.
Ya se que esta asociación nace con fines lucrativos, es decir, o esto o no vendemos nuestra cosecha. Pero el hecho de tomar esta iniciativa merece, al menos, una muestra de confianza a nivel de mercado.
Coincidía este verano en Navaridas con dos catalanes cuyas familias tenían cavas donde se elaboran espumosos de gran calidad. Contaban auténticos atropellos por parte de Freixenet y Codorniú, tanto en la fijación del precio de la uva como en la utilización de tratamientos y prácticas, dudosamente, legales.
Veamos , pues, como empieza y termina este entuerto.

miércoles, febrero 01, 2006

Cosecha 2001


Cosecha 2001

Os voy a remitir a un artículo de todovino, escrito por Amaya Cervera y titulado: Los 2001, en su mejor momento.
Razón no le falta pero, antes de hablar de una cosecha calificada como excelente hay que tomar precauciones, por que son muchos los vinos, como siempre, que están en el carro y muy pocos tirando de él.
La 2001 fue, en general, una cosecha tocada por la mano de Dios, pero no todos saben hacer buen vino, por tanto seremos cautos a la hora de comprar vino de ese año. Consejo, si vemos una botella de 2001 consultamos datos de la bodega, cuando no la conocemos. Valoramos el precio, y si merece la pena será entonces cuando la compremos. De esta forma haremos una buena adquisición y tendremos un valor de futuro.
En la lectura vais a encontrar el Vallobera 2001, con una excelente relación calidad/precio, y el Pujanza 2001, dentro de los de precio medio, para tomar ya o guardar dos o tres años. En ambos casos, si las encontráis, cosa muy difícil, comprarlas, no os vais a arrepentir.

Aprovecho para enviaros, también, a otro articulo de la misma persona: Rioja, cronología del cambio.
Muy interesante dado los tipos de vinos que se están elaborando y consumiendo. Una apuesta de futuro es el Pujanza Norte y a el se refiere como vino amable, elegante y mas bebible que otros de parecido estilo.

La Guarda de Navarra, el principio.


Quiero compartir con el universo blogger mis experiencias. La energía que me indujo a crear La Guarda de Navarra.
Caminaba por extramuros de Laguardia, por el conocido y recomendado, paseo de El Collado(el collaó para los allí residentes), empezaba a caer la tarde de un caluroso y plomizo día de agosto.
Las viñas se encontraban en pleno envero, ávidas de sol y aborreciendo una aporte extra de agua que reanimara la actividad fúngica.
Soplaba un viento calido, suave, pero molesto. Poco a poco tendería a incrementar su potencia. Las hojas de los plataneros temblaban presagiando peores condiciones meteorológicas. Las rosas blancas, que crecían silvestres por donde paseaba Don Víctor Tapia, temían quedarse desnudas y desprotegidas hasta el final del verano. Junto a ellas, a medio camino entre el olvidado merendero y la pérgola de vigas de piedra, lugar sombrío a pie de las murallas de las escuelas, las madreselvas y las hiedras arropaban a unos gatos que parecían refugiarse de las agujas desprendidas de los pinos.
En Don Félix, el bochorno desquiciaba cualquier pensamiento y obligaba bajar la cabeza y entrecerrar los ojos.
Las nubes blancas y algodonosas, impenetrables, se transformaban en cúmulo nimbos. Coliflores celestes cargadas de agua a punto de rebosar.
Una sensación de hipotensión me reducía el tono vital. El calor en ese instante se podía palpar y andar no resultaba ligero. Cada paso parecía darse en una atmósfera líquida.
Subí las escaleras del kiosco, el busto de Samaniego permanecía inerme bajo su permeable techo de hierro. Su mirada perdida, recelaba de que alguien lo volviera a arrancar y depositar en una papelera municipal próxima. O tal vez seguía inspirándose en Esopo o La Fontaine creando fábulas que nadie conseguiría extraer de su sólido cerebro.
Miré hacia arriba, un pararrayos esperaba erguido que cualquier día una descarga incandescente se transmitiera por toda la estructura metálica y la fundiera. Fue creado para ello y hasta ahora su tarea había resultado absolutamente estéril.
Dejando al fabulista me asomé al paisaje, descansándome en un grueso tronco. Enredé con las manos sobre unos arbustos que airearon un tenue aroma a ciprés. Recuerdos luctuosos, pero también a arriesgados juegos infantiles.
De repente, se oyó una explosión. Un resplandor cegador y distinguí como chispas, bengalas, iban dejando surcos ardiendo sobre el césped. Un olor a quemado invadió el ambiente, mientras el silencio dejo paso a una reparadora brisa fresca y húmeda.
Volví de la inconsciencia temporal y en mi mente flotaba una idea obsesiva. Viviré para compartir con los demás mis gratos momentos, para tener solamente amigos que merezcan la pena y para beber, exclusivamente, los mejores vinos.
Desde ese momento nació La Guarda de Navarra, con el fin de presentar y divulgar los grandes vinos que, en mi, generan excelentes sensaciones. Para beberlos y disfrutarlos con personas de bien, donde las haya. Y para que mis amigos me acompañen hasta este maravilloso mundo que es el VINO.